Ricardo Alfonsín apareció poniendo los dedos en “V”, las dos manos en alto, una sonrisa. Y terminó escuchando, al final, la marcha peronista. Conurbano, San Justo, un predio enorme frente al cementerio de La Matanza, varias miles de personas: el candidato presidente de la UCR compartió la primera acción de campaña junto a su postulante a la gobernación de Buenos Aires, Francisco de Narváez. Fue un acto peronista en el que el orador principal fue un radical. Habrá una infinidad más. Alfonsín cerró con un discurso que empezó con un concepto llamativo: “Hay que trabajar para el 14 de agosto para hacer una demostración de fuerza importante (son las internas). Me parece que el Gobierno esté pensando en suspenderlas porque sabe que va a salir vencido”. ¿Maneja información? Desde que ambos eran legisladores bonaerenses, tiene buena relación con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, encargado de las primarias.
De Narváez había dado el discurso inicial del acto, también remarcado la misma línea esperanzadora respecto a la victoria electoral: “¡En el 2009 le dimos una paliza al kirchnerismo, el 23 de octubre se la vamos a volver a dar! Para gobernar la provincia hay que tener pelotas, y yo las tengo!”. Fue una exposición inusualmente dura para su estilo: “La Presidenta duda si se va a presentar o no como candidata porque tiene miedo”, dijo, entre otras frases como ésta: “Este gobierno miente y roba. Miente y roba y me da vergüenza asco lo que han hecho con la causa de las Madres y los Schoklender. Deberían dar explicaciones al pueblo”. Gritó tanto que cuando terminó estaba afónico, ronco. Varias veces nombró a Alfonsín, a la UCR: la primera vez que lo hizo sonaron apenas ocho palmas de aplausos.
La militancia de la UCR aun no se arrima a los actos de De Narváez.
El candidato a presidente del frente llamado “Unión para el Desarrollo Social” usó buena parte de su discurso para confraternizar con el PJ: “Las mejores cosas de la Argentina encuentran su origen en el peronismo y el radicalismo”, dijo, y prometió: “Nos vamos a conocer más y nos vamos a querer más”. Además del vice de Alfonsín (Javier González Fraga), sobre el escenario estaban algunos de los principales colaboradores de los candidatos, como Miguel Bazze por Alfonsín y Gustavo Ferrari por De Narváez. Había además dos mujeres que ocuparán lugares protagónicos en esta alianza: Graciela Ocaña – “representás valores”, le dijo Alfonsín-; y la legisladora provincial Mónica López, la más firme candidata para acompañar a De Narváez en la fórmula.
En su discurso, Alfonsín adelantó una de sus principales propuestas programáticas: un plan de viviendas para jóvenes c on créditos subsidiados que permitirán -cree González Fraga- construir 100 mil viviendas al año que se podrán pagar con cuotas mensuales de mil pesos. Intentó también remarcar que él simboliza la contracara de lo que cree que es el kirchernismo: “Vuelve la austeridad, se termina la corrupción”. Cerró nombrando a Perón, Evita, Alem, y dijo así: “Y permítanme, desde el cielo, Raúl Alfonsín”. Sonó entonces la marcha peronista. No la cantó.
De Narváez había dado el discurso inicial del acto, también remarcado la misma línea esperanzadora respecto a la victoria electoral: “¡En el 2009 le dimos una paliza al kirchnerismo, el 23 de octubre se la vamos a volver a dar! Para gobernar la provincia hay que tener pelotas, y yo las tengo!”. Fue una exposición inusualmente dura para su estilo: “La Presidenta duda si se va a presentar o no como candidata porque tiene miedo”, dijo, entre otras frases como ésta: “Este gobierno miente y roba. Miente y roba y me da vergüenza asco lo que han hecho con la causa de las Madres y los Schoklender. Deberían dar explicaciones al pueblo”. Gritó tanto que cuando terminó estaba afónico, ronco. Varias veces nombró a Alfonsín, a la UCR: la primera vez que lo hizo sonaron apenas ocho palmas de aplausos.
La militancia de la UCR aun no se arrima a los actos de De Narváez.
El candidato a presidente del frente llamado “Unión para el Desarrollo Social” usó buena parte de su discurso para confraternizar con el PJ: “Las mejores cosas de la Argentina encuentran su origen en el peronismo y el radicalismo”, dijo, y prometió: “Nos vamos a conocer más y nos vamos a querer más”. Además del vice de Alfonsín (Javier González Fraga), sobre el escenario estaban algunos de los principales colaboradores de los candidatos, como Miguel Bazze por Alfonsín y Gustavo Ferrari por De Narváez. Había además dos mujeres que ocuparán lugares protagónicos en esta alianza: Graciela Ocaña – “representás valores”, le dijo Alfonsín-; y la legisladora provincial Mónica López, la más firme candidata para acompañar a De Narváez en la fórmula.
En su discurso, Alfonsín adelantó una de sus principales propuestas programáticas: un plan de viviendas para jóvenes c on créditos subsidiados que permitirán -cree González Fraga- construir 100 mil viviendas al año que se podrán pagar con cuotas mensuales de mil pesos. Intentó también remarcar que él simboliza la contracara de lo que cree que es el kirchernismo: “Vuelve la austeridad, se termina la corrupción”. Cerró nombrando a Perón, Evita, Alem, y dijo así: “Y permítanme, desde el cielo, Raúl Alfonsín”. Sonó entonces la marcha peronista. No la cantó.