Que si, que no, que el martes, que la semana que viene, que de forma gradual, que con implementación de una sola vez en todo el país. Las idas y vueltas con el proyecto de Reforma Electoral que impulsa la Casa Rosada y que instrumenta el sistema de boleta electrónica están a punto a terminar. El oficialismo se propone hoy mismo convocar para el jueves que viene a un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados para emitir dictamen y dejar la iniciativa en condiciones de ser votada en el recinto el miércoles 5 de octubre.
Ese es al menos el acuerdo al que llegaron entre el interbloque Cambiemos y el Frente Renovador. Entre ambas fuerzas suman 124 miembros y están cerca de alcanzar la mayoría absoluta (129 votos) que la Constitución exige para aprobar una reforma electoral.
Pero esa potencial media sanción no asegura que ya el año que viene pueda sufragarse con voto electrónico en todo el país. Es que la iniciativa después deberá ser tratada por la Cámara Alta, y entre los senadores no parece haber ningún apuro en avanzar con la ley.
«No es un tema del que se esté negociando, siquiera se lo está charlando», dijeron a Clarín en la Cámara Alta. Y advirtieron: «Puede que el proyecto termine durmiendo en el Senado».
A diferencia de las leyes de Presupuesto 2017 y de Reforma del Ministerio Público Fiscal, que son conversadas en simultáneo entre las bancadas oficialistas y opositoras de ambas cámaras, el proyecto de reforma electoral sólo está siendo negociado en Diputados. Así, incluso, los senadores podrían eventualmente retocar la ley, con lo que debería regresar a Diputados.
En el plenario de comisiones al que convocará para el jueves el diputado macrista Pablo Tonelli, titular de la comisión de Asuntos Constitucionales, se buscará dar dictamen al proyecto, que tendría tres ejes centrales: establecería que ya en 2017 se vote con boleta electrónica en todo el país, paridad de género en el armado de listas y que en las PASO los electores no puedan votar candidatos de diferentes fuerzas políticas. Aún no está cerrado, también podría haber dictamen sobre una cuestión controvertida: aumentar la cantidad de bancas.
Aunque el proyecto reúna un amplio consenso en Diputados, en el Senado es otro cantar. Un senador de trayectoria del interior describió al Senado como «habitualmente menos proclive a las cosas más modernas» que Diputados. Del FpV, que como fuerza mayoritaria decidirá la suerte del proyecto, el mayor experto en cuestiones electorales es Juan Manuel Abal Medina.
«En el Senado mucho no gusta la idea de cambiar el sistema de voto tradicional. Además hay una mirada de que el nuevo sistema le va a quitar poder a las provincias porque las elecciones se van a centralizar más, que la Cámara Electoral va a tener más poder en detrimento de los jueces electorales de cada provincia y encima hay desconfianza por lo informático», agregó otro senador.
Ese es al menos el acuerdo al que llegaron entre el interbloque Cambiemos y el Frente Renovador. Entre ambas fuerzas suman 124 miembros y están cerca de alcanzar la mayoría absoluta (129 votos) que la Constitución exige para aprobar una reforma electoral.
Pero esa potencial media sanción no asegura que ya el año que viene pueda sufragarse con voto electrónico en todo el país. Es que la iniciativa después deberá ser tratada por la Cámara Alta, y entre los senadores no parece haber ningún apuro en avanzar con la ley.
«No es un tema del que se esté negociando, siquiera se lo está charlando», dijeron a Clarín en la Cámara Alta. Y advirtieron: «Puede que el proyecto termine durmiendo en el Senado».
A diferencia de las leyes de Presupuesto 2017 y de Reforma del Ministerio Público Fiscal, que son conversadas en simultáneo entre las bancadas oficialistas y opositoras de ambas cámaras, el proyecto de reforma electoral sólo está siendo negociado en Diputados. Así, incluso, los senadores podrían eventualmente retocar la ley, con lo que debería regresar a Diputados.
En el plenario de comisiones al que convocará para el jueves el diputado macrista Pablo Tonelli, titular de la comisión de Asuntos Constitucionales, se buscará dar dictamen al proyecto, que tendría tres ejes centrales: establecería que ya en 2017 se vote con boleta electrónica en todo el país, paridad de género en el armado de listas y que en las PASO los electores no puedan votar candidatos de diferentes fuerzas políticas. Aún no está cerrado, también podría haber dictamen sobre una cuestión controvertida: aumentar la cantidad de bancas.
Aunque el proyecto reúna un amplio consenso en Diputados, en el Senado es otro cantar. Un senador de trayectoria del interior describió al Senado como «habitualmente menos proclive a las cosas más modernas» que Diputados. Del FpV, que como fuerza mayoritaria decidirá la suerte del proyecto, el mayor experto en cuestiones electorales es Juan Manuel Abal Medina.
«En el Senado mucho no gusta la idea de cambiar el sistema de voto tradicional. Además hay una mirada de que el nuevo sistema le va a quitar poder a las provincias porque las elecciones se van a centralizar más, que la Cámara Electoral va a tener más poder en detrimento de los jueces electorales de cada provincia y encima hay desconfianza por lo informático», agregó otro senador.