ECONOMIA › EL GOBIERNO PIDIO INFORMES A LAS TERMINALES POR LA CAIDA DE LAS VENTAS
En la Secretaría de Comercio observaron que algunas firmas buscan equilibrar la rentabilidad que pierden por la baja del mercado de Brasil con subas de precios en la plaza local, lo que está afectando el mercado interno.
Por Javier Lewkowicz
El secretario de Comercio, Augusto Costa, pidió a las automotrices que le informen su proyección de mercado para lo que resta del año y presenten los últimos datos sobre las balanzas comerciales individuales. El Gobierno observa que algunas terminales buscan equilibrar la rentabilidad que pierden por la baja del mercado de Brasil con subas de precios en la plaza local. Además, se busca definir un nuevo cupo de dólares para solventar las importaciones del sector. También se espera que en el curso del mes se cierre la negociación de cara al vencimiento de la Política Automotriz Común (PAC) del Mercosur. Brasil pretende una prórroga por dos años, aunque lo más probable es que se acuerde continuar con el status quo un año más. La semana que viene habrá reuniones con cada empresa.
Hay dos datos vinculados al sector que preocupan al Gobierno. Por un lado está la caída de las exportaciones a Brasil, primer destino externo de la producción nacional. No hay mucho que se pueda hacer para que el país vecino compre más, aunque sí existen herramientas para reemplazar exportaciones por ventas internas, con el objetivo de sostener el mercado de trabajo, evitar suspensiones y despidos. En ese sentido, la evolución de los patentamientos locales no luce alentadora: en los primeros cinco meses la caída interanual es del 21,5 por ciento, y el último dato de mayo registró una merma de 16,5 por ciento. Además de la situación del mercado, este mes vence el compromiso del Gobierno de garantizar 154 millones de dólares mensuales para importaciones de las automotrices a cambio de que las empresas mantengan la pauta monitoreada de aumento de precios.
El lunes pasado, Costa mantuvo una reunión con los representantes de las terminales automotrices, sin la participación de las firmas de camiones. Les pidió que informen a la secretaría sus proyecciones de mercado para lo que resta del año y la evolución de las balanzas comerciales. Las empresas quedaron en presentar esos datos y en el curso de la semana que viene comenzarán las reuniones individuales. Según pudo averiguar este diario, las automotrices esperan que el sector llegue a un nivel de producción de los 600/610 mil unidades este año. Se trata de un valor relativamente similar al del 2014, que se ubicó en 617.329 autos, aunque inferior a la marca de 2013 (791.007), 2012 (764.495) y lejos del récord de 2011, cuando las terminales produjeron 828.771 unidades.
Si bien en lo que va del año la producción muestra una caída del 16 por ciento y la expectativa es que ese desempeño mejore un poco, las empresas entienden que esa evolución no amerita un aumento del cupo de divisas para financiar sus importaciones. En cambio, van a plantear que la caída de las exportaciones a Brasil redujo la provisión propia de dólares, de modo que para mantener el ritmo de producción necesitan más apoyo. Las empresas más perjudicadas por la baja de exportaciones son Fiat, Toyota, Ford y Volkswagen. La idea del Gobierno es a priori no elevar el cupo.
En relación con la dinámica del mercado interno, la Secretaría de Comercio observó aumentos de precios por encima de la evolución del tipo de cambio y de la inflación general, por lo que concluye que las empresas buscan compensar la pérdida de rentabilidad por la caída del mercado de Brasil. Este será uno de los ejes de las reuniones de la semana que viene.
Frente a la cuestión de los precios, las automotrices sostienen que la reducción de la oferta por las restricciones de divisas permite a las concesionarias subir los precios de manera desmedida. O sea que la responsabilidad sería de la comercialización. “Si hubiese más dólares, aumentaría la competencia y habría menos presión de precios”, contestan.
El Gobierno enfrenta un delicado equilibrio entre el sostenimiento de un nivel de producción que no afecte el empleo y un resultado de divisas compatible que las necesidades de otros sectores y del propio Estado para pagar deuda externa sin deteriorar las reservas internacionales. Las herramientas que tiene son la autorización de dólares para importar y cierta capacidad de control sobre los precios. Pero en política económica no se baila de a uno, del otro lado hay intereses que alguien busca preservar o ampliar.
En la Secretaría de Comercio observaron que algunas firmas buscan equilibrar la rentabilidad que pierden por la baja del mercado de Brasil con subas de precios en la plaza local, lo que está afectando el mercado interno.
Por Javier Lewkowicz
El secretario de Comercio, Augusto Costa, pidió a las automotrices que le informen su proyección de mercado para lo que resta del año y presenten los últimos datos sobre las balanzas comerciales individuales. El Gobierno observa que algunas terminales buscan equilibrar la rentabilidad que pierden por la baja del mercado de Brasil con subas de precios en la plaza local. Además, se busca definir un nuevo cupo de dólares para solventar las importaciones del sector. También se espera que en el curso del mes se cierre la negociación de cara al vencimiento de la Política Automotriz Común (PAC) del Mercosur. Brasil pretende una prórroga por dos años, aunque lo más probable es que se acuerde continuar con el status quo un año más. La semana que viene habrá reuniones con cada empresa.
Hay dos datos vinculados al sector que preocupan al Gobierno. Por un lado está la caída de las exportaciones a Brasil, primer destino externo de la producción nacional. No hay mucho que se pueda hacer para que el país vecino compre más, aunque sí existen herramientas para reemplazar exportaciones por ventas internas, con el objetivo de sostener el mercado de trabajo, evitar suspensiones y despidos. En ese sentido, la evolución de los patentamientos locales no luce alentadora: en los primeros cinco meses la caída interanual es del 21,5 por ciento, y el último dato de mayo registró una merma de 16,5 por ciento. Además de la situación del mercado, este mes vence el compromiso del Gobierno de garantizar 154 millones de dólares mensuales para importaciones de las automotrices a cambio de que las empresas mantengan la pauta monitoreada de aumento de precios.
El lunes pasado, Costa mantuvo una reunión con los representantes de las terminales automotrices, sin la participación de las firmas de camiones. Les pidió que informen a la secretaría sus proyecciones de mercado para lo que resta del año y la evolución de las balanzas comerciales. Las empresas quedaron en presentar esos datos y en el curso de la semana que viene comenzarán las reuniones individuales. Según pudo averiguar este diario, las automotrices esperan que el sector llegue a un nivel de producción de los 600/610 mil unidades este año. Se trata de un valor relativamente similar al del 2014, que se ubicó en 617.329 autos, aunque inferior a la marca de 2013 (791.007), 2012 (764.495) y lejos del récord de 2011, cuando las terminales produjeron 828.771 unidades.
Si bien en lo que va del año la producción muestra una caída del 16 por ciento y la expectativa es que ese desempeño mejore un poco, las empresas entienden que esa evolución no amerita un aumento del cupo de divisas para financiar sus importaciones. En cambio, van a plantear que la caída de las exportaciones a Brasil redujo la provisión propia de dólares, de modo que para mantener el ritmo de producción necesitan más apoyo. Las empresas más perjudicadas por la baja de exportaciones son Fiat, Toyota, Ford y Volkswagen. La idea del Gobierno es a priori no elevar el cupo.
En relación con la dinámica del mercado interno, la Secretaría de Comercio observó aumentos de precios por encima de la evolución del tipo de cambio y de la inflación general, por lo que concluye que las empresas buscan compensar la pérdida de rentabilidad por la caída del mercado de Brasil. Este será uno de los ejes de las reuniones de la semana que viene.
Frente a la cuestión de los precios, las automotrices sostienen que la reducción de la oferta por las restricciones de divisas permite a las concesionarias subir los precios de manera desmedida. O sea que la responsabilidad sería de la comercialización. “Si hubiese más dólares, aumentaría la competencia y habría menos presión de precios”, contestan.
El Gobierno enfrenta un delicado equilibrio entre el sostenimiento de un nivel de producción que no afecte el empleo y un resultado de divisas compatible que las necesidades de otros sectores y del propio Estado para pagar deuda externa sin deteriorar las reservas internacionales. Las herramientas que tiene son la autorización de dólares para importar y cierta capacidad de control sobre los precios. Pero en política económica no se baila de a uno, del otro lado hay intereses que alguien busca preservar o ampliar.