Alicia o Máximo: Cristina piensa en un Kirchner para la Provincia

En Foco – 23/03/12
Ella fue candidata allí en 2005. Kirchner, en 2009. Y apuntando a 2013, encuestadores del Gobierno salieron a medir la imagen de Máximo Kirchner en la provincia de Buenos Aires. El dato corrió entre espantados intendentes del conurbano, siempre atentos a la menor brisa que sople en sus dominios.
La explosión mediática de La Cámpora, la organización de cuadros creada bajo el ala del hijo de Cristina y Néstor, habilitó la lógica de esa medición. La idea es saber si Máximo tiene alguna posibilidad razonable de ser candidato a diputado el año que viene en el distrito que decide la suerte de toda elección. Su arraigo social y político en la Provincia, en verdad inexistentes; su vocación y capacidad de liderazgo, hasta ahora desconocidas; por ahora importan poco.
Máximo tiene la cara y el apellido Kirchner .
Han circulado historias: que a Máximo lo están entrenando para que sepa hablar en público, que medio Gobierno depende de su aprobación o su condena, que su disfavor puede corroer cualquier sueño individual (Amado Boudou podría dar cuenta de ello) , que aunque la relación con su madre, la Presidenta, es fluctuante, sigue siendo el único que puede plantearle a ella lo que nadie más se atrevería.
Por alcahuetes o por taimados, muchos trabajan para que alrededor de Máximo se construya un mito.
No es seguro que eso lo termine favoreciendo.
También se está midiendo la imagen de La Cámpora, el nuevo sujeto político de este tiempo de soledad de Cristina en el poder. Tampoco aquí se consideró demasiado relevante, para ese sondeo inicial, la pobre cosecha electoral o la hecatombe de la gestión en Aerolíneas Argentinas de estos jóvenes dirigentes.
Están expuestos a una temprana notoriedad quizás no buscada. Y además quedaron en el centro de las coordenadas de tiro de los kirchneristas que ven con temor su avance. Impávidos, los cuadros de La Cámpora descienden sobre los azorados dirigentes y funcionarios oficialistas protegidos por el escudo de la familia presidencial y armados con la artillería indiscutible de “La Doctora” , tal el apelativo que suele usar Axel Kiciloff, viceministro de Economía y estrella en imparable ascenso, para mencionar a la Presidenta ante terceros.
Los resultados de las encuestas sobre Máximo y La Cámpora se mantienen por ahora en secreto absoluto. No hay indicios de superficie acerca de cuánto este ensayo del laboratorio de Cristina puede seducir al electorado bonaerense, demandante de soluciones concretas a carencias cotidianas .
Por precaución, o porque la mejor improvisación es la que se ensaya, ayer salió a escena Alicia Kirchner, encabezando en Ferro un acto de su agrupación Kolina. La fórmula no tiene misterios: Alicia también tiene la cara y el apellido Kirchner . Hoy, la ministra de Desarrollo Social es la aspirante más firme a encabezar la lista para la elección de medio término. Alicia tiene un bajísimo perfil público.
“No se le conoce la voz” exageran los que le refriegan esa condición encapsulada que hoy alcanza a casi todo el gabinete. Pero ese argumento jamás de repetirá en público: la Presidenta quiere alguien de absoluta confianza para encabezar la oferta electoral en la Provincia. Y a Cristina –ya lo dijo el santacruceño por adopción Carlos Zaninni– se la escucha y se la acata.
Daniel Scioli aprendió hace rato esa consigna.
El gobernador no le discute nada . Si ella quiere un apellido Kirchner en el tope de la lista, habrá un apellido Kirchner. Lo que pretende es poner a uno propio en el escalón siguiente. El jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, está construyendo la imagen necesaria para esa misión.
Igual, Scioli no la lleva fácil, El año pasado le ofreció medio gabinete a Cristina para que pusiese a quien quisiera. Ella no le nombró ministros pero le encajó al vice Gabriel Mariotto. Y le confiscó las listas de candidatos copándole el control de la Legislatura en La Plata. Calladito, Scioli apechugó los torbellinos iniciales de Mariotto y sus asociados, empezando por aquella rosca inaugural entre policías bonaerenses y forzudos de La Cámpora. Después empezó a tejer la tela de araña : su gente no lleva en vano cuatro años manejando los recovecos de la administración provincial.
Además, Scioli sacó a relucir en estas horas su habilidad anestésica . El miércoles Mariotto propició el primero de ocho foros para debatir la política de seguridad, el flanco elegido para sacudirlo al gobernador con anuencia de la Casa Rosada. Fue en la Universidad de San Martín. Allí se le apareció Scioli, que además se había reunido ese día con un centenar de intendentes y con los obispos católicos de la Provincia. Mariotto puso ayer a trabajar a marcha forzada a su equipo de prensa, para rescatar mediáticamente algo de lo que Scioli le borroneó con su hiperkinesia política.
En el foro de San Martín, militantes juveniles hicieron llover un panfleto con una leyenda sencilla: Chau Casal, en alusión al ministro de Seguridad bonaerense. ¿Cómo contestó Scioli? Encabezando junto a Casal su actividad principal de ayer, en Lomas de Zamora. También estaba allí el intendente Martín Insaurralde, enemigo declarado de Mariotto en la interna.
Cristina ya les habría advertido a sus bravos caballeros que tengan mucho cuidado con romper el cristalero en su afán por serrucharle el piso a Scioli. Elefantes en un bazar, si el bazar es la Provincia, pueden resultar animales demasiado caros.
Por ahora intentan comerle al gobernador la base de apoyo de los intendentes. Trabajan sobre el profundo ahogo financiero de la Provincia , que impacta directo en los fondos de coparticipación que deben ir a los municipios. Los emisarios de Cristina aterrizan con la billetera llena y la promesa de una poderosa tracción de votos.
A los que no logran convencer, los apretan un poquito . Hay intendentes que se sienten perseguidos por blogueros y punteros que los controlan y sacuden con cada paso que dan, otros creen tener sus teléfonos demasiado permeables a oídos indiscretos.
Scioli, que silencia pero no declina su proyecto presidencial , ya anunció que emitirá un bono por 500 millones de pesos para pagarle a proveedores. Después verá cómo atender el reclamo de los intendentes. Entre esos jefes territoriales algunos arman juego propio. Sergio Massa se proyecta desde Tigre y va a ser candidato el año que viene porque lo necesita para instalarse como aspirante a la gobernación en 2015. Es curioso: en la política bonaerense, oficialistas y opositores creen que Massa será el enemigo a vencer . Tampoco ocultan sus aspiraciones Darío Giustozzi (Almirante Brown) o Pablo Bruera (La Plata). Es gente con muchos votos detrás.
La mesa bonaerense siempre está servida. Y todos quieren comer de ella.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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