Tan seguros estaban de la victoria en la primaria abierta, simultánea y obligatoria (PASO), que los radicales ni esperaron los datos oficiales. Seguros de que todos los candidatos de la UCR sumados rozaban el 60% de los votos y que sólo Rodolfo Suárez superaba el 50%. Así es que pasadas las 20 de ayer el intendente interino de Capital salió legitimado a anunciar su victoria, acompañado por el candidato a gobernador Alfredo Cornejo y los dos candidatos a presidente de la UCR Julio Cobos y Ernesto Sanz.
Desde temprano Suárez y sus cercanos ocupaban las habitaciones 701 y 703 del hotel Aconcagua y allí recibían los datos del escrutinio que recababan los fiscales en cada mesa de la Ciudad de Mendoza.
Abajo, en el lobby del hotel, estaban militantes y dirigentes radicales. Se los vio a los ex intendentes Roberto Iglesias y Eduardo Cicchitti, a varios legisladores provinciales, a algunos representantes de los socios políticos del radicalismo en estas elecciones, como el socialista Sebastián Melchor y el de Libres del Sur, Ernesto Mancinelli. Más tarde llegó el concejal del Pro, Gustavo Senetiner a saludar al ganador.
Cerca de las 19 ya todos los que estaban poblando el Aconcagua sabían que no había mucho que agregar; así el clima de relajada confianza.
En Capital y San Carlos se estrenó una nueva forma electoral en Mendoza, las PASO. No es que sean una novedad para los mendocinos, porque se vienen aplicando desde 2011 para los cargos nacionales (presidente, vice y legisladores nacionales), pero ésta fue la primera vez que se aplicaban para cargos municipales.
El concepto detrás de la PASO es sencillo, aún cuando para muchos mendocinos es aún una incógnita: son similares a las primarias que se aplican en Estados Unidos, elecciones que reemplazan a las viejas internas partidarias, en las que todos los ciudadanos seleccionan los candidatos del partido de sus amores.
A pesar del engorro, se trata de un avance, dado que el viejo sistema de internas se dirimía entre aparatos partidarios y quien controlaba el padrón de afiliados o compraba más votos ganaba las internas. Con las primarias, como votan todos los ciudadanos, controlar el padrón es imposible.
Así es que los vecinos de Capital con debilidad por el radicalismo debían elegir entre cuatro candidatos: Suárez, Dugar Chappel, Marcos Balmaceda y Carlos Moyano.
Pasadas las 19 se decía que el radicalismo estaba haciendo una elección histórica: Es que los cuatro aspirantes radicales sumaban entre todos más del 60% de los sufragios emitidos. Todos recordaban que hace 4 años Víctor Fayad había ganado la intendencia de Capital por el 57%, por lo que esta vez, en el debut de las PASO, la UCR estaba rompiendo ese porcentaje demoledor.
Siempre según los datos del radicalismo, Suárez andaba cerca del 54% de los votos, Chappel rondaba el 5%, Balmaceda y Moyano rondaban el 2% cada uno.
Siempre según los datos que manejaban los radicales, el PJ y el Frente de Izquierda (FIT) peleaban por el segundo lugar, rondando un lejano 15%, por lo que la UCR y Suárez eran cómodos ganadores.
No estaba en juego la intendencia, apenas era la primaria que definía quién llega a la general, por eso tal vez no había festejos desmedidos. A las 19.30 llegó Cornejo al hotel, saludó a los parroquianos y subió a las habitaciones que ocupaba Suárez.
Media hora después, Suárez, Cornejo, Cobos y Sanz bajaron del séptimo piso y se plantaron frente a la prensa para anunciar lo que aún no estaba confirmado por datos oficiales.
Suárez dijo que el resultado electoral es “un reconocimiento de los vecinos de la Ciudad que nos llevan a asumir un compromiso muy grande, quizá mucho más grande que el que tuve que asumir después del fallecimiento de Víctor Fayad. Ser intendente después de Fayad, un ícono de lo que es la gestión municipal”.
Luego Cornejo ensayó una explicación del resultado. Dijo que por un lado “se premia a gestiones locales” y, por otro, “la ciudadanía está votando a la oposición en forma contundente”.
Hoy Suárez continuará con los festejos, porque llega Mauricio Macri para sacarse una foto con el intendente y Cornejo, para vender la presencia del Pro en la primera elección en todo el país.
Cobos confirmó que no será parte de esa foto: “No creo que Macri venga a saludar a Cobos. Pero si quiere pasar por el Comité, será bienvenido”.
Desde temprano Suárez y sus cercanos ocupaban las habitaciones 701 y 703 del hotel Aconcagua y allí recibían los datos del escrutinio que recababan los fiscales en cada mesa de la Ciudad de Mendoza.
Abajo, en el lobby del hotel, estaban militantes y dirigentes radicales. Se los vio a los ex intendentes Roberto Iglesias y Eduardo Cicchitti, a varios legisladores provinciales, a algunos representantes de los socios políticos del radicalismo en estas elecciones, como el socialista Sebastián Melchor y el de Libres del Sur, Ernesto Mancinelli. Más tarde llegó el concejal del Pro, Gustavo Senetiner a saludar al ganador.
Cerca de las 19 ya todos los que estaban poblando el Aconcagua sabían que no había mucho que agregar; así el clima de relajada confianza.
En Capital y San Carlos se estrenó una nueva forma electoral en Mendoza, las PASO. No es que sean una novedad para los mendocinos, porque se vienen aplicando desde 2011 para los cargos nacionales (presidente, vice y legisladores nacionales), pero ésta fue la primera vez que se aplicaban para cargos municipales.
El concepto detrás de la PASO es sencillo, aún cuando para muchos mendocinos es aún una incógnita: son similares a las primarias que se aplican en Estados Unidos, elecciones que reemplazan a las viejas internas partidarias, en las que todos los ciudadanos seleccionan los candidatos del partido de sus amores.
A pesar del engorro, se trata de un avance, dado que el viejo sistema de internas se dirimía entre aparatos partidarios y quien controlaba el padrón de afiliados o compraba más votos ganaba las internas. Con las primarias, como votan todos los ciudadanos, controlar el padrón es imposible.
Así es que los vecinos de Capital con debilidad por el radicalismo debían elegir entre cuatro candidatos: Suárez, Dugar Chappel, Marcos Balmaceda y Carlos Moyano.
Pasadas las 19 se decía que el radicalismo estaba haciendo una elección histórica: Es que los cuatro aspirantes radicales sumaban entre todos más del 60% de los sufragios emitidos. Todos recordaban que hace 4 años Víctor Fayad había ganado la intendencia de Capital por el 57%, por lo que esta vez, en el debut de las PASO, la UCR estaba rompiendo ese porcentaje demoledor.
Siempre según los datos del radicalismo, Suárez andaba cerca del 54% de los votos, Chappel rondaba el 5%, Balmaceda y Moyano rondaban el 2% cada uno.
Siempre según los datos que manejaban los radicales, el PJ y el Frente de Izquierda (FIT) peleaban por el segundo lugar, rondando un lejano 15%, por lo que la UCR y Suárez eran cómodos ganadores.
No estaba en juego la intendencia, apenas era la primaria que definía quién llega a la general, por eso tal vez no había festejos desmedidos. A las 19.30 llegó Cornejo al hotel, saludó a los parroquianos y subió a las habitaciones que ocupaba Suárez.
Media hora después, Suárez, Cornejo, Cobos y Sanz bajaron del séptimo piso y se plantaron frente a la prensa para anunciar lo que aún no estaba confirmado por datos oficiales.
Suárez dijo que el resultado electoral es “un reconocimiento de los vecinos de la Ciudad que nos llevan a asumir un compromiso muy grande, quizá mucho más grande que el que tuve que asumir después del fallecimiento de Víctor Fayad. Ser intendente después de Fayad, un ícono de lo que es la gestión municipal”.
Luego Cornejo ensayó una explicación del resultado. Dijo que por un lado “se premia a gestiones locales” y, por otro, “la ciudadanía está votando a la oposición en forma contundente”.
Hoy Suárez continuará con los festejos, porque llega Mauricio Macri para sacarse una foto con el intendente y Cornejo, para vender la presencia del Pro en la primera elección en todo el país.
Cobos confirmó que no será parte de esa foto: “No creo que Macri venga a saludar a Cobos. Pero si quiere pasar por el Comité, será bienvenido”.
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