Alucinaciones conspirativas

Me tomé el trabajo de escuchar atentamente las declaraciones de Miguel Bein y, efectivamente, dice que hubo un intento de conspirar contra el Gobierno para vaciar de reservas al BCRA y hacerlo volar por el aire. El problema es que mi estimado Miguel Bein no dice en qué consistió ese ataque especulativo para vaciar al BCRA de reservas. Es más, sería interesante que explicara la mecánica de la conspiración porque hay un cepo vigente y no hay forma de vaciar al BCRA de reservas si la entidad no quiere vender. Ni siquiera los importadores podrían haberse puesto de acuerdo para adelantar el pago de importaciones porque el BCRA, aun el importador teniendo la DJAI aprobada, puede decidir no vender las divisas. De manera que por el lado de los importadores, no advierto capacidad de conspirar.
Sería interesante que explicara la mecánica de la conspiración porque hay un cepo vigente y no hay forma de vaciar al BCRA de reservas si la entidad no quiere vender
Los bancos tampoco pueden conspirar porque por las reglas que rigen, por más que vayan al BCRA a pedirle dólares, el Central les puede decir que no. Así que, insisto, el Central se puede sentar arriba de las reservas y no vender, con lo cual el argumento de Bein de que querían vaciar de reservas al BCRA luce un poco extraño. Sería bueno que explicara cómo sería ese mecanismo conspirativo que denunció.
Supongamos que un grupo de conspiradores operaron futuros a precios muy altos y que el Central era la otra punta. Llegado el momento las diferencias se compensan entregando pesos, no dólares, así que, de nuevo, tampoco encuentro una explicación racional por este lado que muestre cómo podían vaciar de reservas al Central.
Podrá argumentarse que los exportadores no vendían la soja que tenían en sus silos bolsa. Si miles de productores se ponían de acuerdo en esa «conspiración» hay dos temas a considerar: a) la soja es del productor y la vende cuando se le da la gana, no cuando al Gobierno le conviene (si es que todavía existe el derecho de propiedad) y b) aun suponiendo esta conspiración, el Central no perdía reservas, dejaba de recibir dólares de exportación. No le bajaban las reservas, en todo caso no aumentaban. Nuevamente, ¿cómo hacían estos supuestos conspiradores para vaciar de reservas al Central si no le sacaban divisas?
Se podrá argumentar que si los exportadores no liquidaban sus exportaciones, el Central no tenía reservas para pagar los insumos de importación más el combustible que hay importar por la crisis energética generada por el mismo gobierno. Si este es el argumento, entonces, luego de 10 años de modelo, la sustitución de importaciones ha demostrado ser un fracaso absoluto y la política energética una catástrofe, con lo cual, más que una conspiración para dejar al Central sin reservas, tenemos un modelo económico que hace agua por todos lados o, dicho de otra manera, la supuesta conspiración no es otra cosa que la fenomenal inconsistencia de las medidas que se adoptan.
El Gobierno siempre ha argumentado que el mercado marginal, ahora llamado blue, es mínimo y sin relevancia, así que aun subiendo el dólar a $ 20 no debería ser motivo de preocupación para el Gobierno siendo que ese mercado es muy chico. Y si el modelo es tan fuerte, en poco tiempo los compradores iban a tener pérdidas, algo que hasta ahora no ha ocurrido.
¿Quién conspira, entonces? De acuerdo a los datos que pueden verse en el portal de la AFIP, entre el 27 de enero y el 12 de febrero, hubo 370.422 personas que compraron en total U$S 198 millones. De las 370.422 personas, 325.213 son empleados en relación de dependencia, 17.915 autónomos y 27.294 monotributistas. En todo caso, la corrida está generada por gente que vive de un sueldo o tiene bajos ingresos y sabe que el peso se derrite día a día por la emisión monetaria que hace el Central para financiar el gasto público. Acá, la supuesta conspiración no pudo venir de grandes operadores por las razones explicadas más arriba, la «conspiración» proviene de miles de personas que en su mayoría vive de un sueldo y no confía en el peso ni tiene confianza en el Gobierno. Así de simple.
La conspiración es la falta de confianza de la gente en un gobierno que no sabe para dónde ir ni cómo salir del lío que armó
El dato realmente curioso es que de las 325.213 personas que trabajan en relación de dependencia y fueron autorizadas por la AFIP, el 34% trabaja en el sector público nacional, provincial y municipal. El 15% de las personas autorizadas a comprar dólares y que realmente los compraron pertenecen al sector público nacional. Ni ellos creen en su propio modelo.
Si a eso le agregamos el cepo cambiario que ahuyenta toda inversión (nadie trae capitales para luego no poder girar utilidades), los discursos de alto voltaje de agresión en cadena, denunciando conspiraciones y amenazas de multa sin derecho a que las empresas puedan pedir una cautelar, más las inconsistencias propias de la política económica, la única conspiración que yo veo es la de las inconsistencias que salen a la luz sin piedad. La conspiración es la falta de confianza de la gente en un gobierno que no sabe para dónde ir ni cómo salir del lío que armó.
La Presidenta dijo que tendrían que poder aplicarse multas y luego de pagar, el multado podría ir a la Justicia. Si este principio rigiera, no solo se violaría el principio de inocencia y defensa en juicio, sino que Miguel Bein tendría que haber pagado la multa que le quiso aplicar Moreno y ahora, en vez de estar denunciando conspiraciones, estaría litigando para recuperar su dinero por haber dicho que la inflación era mayor a la que decía el ex secretario de Comercio.
El Gobierno acaba de presentar el nuevo IPC Nacional, con un aumento del 3,7% en enero. Asumiendo que el número es válido, esa tasa da un proyectado del 54,6% anual. Ahí está la verdadera conspiración, un gobierno que destruye la moneda y la gente que trata, legítimamente, de defender sus ahorros. El resto es solo relato para la tribuna que ya solo entra en un patio. .

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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