Por Javier Lewkowicz
“En los 90 se intentó hacer todo en dos años. En el corto plazo fue fantástico, pero esos cambios no fueron sostenibles porque se tomaron demasiados atajos. Noso- tros aprendimos de esa experiencia”, señaló ayer el secretario de Comercio, Miguel Braun. El funcionario asistió al encuentro del American Council en Washington, donde dio definiciones sobre las ideas económicas del Gobierno, qué sectores buscará priorizar y anticipó un fuerte impulso a la firma de tratados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, México y la Alianza del Pacífico.
“Acá se puede ver el entusiasmo que genera la Argentina con su gobierno más amigable al mercado”, señaló Jason Marczak, director del Latin America Economic Growth Initiative, que tuvo ayer a Braun como principal invitado. La conferencia se tituló “New Argentina” (Nueva Argentina). La estrategia de toma de deuda financiera y atracción de inversiones reales en una economía desregulada tiene como aliados a Estados Unidos y Europa. De hecho, apenas asumió, el presidente, Mauricio Macri, hizo un guiño al país del Norte con las críticas a Venezuela. En una línea similar, Braun ayer ante la audiencia de empresarios norteamericanos dijo que “queremos colaborar con países con los que compartimos la política de derechos humanos y la democracia. Queremos que Argentina sea un aliado estructural de Estados Unidos y Europa. Para eso necesitamos mucha ayuda. Con Estados Unidos tenemos que trabajar juntos para hacer sostenible las reformas profundas”. Braun festejó la visita de mañana del presidente de Francia, François Hollande, y el 23 y 24 de marzo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
“Nuestra meta principal es atraer inversiones globales”, definió Braun, y procuró subrayar qué sectores de la economía presentan oportunidades para los inversores. “En la próxima década queremos duplicar la cantidad de alimentos que producimos, también hay grandes oportunidades en energía renovable, como la energía solar en el norte del país y la eólica en el sur. En Vaca Muerta hay un gran potencial y también en minería, a pesar de que los precios en este momento no sean tan atractivos. También en los sectores de servicios audiovisuales y del software”, indicó. No mencionó sectores de la manufactura relevantes en términos de empleo como la metalmecánica, el autopartismo, los medicamentos o la industria textil.
Braun avisó que “Argentina está otra vez abierta a los negocios. Normalizamos la tasa de cambio, también el comercio, ahora es muy fácil exportar e importar. Queremos que las compañías de Estados Unidos vengan a invertir”. Incluso encuadró la estrategia liberal en el diagrama regional. “El Mercosur tiene una oportunidad histórica. Es la primera vez que todos los miembros quieren integrarse al mundo. Es el momento de ir juntos”, dijo, y señaló la intención de firmar acuerdos de libre comercio Braun advirtió que ese realineamiento comercial no será de un día para el otro porque “creemos en el gradualismo”, a pesar de los miles de despidos a días de asumir el nuevo gobierno, la suba del dólar del 55 por ciento, el tarifazo y la quita de retenciones. “Tomamos el ejemplo de lo que hizo Australia en los 90, pero le tomó 15 años, no se hizo de un día para el otro. Queremos hacer este cambio sostenible”, dijo. Entonces expuso su visión sobre el neoliberalismo de los 90. “Se intentó hacer todo en dos años. En el corto plazo fue fantástico, pero esos cambios no fueron sostenibles porque se tomaron demasiados atajos”, planteó. Es decir que el rumbo del programa económico era el correcto para Braun pero el problema fue de implementación. “No entramos al Gobierno con una crisis profunda. Es por eso que vamos por el gradualismo. No creemos que el ajuste fuerte tenga sentido políticamente. La agenda es gradual”, agregó Braun. Esa descripción de la economía argentina contrasta con el diagnóstico catastrófico que usualmente se pinta desde el macrismo.
El funcionario también dijo que “terminar con el tema de la deuda nos va a permitir ser un socio total en los mercados globales de deuda” y que la eliminación de las retenciones mineras “es una señal que enviamos al mundo porque queremos estimular el sector”. “En la década pasada fuimos una economía cerrada. Somos optimistas de que Argentina puede dejar atrás eso. En los últimos dos meses Macri mostró su compromiso con la nueva Argentina”, cerró Braun para el deleite de los hombres de negocios.
“En los 90 se intentó hacer todo en dos años. En el corto plazo fue fantástico, pero esos cambios no fueron sostenibles porque se tomaron demasiados atajos. Noso- tros aprendimos de esa experiencia”, señaló ayer el secretario de Comercio, Miguel Braun. El funcionario asistió al encuentro del American Council en Washington, donde dio definiciones sobre las ideas económicas del Gobierno, qué sectores buscará priorizar y anticipó un fuerte impulso a la firma de tratados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, México y la Alianza del Pacífico.
“Acá se puede ver el entusiasmo que genera la Argentina con su gobierno más amigable al mercado”, señaló Jason Marczak, director del Latin America Economic Growth Initiative, que tuvo ayer a Braun como principal invitado. La conferencia se tituló “New Argentina” (Nueva Argentina). La estrategia de toma de deuda financiera y atracción de inversiones reales en una economía desregulada tiene como aliados a Estados Unidos y Europa. De hecho, apenas asumió, el presidente, Mauricio Macri, hizo un guiño al país del Norte con las críticas a Venezuela. En una línea similar, Braun ayer ante la audiencia de empresarios norteamericanos dijo que “queremos colaborar con países con los que compartimos la política de derechos humanos y la democracia. Queremos que Argentina sea un aliado estructural de Estados Unidos y Europa. Para eso necesitamos mucha ayuda. Con Estados Unidos tenemos que trabajar juntos para hacer sostenible las reformas profundas”. Braun festejó la visita de mañana del presidente de Francia, François Hollande, y el 23 y 24 de marzo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
“Nuestra meta principal es atraer inversiones globales”, definió Braun, y procuró subrayar qué sectores de la economía presentan oportunidades para los inversores. “En la próxima década queremos duplicar la cantidad de alimentos que producimos, también hay grandes oportunidades en energía renovable, como la energía solar en el norte del país y la eólica en el sur. En Vaca Muerta hay un gran potencial y también en minería, a pesar de que los precios en este momento no sean tan atractivos. También en los sectores de servicios audiovisuales y del software”, indicó. No mencionó sectores de la manufactura relevantes en términos de empleo como la metalmecánica, el autopartismo, los medicamentos o la industria textil.
Braun avisó que “Argentina está otra vez abierta a los negocios. Normalizamos la tasa de cambio, también el comercio, ahora es muy fácil exportar e importar. Queremos que las compañías de Estados Unidos vengan a invertir”. Incluso encuadró la estrategia liberal en el diagrama regional. “El Mercosur tiene una oportunidad histórica. Es la primera vez que todos los miembros quieren integrarse al mundo. Es el momento de ir juntos”, dijo, y señaló la intención de firmar acuerdos de libre comercio Braun advirtió que ese realineamiento comercial no será de un día para el otro porque “creemos en el gradualismo”, a pesar de los miles de despidos a días de asumir el nuevo gobierno, la suba del dólar del 55 por ciento, el tarifazo y la quita de retenciones. “Tomamos el ejemplo de lo que hizo Australia en los 90, pero le tomó 15 años, no se hizo de un día para el otro. Queremos hacer este cambio sostenible”, dijo. Entonces expuso su visión sobre el neoliberalismo de los 90. “Se intentó hacer todo en dos años. En el corto plazo fue fantástico, pero esos cambios no fueron sostenibles porque se tomaron demasiados atajos”, planteó. Es decir que el rumbo del programa económico era el correcto para Braun pero el problema fue de implementación. “No entramos al Gobierno con una crisis profunda. Es por eso que vamos por el gradualismo. No creemos que el ajuste fuerte tenga sentido políticamente. La agenda es gradual”, agregó Braun. Esa descripción de la economía argentina contrasta con el diagnóstico catastrófico que usualmente se pinta desde el macrismo.
El funcionario también dijo que “terminar con el tema de la deuda nos va a permitir ser un socio total en los mercados globales de deuda” y que la eliminación de las retenciones mineras “es una señal que enviamos al mundo porque queremos estimular el sector”. “En la década pasada fuimos una economía cerrada. Somos optimistas de que Argentina puede dejar atrás eso. En los últimos dos meses Macri mostró su compromiso con la nueva Argentina”, cerró Braun para el deleite de los hombres de negocios.