Los conflictos en empresas de alimentación, supermercados y laboratorios, entre otros rubros, recrudecen. Todos buscan recortar personal. La apertura de procedimientos preventivos de crisis fue la estrategia elegida no sólo por Carrefour, sino también por firmas como Quickfood.
Por estos días, algunas compañías que atraviesan conflictos son la alimenticia Alijor, que fabrica los productos La Salteña; el laboratorio Abbott; la multinacional Cargill; La Campagnola; Material Ferroviario (Materfer) y la fábrica plástica Greif, entre otras.
La empresa de capitales nacionales Alijor, fundada en 1989 y fabricante de tapas de empanadas, pascualinas, pastas frescas y de los panificados de La Salteña, está en conflicto. Unos 150 trabajadores de la planta de Garín le reclaman el pago de los sueldos de marzo y deudas de los últimos tres meses. Desde el lunes a la noche los empleados protestan en la puerta de la planta y temen el cierre de la fábrica. Un vocero que no se identificó confirmó a la agencia NA que no cerrarán. Sostienen que los problemas financieros surgieron por el fuerte aumento en los costos de la producción, ante el alza de las tarifas de electricidad y agua.
El laboratorio estadounidense Abbott abrió un plan de retiros voluntarios para tratar de reducir su planta de 250 empleados en Florencio Varela. En el sector, sostienen que ya achicó un 20% de su plantilla. La multinacional vendió su fábrica de antibióticos al laboratorio Cassara. Sin embargo, mantiene activas otras cinco plantas.
Por su parte, la multinacional Cargill que interrumpió sus operaciones y suspendió a sus casi 500 trabajadores sin goce de haberes en las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Bahía Blanca, ayer retomó la actividad. Los trabajadores se enteraron de la medida por una nota pegada a un portón. En un comunicado, Cargill ratificó su «decisión irreversible de reemplazar a 33 trabajadores» y aclaró que la suspensión de las operaciones fue para «reemplazar colaboradores por otros con características y perfiles adecuados para garantizar la continuidad de las operaciones».
La fábrica de plásticos Greif lanzó un proceso de reestructuración en su planta de Campana y comenzó a cesantear trabajadores.
El grupo Arcor, tampoco se salva de los conflictos. La empresa La Campagnola atraviesa un conflicto con sus trabajadores a raíz de una compensación salarial impaga y un proceso de ajuste. Sus trabajadores paralizaron la planta por una reducción de 200 trabajadores en Mendoza.
La empresa Materfer de Sergio Taselli fue tomada por más de la mitad de los trabajadores porque, según denuncian, no se les pagó la indemnización a trabajadores despedidos. Mientras la compañía Santiago Sáenz, fabricante de Veritas y VO5, incumplió pagos y evalúa si se presenta a concurso.
El pedido de procedimiento preventivo de crisis parece que comienza a ponerse de moda. Se gestiona previo a comunicar despidos y suspensiones, con el objetivo de reducir las indemnizaciones. Carrefour lo pidió la semana pasada, al abrir la puerta para despedir casi 3.000 trabajadores y cerrar sucursales. La empresa Quickfood del grupo alimenticio brasileño Brazil Foods (BRF) también lo solicitó. Los dueños de Paty quieren reducir puestos en su planta de Baradero, pero el pedido fue desestimado por el ministerio de Trabajo.
Por estos días, algunas compañías que atraviesan conflictos son la alimenticia Alijor, que fabrica los productos La Salteña; el laboratorio Abbott; la multinacional Cargill; La Campagnola; Material Ferroviario (Materfer) y la fábrica plástica Greif, entre otras.
La empresa de capitales nacionales Alijor, fundada en 1989 y fabricante de tapas de empanadas, pascualinas, pastas frescas y de los panificados de La Salteña, está en conflicto. Unos 150 trabajadores de la planta de Garín le reclaman el pago de los sueldos de marzo y deudas de los últimos tres meses. Desde el lunes a la noche los empleados protestan en la puerta de la planta y temen el cierre de la fábrica. Un vocero que no se identificó confirmó a la agencia NA que no cerrarán. Sostienen que los problemas financieros surgieron por el fuerte aumento en los costos de la producción, ante el alza de las tarifas de electricidad y agua.
El laboratorio estadounidense Abbott abrió un plan de retiros voluntarios para tratar de reducir su planta de 250 empleados en Florencio Varela. En el sector, sostienen que ya achicó un 20% de su plantilla. La multinacional vendió su fábrica de antibióticos al laboratorio Cassara. Sin embargo, mantiene activas otras cinco plantas.
Por su parte, la multinacional Cargill que interrumpió sus operaciones y suspendió a sus casi 500 trabajadores sin goce de haberes en las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Bahía Blanca, ayer retomó la actividad. Los trabajadores se enteraron de la medida por una nota pegada a un portón. En un comunicado, Cargill ratificó su «decisión irreversible de reemplazar a 33 trabajadores» y aclaró que la suspensión de las operaciones fue para «reemplazar colaboradores por otros con características y perfiles adecuados para garantizar la continuidad de las operaciones».
La fábrica de plásticos Greif lanzó un proceso de reestructuración en su planta de Campana y comenzó a cesantear trabajadores.
El grupo Arcor, tampoco se salva de los conflictos. La empresa La Campagnola atraviesa un conflicto con sus trabajadores a raíz de una compensación salarial impaga y un proceso de ajuste. Sus trabajadores paralizaron la planta por una reducción de 200 trabajadores en Mendoza.
La empresa Materfer de Sergio Taselli fue tomada por más de la mitad de los trabajadores porque, según denuncian, no se les pagó la indemnización a trabajadores despedidos. Mientras la compañía Santiago Sáenz, fabricante de Veritas y VO5, incumplió pagos y evalúa si se presenta a concurso.
El pedido de procedimiento preventivo de crisis parece que comienza a ponerse de moda. Se gestiona previo a comunicar despidos y suspensiones, con el objetivo de reducir las indemnizaciones. Carrefour lo pidió la semana pasada, al abrir la puerta para despedir casi 3.000 trabajadores y cerrar sucursales. La empresa Quickfood del grupo alimenticio brasileño Brazil Foods (BRF) también lo solicitó. Los dueños de Paty quieren reducir puestos en su planta de Baradero, pero el pedido fue desestimado por el ministerio de Trabajo.