Martes 14 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa
Jaime Rosemberg
LA NACION
Cuestionado por antiguos compañeros de ruta comunitaria, y presionado por sus nuevos aliados de la política, el rabino Sergio Bergman se prepara para una campaña «paralela» a la del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, en su carrera para sentarse en una banca de legislador porteño a partir del 10 de diciembre.
Los cuestionamientos contra el rabino Bergman, que encabeza la lista de candidatos a legisladores de Pro, explotaron la semana pasada, y llegaron desde ángulos bien distintos. Por un lado, integrantes del grupo Memoria Activa acusaron al primer candidato a legislador porteño por el macrismo y cofundador de la entidad de asociarse a Macri, de quien dijeron: «Nos insultó y ofendió nombrando a Jorge [Fino] Palacios como jefe de la Policía Metropolitana», según explicó Adriana Reisfeld, titular de la organización, a La Nacion. Por otro lado, distintos intelectuales judíos que simpatizan con el kirchnerismo emitieron una curiosa protesta, con el título de «Conmigo no, Bergman».
Desde el comité de campaña de Pro, acordaron relevar a Bergman de debates en los que se cuestione la gestión del jefe de gobierno. Más allá del irrestricto apoyo que le brinda Macri (a quien acompañó ayer en la presentación de un nuevo proyecto contra el delito en moto), en el macrismo lo acusan de «tibio» y de no defender con énfasis a su actual jefe político. Otros integrantes de la lista de legisladores porteños, como Cristian Ritondo, Oscar Moscariello o Martín Ocampo, tendrán a su cargo la mayor parte de la tarea, más allá de un debate en tevé con otros candidatos, prevista para mañana, para atenuar críticas de la oposición porteña.
«Participo de la campaña de Pro allí donde pueda sumar mi diferencia. Vengo desde la nueva política, y no es mi intención dar a otros la ventaja de la confrontación, que es parte de la vieja», afirmó el rabino a La Nacion. Dejó en claro que estará presente en los debates de campaña y recorridas que considere necesarios. Su forma de participar en el intento de reelección de Macri será particular: el domingo 26, por ejemplo, presentará su nuevo libro, por ejemplo, y no entrará en polémicas con aliados del kirchnerismo que lo critican como Aníbal Ibarra y Gabriela Cerrutti. «No les voy a dar el gusto», dice a sus íntimos el rabino de la kipá multicolor, en referencia algunos rivales de la política.
La incomodidad con Bergman proviene desde el momento en que Macri decidió ubicarlo como primer candidato a legislador sin demasiado rodaje en el partido. «Es un paracaidista que encima hace lo que quiere. Tiene que defender más a Mauricio», se quejaron a La Nacion dirigentes porteños de Pro. En el comité de campaña porteña se acordó que Bergman aportará su nombre y su prestigio sólo en determinados momentos de la campaña. En el cónclave, del que participó el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba, quedaron distribuidos los roles: la «frescura» y la «defensa de lo hecho por Pro en materia social» estará a cargo de la candidata a vicejefe de gobierno, María Eugenia Vidal; la pelea y confrontación con los opositores se encargó a Ritondo; y Bergman aportará «su visión desde la ética y la defensa de la República», según contó una fuente que asistió a una reunión de ese comité. Lejos quedará de la participación excluyente que Bergman supo tener en Memoria Activa o en las marchas por la seguridad ciudadana, encabezadas por Juan Carlos Blumberg en 2006, en las que criticó duro al Gobierno.
Tal vez los ataques de Memoria Activa, creada para pedir justicia luego del atentado a la AMIA, sean los que más le duelan al rabino. «La mayoría de las agresiones provienen de judíos K, no de la comunidad. Son los que hacen uso y abuso de la comunidad para combatirme», retrucó el rabino. Enojado con sus antiguos amigos, y con problemas de adaptación al espacio macrista, se lo ve entusiasmado con la campaña propia.
DURAS CRÍTICAS DE SOLANAS A FILMUS
El candidato a jefe de gobierno porteño por Proyecto Sur, Fernando «Pino» Solanas, cuestionó ayer al postulante kirchnerista para la jefatura comunal, Daniel Filmus, al sostener que éste insinúa que solo él puede resolver los problemas de la ciudad. «Eso es un chantaje perverso funcional al oficialismo», dijo Solanas.
Jaime Rosemberg
LA NACION
Cuestionado por antiguos compañeros de ruta comunitaria, y presionado por sus nuevos aliados de la política, el rabino Sergio Bergman se prepara para una campaña «paralela» a la del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, en su carrera para sentarse en una banca de legislador porteño a partir del 10 de diciembre.
Los cuestionamientos contra el rabino Bergman, que encabeza la lista de candidatos a legisladores de Pro, explotaron la semana pasada, y llegaron desde ángulos bien distintos. Por un lado, integrantes del grupo Memoria Activa acusaron al primer candidato a legislador porteño por el macrismo y cofundador de la entidad de asociarse a Macri, de quien dijeron: «Nos insultó y ofendió nombrando a Jorge [Fino] Palacios como jefe de la Policía Metropolitana», según explicó Adriana Reisfeld, titular de la organización, a La Nacion. Por otro lado, distintos intelectuales judíos que simpatizan con el kirchnerismo emitieron una curiosa protesta, con el título de «Conmigo no, Bergman».
Desde el comité de campaña de Pro, acordaron relevar a Bergman de debates en los que se cuestione la gestión del jefe de gobierno. Más allá del irrestricto apoyo que le brinda Macri (a quien acompañó ayer en la presentación de un nuevo proyecto contra el delito en moto), en el macrismo lo acusan de «tibio» y de no defender con énfasis a su actual jefe político. Otros integrantes de la lista de legisladores porteños, como Cristian Ritondo, Oscar Moscariello o Martín Ocampo, tendrán a su cargo la mayor parte de la tarea, más allá de un debate en tevé con otros candidatos, prevista para mañana, para atenuar críticas de la oposición porteña.
«Participo de la campaña de Pro allí donde pueda sumar mi diferencia. Vengo desde la nueva política, y no es mi intención dar a otros la ventaja de la confrontación, que es parte de la vieja», afirmó el rabino a La Nacion. Dejó en claro que estará presente en los debates de campaña y recorridas que considere necesarios. Su forma de participar en el intento de reelección de Macri será particular: el domingo 26, por ejemplo, presentará su nuevo libro, por ejemplo, y no entrará en polémicas con aliados del kirchnerismo que lo critican como Aníbal Ibarra y Gabriela Cerrutti. «No les voy a dar el gusto», dice a sus íntimos el rabino de la kipá multicolor, en referencia algunos rivales de la política.
La incomodidad con Bergman proviene desde el momento en que Macri decidió ubicarlo como primer candidato a legislador sin demasiado rodaje en el partido. «Es un paracaidista que encima hace lo que quiere. Tiene que defender más a Mauricio», se quejaron a La Nacion dirigentes porteños de Pro. En el comité de campaña porteña se acordó que Bergman aportará su nombre y su prestigio sólo en determinados momentos de la campaña. En el cónclave, del que participó el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba, quedaron distribuidos los roles: la «frescura» y la «defensa de lo hecho por Pro en materia social» estará a cargo de la candidata a vicejefe de gobierno, María Eugenia Vidal; la pelea y confrontación con los opositores se encargó a Ritondo; y Bergman aportará «su visión desde la ética y la defensa de la República», según contó una fuente que asistió a una reunión de ese comité. Lejos quedará de la participación excluyente que Bergman supo tener en Memoria Activa o en las marchas por la seguridad ciudadana, encabezadas por Juan Carlos Blumberg en 2006, en las que criticó duro al Gobierno.
Tal vez los ataques de Memoria Activa, creada para pedir justicia luego del atentado a la AMIA, sean los que más le duelan al rabino. «La mayoría de las agresiones provienen de judíos K, no de la comunidad. Son los que hacen uso y abuso de la comunidad para combatirme», retrucó el rabino. Enojado con sus antiguos amigos, y con problemas de adaptación al espacio macrista, se lo ve entusiasmado con la campaña propia.
DURAS CRÍTICAS DE SOLANAS A FILMUS
El candidato a jefe de gobierno porteño por Proyecto Sur, Fernando «Pino» Solanas, cuestionó ayer al postulante kirchnerista para la jefatura comunal, Daniel Filmus, al sostener que éste insinúa que solo él puede resolver los problemas de la ciudad. «Eso es un chantaje perverso funcional al oficialismo», dijo Solanas.
