ECONOMIA › KICILLOF REPLICO LOS PRONOSTICOS DE QUIENES FOGONEARON PARA QUE TOMARAMOS DECISIONES EQUIVOCADAS
El ministro de Economía fue el principal orador del seminario organizado por Cefid-Ar. Hizo hincapié en la batalla ganada en enero contra sectores de poder que quisieron quebrar la política de inclusión. Fueron semanas complicadas, confesó.
Por Javier Lewkowicz
Nos decían a finales de enero que el país se iba al tacho. Que explotaba todo. Fueron semanas complicadas, porque esa opinión permea en la cabeza de cualquiera, es muy poderosa. Lo que quiero decir es que ahí hubo un fogoneo muy fuerte para que se tomaran algunas decisiones. Y eso que decían no pasó. Querían recrear una memoria histórica para que se tomen decisiones equivocadas. Así se refirió el ministro de Economía, Axel Kicillof, a los turbulentos días posteriores al salto en el tipo de cambio que aplicó el Gobierno. Hizo hincapié en los logros, tensiones y deficiencias del proceso de industrialización de la última década y criticó al empresariado: Sectores favorecidos muchas veces están ausentes. Hablan pestes del país en el exterior, pero cuando les preguntan cómo les fue a ellos, tienen que admitir que les fue muy bien.
Kicillof protagonizó el panel de cierre del seminario Balance de una década de transformaciones y el rumbo para su profundización, organizado por el Cefid-Ar. La economía ortodoxa parece más intuitiva, pero siempre está divorciada de los intereses de la clase trabajadora. El Cefid-Ar es un esfuerzo que hay que prolongar, fortalecer e institucionalizar, dedicó el ministro. En el salón de actos del Banco Nación, Kicillof presentó una larga serie de filminas sobre la situación económica nacional y regional mechadas con varias humoradas, en un evento donde jugó de local.
Comenzó dando cuenta de la flexibilidad en materia de instrumentos de política económica que el Gobierno mostró en el último tiempo, cuando en la agenda económica apareció el guiño a los mercados con el pago al Ciadi, un nuevo intento de pago al Club de París, el IPC-Nu y la devaluación de enero. Lo que se prioriza son los objetivos políticos. Este gobierno tiene metas de crecimiento, empleo, producción y reindustrialización. Y no se casa con determinada medida, como lo hacen los planes ortodoxos de estabilización. Hemos tenido mucha capacidad para captar cuáles son los instrumentos para llevar a cabo los objetivos que persiguen. Nuestra agenda de discusión es cómo crecer al 7 por ciento durante muchos años más, cómo fortalecer el tejido industrial, cómo no necesitar programas de asistencia social porque la gente consigue trabajo genuino.
Kicillof contrastó el crecimiento registrado por varios sectores industriales con el apoyo brindado al Gobierno. Los sectores favorecidos, como autos, siderurgia, energía eléctrica, línea blanca (electrodomésticos), gaseosas o cemento, por poner algunos ejemplos, son reticentes a hablar de sus propios logros. Están ausentes. Y pasa a veces que el Gobierno está muy solo. Esto es distinto en Brasil, donde los sectores industriales son los que piden al gobierno medidas de protección, criticó.
El ministro advirtió que en materia industrial hay sectores que han prosperado, pero que no hicieron un salto competitivo. Tenemos un problema ahí. Tenemos que exigirnos, crear los instrumentos y poner al Estado en función de una industrialización todavía más fuerte, que no sea prebendaria ni dependa de determinados estímulos que puedan extinguirse. También admitió que existe un vacío teórico para encarar la reindustrialización. El proyecto industrializador después de la década neoliberal agrega muchísimas complicaciones. Se nos han quemado los libros que trataban el tema en los 50 y 60. Hay una tarea conceptual que cumplir. Recrear una nueva escuela del desarrollo en países emergentes como el nuestro. Hoy hay que buscar nichos en donde la industria nacional puede ser competitiva, plataformas donde el país pueda ser exportador, y sin recurrir a modelos imposibles como la industrialización con salarios bajos y no sindicalizada, porque ésa no es la situación argentina.
Dedicó una parte de su exposición a la tensión en el frente financiero que dominó la escena a comienzos de año con la devaluación. Decían que el país se iba al tacho. Que si se habilitaba la compra de dólares, iba a haber colas infinitas, que se venía un rodrigazo. Cuando terminó la cuestión cambiaria, dijeron que fracasaba Precios Cuidados. Ahora, que las paritarias van a ser del 80 por ciento. No ocurre nunca lo que vaticinan. Pero en economía, las expectativas tienen efectos económicos, señaló.
Kicillof comparó el desempeño de Argentina con respecto al de países vecinos. Muchos países de la región han aprovechado para tomar crédito barato, cosa que nosotros no hicimos. Hemos hecho lo contrario, nos hemos desendeudado. No sé si decir si nos hemos sobredesendeudado incluso. Vinculó la expansión monetaria con la emisión derivada de la intervención cambiaria para evitar la apreciación del peso, estrategia que otros países no usaron. Argentina no ha perdido mucho en la relación industria sobre PIB, mucho menos que otros países. Una mejora en los términos del intercambio no genera directamente un resultado positivo.