Alemania, propuestas nefastas; Argentina, decisiones erróneas

Por Miguel G. Peirano / Ex Ministro de Economía
06/07/12 – 11:46
La reciente cumbre de gobernantes europeos mostró nítidamente las posiciones que existen en el interior de la Unión Europea (UE) y las medidas que impulsan los distintos gobiernos para enfrentar la crisis.
Una de las políticas adoptadas, y que fuera liderada por Francia, ha sido la de orientar fondos a planes de inversión en infraestructura y así estimular los niveles de actividad. Hasta el momento, dada la dimensión de los fondos asignados y los plazos de ejecución, parece más valioso el enfoque que la efectividad de la propia medida.
El nuevo gobierno francés intentó ampliar el marco de las propuestas para resolver la crisis y abandonar como único camino el respaldo que tuvo Sarkozy a las estrategias de ajuste de su par alemana.
También se ha avanzado en una mayor unidad del sistema bancario europeo, es decir: la asistencia directa del Banco Central Europeo para capitalizar bancos con dificultades (sin contabilizarse como deuda pública de los países auxiliados), la compra de deuda de Estados con problemas por parte del fondo de rescate europeo, la eliminación del carácter de acreedor privilegiado del mecanismo de rescate permanente.
Pero más allá de la favorable reacción de los gobiernos en crisis, y de los propios mercados, hay consideraciones que relativizan el impacto de estos anuncios.
En primer lugar, estas iniciativas llevarán tiempos prolongados de aplicación y condicionamientos severos para los países auxiliados. En paralelo, medidas como centralizar las regulaciones y controles del sistema financiero en una entidad supranacional como la UE implica un nuevo paso hacia una mayor rigidez en el funcionamiento del bloque.
Alemania sigue liderando los planteos que se sustentan en la necesidad de coordinar las políticas fiscales y financieras, sobre la base de fuertes ajustes presupuestarios y menor autonomía en las decisiones de los países con mayores dificultades. Así, la posibilidad de que los bancos europeos estén bajo reglas y controles supranacionales va en línea con el rol que Alemania pretende imponer a los países más vulnerables.
Esta posición germana se sustenta en que debe realizar aportes a los fondos comunitarios y, por ende, fijar reglas que justifiquen este “esfuerzo en favor del resto de Europa”. Obviamente, pareciera desconocerse que Alemania tiene enormes beneficios de contar con una moneda como el euro, muy competitiva para su economía, pero una realidad que no sucedería en caso de tener una moneda propia que sin duda sufriría las presiones de la revaluación.
También es muy interesante advertir las políticas aplicadas por gobiernos como el de España o Italia: sólo ajustes fiscales extremos y “desesperación” por conseguir fondos para auxiliar a sus bancos.
No se advierte, entonces, que la crisis europea tiene causas y soluciones que exceden en mucho el comportamiento del sector financiero, sus dificultades de liquidez y la reducción de los déficits fiscales.
Por lo tanto, lejos de haberse alcanzado las bases de salida de ésta, asistimos al intento de un “salvataje” financiero, que ya no es sólo de menor tamaño relativo como el de Grecia.
Argentina. Los primeros meses de 2012 se han caracterizado por erróneas decisiones económicas, que han cambiado los escenarios de niveles de actividad y potenciado dificultades ya existentes.
Las medidas en materia cambiaria, de política comercial y la falta de estrategia para enfrentar la dinámica de precios, han generado un escenario que compatibiliza un crecimiento muy bajo para el año en curso, combinado con niveles inflacionarios superiores al 20% (en un contexto de desequilibrios fiscales y externos).
Así como el Gobierno nacional enfrentó con eficacia conceptual e instrumental el gravísimo escenario internacional de 2008-2009, en estos meses las medidas adoptadas han agravado la situación local. Es de destacar que el marco internacional para nuestro país es sin duda mejor que el vivido en el año 2009.
Está claro que el escenario global abre interrogantes y dificultades, como por ejemplo el menor nivel de actividad de Brasil, la menor demanda mundial, y los vaivenes financieros y políticos de gran parte del mundo. Pero al mismo tiempo constituyen una extraordinaria oportunidad, entre otras variables: la suba de los precios internacionales de commodities agropecuarias, las tasas de interés internacionales que siguen siendo bajas, y que nuestros socios comerciales no recurren a la devaluación sistémica como manera de sostener su competitividad (más allá de un cierto reajuste del real sobre niveles de por sí muy sobrevaluados).
En el activo de este primer semestre debe mencionarse la estatización de YPF, cuyas consecuencias de mediano y largo plazo serán muy positivas para la Argentina. Se demuestra, así, la capacidad de la política de recuperar para el Estado el manejo de un tema estratégico como la producción petrolera.
También es una señal favorable que el Estado recupere financiamiento hipotecario para facilitar el acceso, a sectores de medianos y/o bajos ingresos, a nuevas viviendas. En este sentido, no puede tenerse una visión tan restrictiva sobre el uso de los fondos previsionales, ya que si se utilizan para sostener los niveles de actividad preservan los ingresos previsionales corrientes.
El Gobierno puso en marcha, desde 2003, un conjunto de principios macroeconómicos, de políticas sectoriales y de estrategia frente a negociaciones internacionales, favorables para el crecimiento y la generación de empleo. A contramarcha de los planteos de gran parte del pensamiento ortodoxo a nivel mundial y de los organismos internacionales, nuestro país consolidó su propia visión, rechazando presiones, evitando falsas promesas y resguardando la producción local.
Al mismo tiempo, la histórica renegociación de la deuda externa ha permitido bajar sustancialmente nuestras obligaciones, que son absolutamente consistentes con nuestros niveles de reservas y situación del sector externo (aun más si se reduce el nivel de fuga de capitales).
Por ende, orientando las decisiones económicas de nuestro país con consistencia, con una visión integral y articulada, sin alejarse de conceptos como el sustento del mercado interno, el rol activo del Estado o las modificaciones estructurales a los pilares que se generaron en la década neoliberal de los 90, tenemos todas las posibilidades de un mejor comportamiento económico en el corto y mediano plazo.
Crecer a tasas muy bajas, o nulas, con inflación en torno al 20% y desequilibrios (fiscales, energéticos, de precios relativos) es una señal expresiva de la realidad presente.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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