27-07-1100:00 El Merval ganó ayer 1% y se diferenció del resto de los mercados, que cayeron por la incertidumbre que genera una potencial cesación de pagos de EE.UU. Los papeles locales atados al sector de la energía eléctrica tuvieron fuertes subas ya que los inversores especularon con la contundencia de los triunfos electorales de Buenos Aires y Santa Fe y esperan una segunda vuelta en octubre
La sorpresa, ese móvil de cada descubrimiento, es un fenómeno que tiene pros y contras, pero que siempre, siempre, provoca efectos inesperados.
Ayer, en una jornada de negocios donde la amenaza de un default en Estados Unidos siguió latiendo con fuerza, esa misma sorpresa hizo que la bolsa local pudiera asomar su cabeza y saldar un resultado positivo de 1%, en medio de la tormenta perfecta que se va perfilando ante una potencial cesación de pagos de la primera economía del mundo.
En este afortunado divorcio del mercado local mucho tuvo que ver la política vernácula. En rigor, un nutrido grupo de inversores pidió pista para ejercer la nada infrecuente tarea de la especulación. El argumento que rozó a buena parte de estos ejercicios tuvo un común denominador: la victoria en primera vuelta de Mauricio Macri (Pro), y el triunfo el pasado domingo del electo gobernador de Santa Fe, el socialista Antonio Bonfatti.
Sin embargo, no fue el resultado de ambas contiendas lo que generó la adhesión de propios y extraños, sino la contundencia de las victorias, un dato que no estaba en los cálculos de los más avezados pronosticadores y que constituyó el hallazgo que disparó las subas.
La posibilidad de que en octubre exista otro gobierno que no sea el oficialismo fue valorada por los operadores que lo comenzaron a descontar lentamente en los precios, dijo Juan Diedrichs, operador de Capital Markets Argentina.
En este sentido, las compañías que gozaron del aval promedio del mercado fueron las de servicios públicos, especialmente aquellas que proveen gas y electricidad.
El activo más barato que hay hoy en el país es la energía eléctrica que, a diferencia del petróleo, no tiene ajuste alguno. Creo que esto puede cambiar a futuro, agregó Diedrichs.
Según señalan en la city, ocurre que estas compañías tienen congeladas sus tarifas desde hace varios años, en algunos casos incluso desde hace una década como parte de una política gubernamental de provisión de servicios a bajo precio que no impacte en el poder adquisitivo de los sectores de la población con menores ingresos. Eso ha generado que estas compañías dependan exclusivamente del Gobierno para tener una desarrollo del negocio aceptable y que deban esperar la autorización para ajustar sus tarifas o, como es el caso, algún subsidio para tapar los resultados negativos que depara un aumento permanente de costos producto de la inflación y la imposibilidad de trasladar este aumento a precio final de los servicios ofrecidos.
Edenor, la empresa de distribución de Energía logró ayer una suba de 3,48% mientras que Pampa Energía se aseguró un incremento de 3,27%. El papel que mayor escalada registró fue Transener, que cosechó un recorrido de 5,07%. Por su parte, tanto Transportadora de Gas del Norte como Transportadora de Gas del Sur experimentaron incrementos. Tarde o temprano el mercado debe empezar a ponderar la posibilidad de una segunda vuelta para las elecciones presidenciales, por eso las subas de algunas compañías de energía que se verían beneficiadas con un cambio. A la vez, creemos que un ajuste tarifario debe venir más allá de quién se haga cargo del poder ejecutivo, señaló Juan José Vázquez, jefe de Research de Bull Market Brokers.
Para otros operadores, sin embargo, la posibilidad de un ajuste podría llegar incluso antes de las elecciones. De esa opinión es Javier Salvucci, analista de Silver Cloud Advisors, para quien existe la posibilidad de que estos aumentos también reflejen un inminente ajuste.
La sorpresa, ese móvil de cada descubrimiento, es un fenómeno que tiene pros y contras, pero que siempre, siempre, provoca efectos inesperados.
Ayer, en una jornada de negocios donde la amenaza de un default en Estados Unidos siguió latiendo con fuerza, esa misma sorpresa hizo que la bolsa local pudiera asomar su cabeza y saldar un resultado positivo de 1%, en medio de la tormenta perfecta que se va perfilando ante una potencial cesación de pagos de la primera economía del mundo.
En este afortunado divorcio del mercado local mucho tuvo que ver la política vernácula. En rigor, un nutrido grupo de inversores pidió pista para ejercer la nada infrecuente tarea de la especulación. El argumento que rozó a buena parte de estos ejercicios tuvo un común denominador: la victoria en primera vuelta de Mauricio Macri (Pro), y el triunfo el pasado domingo del electo gobernador de Santa Fe, el socialista Antonio Bonfatti.
Sin embargo, no fue el resultado de ambas contiendas lo que generó la adhesión de propios y extraños, sino la contundencia de las victorias, un dato que no estaba en los cálculos de los más avezados pronosticadores y que constituyó el hallazgo que disparó las subas.
La posibilidad de que en octubre exista otro gobierno que no sea el oficialismo fue valorada por los operadores que lo comenzaron a descontar lentamente en los precios, dijo Juan Diedrichs, operador de Capital Markets Argentina.
En este sentido, las compañías que gozaron del aval promedio del mercado fueron las de servicios públicos, especialmente aquellas que proveen gas y electricidad.
El activo más barato que hay hoy en el país es la energía eléctrica que, a diferencia del petróleo, no tiene ajuste alguno. Creo que esto puede cambiar a futuro, agregó Diedrichs.
Según señalan en la city, ocurre que estas compañías tienen congeladas sus tarifas desde hace varios años, en algunos casos incluso desde hace una década como parte de una política gubernamental de provisión de servicios a bajo precio que no impacte en el poder adquisitivo de los sectores de la población con menores ingresos. Eso ha generado que estas compañías dependan exclusivamente del Gobierno para tener una desarrollo del negocio aceptable y que deban esperar la autorización para ajustar sus tarifas o, como es el caso, algún subsidio para tapar los resultados negativos que depara un aumento permanente de costos producto de la inflación y la imposibilidad de trasladar este aumento a precio final de los servicios ofrecidos.
Edenor, la empresa de distribución de Energía logró ayer una suba de 3,48% mientras que Pampa Energía se aseguró un incremento de 3,27%. El papel que mayor escalada registró fue Transener, que cosechó un recorrido de 5,07%. Por su parte, tanto Transportadora de Gas del Norte como Transportadora de Gas del Sur experimentaron incrementos. Tarde o temprano el mercado debe empezar a ponderar la posibilidad de una segunda vuelta para las elecciones presidenciales, por eso las subas de algunas compañías de energía que se verían beneficiadas con un cambio. A la vez, creemos que un ajuste tarifario debe venir más allá de quién se haga cargo del poder ejecutivo, señaló Juan José Vázquez, jefe de Research de Bull Market Brokers.
Para otros operadores, sin embargo, la posibilidad de un ajuste podría llegar incluso antes de las elecciones. De esa opinión es Javier Salvucci, analista de Silver Cloud Advisors, para quien existe la posibilidad de que estos aumentos también reflejen un inminente ajuste.