Esperaban a la presidenta de la Comunidad de Madrid, pero Esperanza Aguirre no llegó. Tampoco la consejera de Educación y Empleo, Lucía Figar, asistente habitual de las inauguraciones académicas. No han acudido “porque estaban convocadas al comité ejecutivo nacional del PP”, según ha explicado un portavoz oficial de Educación, que ha señalado que ambas avisaron la semana pasada de que no podrían asistir. En su lugar, el director general de Universidades, Jon Juaristi, es quien más abucheos ha cosechado esta mañana en la inauguración oficial del año académico de las seis universidades públicas madrileñas —Complutense, Autónoma, Alcalá de Henares, Rey Juan Carlos, Carlos III y Politécnica—. El acto estaba previsto que se celebrara a las diez de la mañana en el aula magna de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), pero ha sido suspendido por las protestas.
Más de un centenar de personas, entre profesores, estudiantes y personal de administración y servicio (PAS), han irrumpido en el acto solemne de inauguración y han impedido que se escucharan los discursos de la secretaria de la UAM, Pilar Cámara, y del director general de Universidades de Madrid, Jon Juaristi. Los manifestantes han abucheado y han mostrado tarjetas rojas a los rectores, sentados en un lateral del escenario del salón de actos. Juaristi ha dado por concluido el acto y por inaugurado el curso casi una hora después del comienzo fallido, entre gritos de “vergüenza”, “¡vuestras tasas no las pagamos!” o “¡huelga indefinida!”. “En el marco de la autonomía universitaria les pido respeto”, pedía sin éxito el rector de la Autónoma y anfitrión del evento, José María Sanz, que después ha lamentado “la situación y el ambiente creado”. “Es un mal momento para la universidad pública cuando el grito inhibe la palabra», ha dicho.
Los estudiantes, que portaban una pancarta en la que pedían “políticos a la hoguera, Espe no te vayas, muérete”, han intentado a mitad de acto, pasadas las diez y media de la mañana, subir con la pancarta al escenario con algunos forcejeos. La protesta estaba convocada por CC OO y UGT, por un lado, y por plataformas y grupos de estudiantes que, desde la semana pasada, calentaban las redes sociales. Durante la intervención de Juaristi, se han levantado y han abandonado la sala tanto los que protestaban como parte del público, entre ellos destacaba el desplante de un decano universitario, Antonio Cascón. Pero no ha sido el único: Isabel Castro, decana de la facultad de Ciencias, también ha abandonado la sala. «La ausencia de Esperanza Aguirre me ha parecido tal descortesía hacia el mundo universitario que en el último momento he decidido irme», ha explicado a este periódico. Juaristi ha manifestado que no lo entiende y que los concentrados en la UAM “no son la gente” de la universidad.
Mientras proseguían los abucheos, los rectores han salido de la sala en un desfile entre los gritos de los estudiantes. ¡Qué solemnidad y qué poca vergüenza!», les ha gritado una chica. “¡Vergüenza, vergüenza!”, gritaba otro manifestante a las puertas del salón. El presidente de los rectores madrileños, Daniel Peña, ha asegurado que entiende “el descontento de los alumnos” pero ha considerado que “no ganan nada por no permitir que un acto académico se celebre con normalidad”. En la misma línea se ha manifestado José Carrillo, rector de la Universidad Complutense. “Eso no es democrático ni favorece a la universidad pública”, ha manifestado. Carrillo ha indicado, en cualquier caso, que la Comunidad de Madrid “está ahogando a las universidades públicas”. La Complutense debe recortar 25 millones de su presupuesto en 2012 y otros 22 el año que viene, ha explicado. Hay 175 millones menos para las universidades públicas madrileñas.
Los sindicatos temen despidos de profesores asociados y temporales con los nuevos presupuestos. “Es el curso con mayor incertidumbre que hemos iniciado”, ha añadido Carrillo, que ha asegurado que quiere evitar tocar la plantilla. En el pasillo lleno de gente, mientras los rectores abandonaban la sala y seguían la protesta, la estudiante Laura Mogüerza aseguraba sentirse “impotente”. Es la hija de la catedrática Inés Fernández Ordóñez, que tenía que haber intervenido en la inauguración. “A todo el mundo le han recortado, pero no deberían ir contra los intelectuales sino contra los políticos y los banqueros”, ha pedido visiblemente nerviosa desde un lateral. Uno de los abucheados al inicio ha sido el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández.
«Estoy muy contento. Hemos conseguido que el acto no se celebre. Hay que frenar a los gobernantes que se han propuesto «asesinar» los servicios públicos», ha declarado Jorge Riechmann, profesor de Filosofía Moral de la UAM y miembro de la plataforma de trabajadores de la UAM-CSIC en defensa de la universidad pública. «La convocatoria ha sido todo un éxito», comentaba M. F., administrativa de la Complutense. Una profesora de Sociología de la UCM ha declarado a este periódico que no le ha extrañado que Aguirre no haya asistido al acto, tal y como recogía la carta de invitación al mismo. «Hay un total antagonismo entre la universidad pública y Esperanza Aguirre. Estaba claro que no iba a dar la cara», ha sentenciado.
Antes y después del acto inaugural, un grupo de estudiantes repartía octavillas con información del cálculo de la subida de tasas universitarias, que se incrementan hasta un 52% en los grados, según sus estimaciones, y hasta el 200% para másteres. Tras la fallida inauguración, una veintena de alumnos se ha quedado en el césped que hay delante del Aula Magna de Medicina para celebrar una asamblea en la que aprobar nuevas medidas. El primer punto de la reunión está titulado ¿Qué continuidad le damos a esto? Juan N., un estudiante de Derecho de la UAM, tomaba la palabra: «Esta manifestación ha sido el principio. Debemos aunar fuerzas y preparar más protestas para este mes, pero debemos estar todos juntos: profes, alumnos, catedráticos, investigadores…». Los sindicatos también prevén más movilizaciones y un inicio de curso “caliente”.
Más de un centenar de personas, entre profesores, estudiantes y personal de administración y servicio (PAS), han irrumpido en el acto solemne de inauguración y han impedido que se escucharan los discursos de la secretaria de la UAM, Pilar Cámara, y del director general de Universidades de Madrid, Jon Juaristi. Los manifestantes han abucheado y han mostrado tarjetas rojas a los rectores, sentados en un lateral del escenario del salón de actos. Juaristi ha dado por concluido el acto y por inaugurado el curso casi una hora después del comienzo fallido, entre gritos de “vergüenza”, “¡vuestras tasas no las pagamos!” o “¡huelga indefinida!”. “En el marco de la autonomía universitaria les pido respeto”, pedía sin éxito el rector de la Autónoma y anfitrión del evento, José María Sanz, que después ha lamentado “la situación y el ambiente creado”. “Es un mal momento para la universidad pública cuando el grito inhibe la palabra», ha dicho.
Los estudiantes, que portaban una pancarta en la que pedían “políticos a la hoguera, Espe no te vayas, muérete”, han intentado a mitad de acto, pasadas las diez y media de la mañana, subir con la pancarta al escenario con algunos forcejeos. La protesta estaba convocada por CC OO y UGT, por un lado, y por plataformas y grupos de estudiantes que, desde la semana pasada, calentaban las redes sociales. Durante la intervención de Juaristi, se han levantado y han abandonado la sala tanto los que protestaban como parte del público, entre ellos destacaba el desplante de un decano universitario, Antonio Cascón. Pero no ha sido el único: Isabel Castro, decana de la facultad de Ciencias, también ha abandonado la sala. «La ausencia de Esperanza Aguirre me ha parecido tal descortesía hacia el mundo universitario que en el último momento he decidido irme», ha explicado a este periódico. Juaristi ha manifestado que no lo entiende y que los concentrados en la UAM “no son la gente” de la universidad.
Mientras proseguían los abucheos, los rectores han salido de la sala en un desfile entre los gritos de los estudiantes. ¡Qué solemnidad y qué poca vergüenza!», les ha gritado una chica. “¡Vergüenza, vergüenza!”, gritaba otro manifestante a las puertas del salón. El presidente de los rectores madrileños, Daniel Peña, ha asegurado que entiende “el descontento de los alumnos” pero ha considerado que “no ganan nada por no permitir que un acto académico se celebre con normalidad”. En la misma línea se ha manifestado José Carrillo, rector de la Universidad Complutense. “Eso no es democrático ni favorece a la universidad pública”, ha manifestado. Carrillo ha indicado, en cualquier caso, que la Comunidad de Madrid “está ahogando a las universidades públicas”. La Complutense debe recortar 25 millones de su presupuesto en 2012 y otros 22 el año que viene, ha explicado. Hay 175 millones menos para las universidades públicas madrileñas.
Los sindicatos temen despidos de profesores asociados y temporales con los nuevos presupuestos. “Es el curso con mayor incertidumbre que hemos iniciado”, ha añadido Carrillo, que ha asegurado que quiere evitar tocar la plantilla. En el pasillo lleno de gente, mientras los rectores abandonaban la sala y seguían la protesta, la estudiante Laura Mogüerza aseguraba sentirse “impotente”. Es la hija de la catedrática Inés Fernández Ordóñez, que tenía que haber intervenido en la inauguración. “A todo el mundo le han recortado, pero no deberían ir contra los intelectuales sino contra los políticos y los banqueros”, ha pedido visiblemente nerviosa desde un lateral. Uno de los abucheados al inicio ha sido el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández.
«Estoy muy contento. Hemos conseguido que el acto no se celebre. Hay que frenar a los gobernantes que se han propuesto «asesinar» los servicios públicos», ha declarado Jorge Riechmann, profesor de Filosofía Moral de la UAM y miembro de la plataforma de trabajadores de la UAM-CSIC en defensa de la universidad pública. «La convocatoria ha sido todo un éxito», comentaba M. F., administrativa de la Complutense. Una profesora de Sociología de la UCM ha declarado a este periódico que no le ha extrañado que Aguirre no haya asistido al acto, tal y como recogía la carta de invitación al mismo. «Hay un total antagonismo entre la universidad pública y Esperanza Aguirre. Estaba claro que no iba a dar la cara», ha sentenciado.
Antes y después del acto inaugural, un grupo de estudiantes repartía octavillas con información del cálculo de la subida de tasas universitarias, que se incrementan hasta un 52% en los grados, según sus estimaciones, y hasta el 200% para másteres. Tras la fallida inauguración, una veintena de alumnos se ha quedado en el césped que hay delante del Aula Magna de Medicina para celebrar una asamblea en la que aprobar nuevas medidas. El primer punto de la reunión está titulado ¿Qué continuidad le damos a esto? Juan N., un estudiante de Derecho de la UAM, tomaba la palabra: «Esta manifestación ha sido el principio. Debemos aunar fuerzas y preparar más protestas para este mes, pero debemos estar todos juntos: profes, alumnos, catedráticos, investigadores…». Los sindicatos también prevén más movilizaciones y un inicio de curso “caliente”.