Bamako. Los golpistas de Malí asisten, asombrados, al desmoronamiento de su país. Desde el alzamiento militar del 22 de marzo, los acontecimientos se han precipitado: islamistas radicales instauraron la sharia ley islámica en las ciudades “liberadas” del desértico norte, entre ellas la simbólica y hasta hace poco turística Tombuctú; los países vecinos impusieron un draconiano embargo que asfixia su débil economía; más de 200 mil personas abandonaron sus hogares debido al hambre y la violencia y, además, Malí, de facto, se encuentra dividido en dos.