Bonasso, durante la entrevista con LA NACION. Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk
Fue parte activa de esa «juventud maravillosa» sobre la que el kirchnerismo construye su relato, pero ahora habla de «traición» cuando menciona a la Presidenta. Llama «cómplices» a los ministros Aníbal Fernández y Julio De Vido y al gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Afirma que Néstor Kirchner fue «más lejos» que el ex presidente Carlos Menem a la hora de «mezclar política y negocios» y que su esposa, lisa y llanamente, es «la continuidad del menemismo». El que habla es Miguel Bonasso .
En diciembre dejará su banca en el Congreso, donde presidió la Comisión de Recursos Naturales e impulsó la ley de glaciares . Bonasso, periodista que trabajó junto con Rodolfo Walsh, fue militante de Montoneros. También es el autor de Recuerdo de la muerte, sobre la ESMA, y de Don Alfredo, sobre Alfredo Yabrán. Hoy vuelve a la literatura con estruendo: El Mal. El modelo K y la Barrick Gold, donde apunta hacia el lado más oscuro de la relación entre la minera canadiense y el Gobierno, del cual fue parte.
» El modelo K y la Barrick tienen una historia y un significado político muy concreto: lo perverso es que estén juntos y lo que implica es que este modelo K, por imperio del PJ, de Néstor y Cristina Kirchner, se ha convertido en la continuidad del menemismo por otros medios», dice Bonasso, en el living de su casa en Villa Crespo, donde recibió a LA NACION.
Sobre la mesa hay una copia del libro que, desde sus primeras páginas, vincula a la minera presidida por Peter Munk con los dólares del traficante de armas saudí Adnan Kashoggi y del ex presidente norteamericano George Bush (padre), a través de la CIA y los fondos del escándalo Irán-contras.
Sin perder el ritmo de novela, El Mal cuenta cómo la multinacional canadiense fue obteniendo amplios permisos para explotar en San Juan los yacimientos de oro de Veladero y Pascua-Lama (proyecto binacional con Chile) a través de los gobiernos de Menem, Fernando de la Rúa y los Kirchner. También, según Bonasso, cómo se violaron leyes impositivas, de defensa y medio ambiente. Y, sobre todo, cómo la Argentina y Chile cedieron aguas y soberanía para crear un «tercer Estado» en cada yacimiento, que no pueden controlar. «En Pascua-Lama, el oro se sacará un 75% del lado chileno, pero nosotros proveemos el 90% del agua y del lado argentino queda el valle de lixiviación, una olla de agua, roca molida y cianuro equivalente al dique San Roque [de Carlos Paz]», señala el diputado, que repasa cada dato con su joven mujer, la mexicana Olivia Vidal.
«Cada día, van a triturar 45.000 toneladas de roca con 4 toneladas de cianuro y 27 millones de litros de agua», agrega, para llamar «cómplices» del saqueo a la Presidenta y sus ministros. «Si fuera meramente un acto de corrupción, yo ya cumplí como ciudadano cuando los denuncié ante la Justicia. Pero esto es corrupción estructural. Estamos hablando del porvenir de la República», enfatiza.
Bonasso sostiene que la política sobre minería hizo estallar su relación con el kirchnerismo, del que fue promotor en sus inicios. Ex secretario de prensa del breve gobierno de Héctor J. Cámpora, el diputado critica duramente a los jóvenes que han tomado su nombre y que componen el grupo juvenil kirchnerista. «Hay muchos que están por ideales, pensando en hacer un cambio. Otros están dentro del funcionariado, cobrando sueldos muy elevados que tienen poco que ver con la militancia histórica que yo conocí, porque el Estado no pagaba la militancia.» El diputado marca otra diferencia entre la juventud del 70 y la actual. «Tuvimos la suerte, porque no hubo un corte de 30.000 desaparecidos, de tener un vínculo con nuestros maestros. Yo lo conocí a Walsh y aprendí de él en una redacción. Esta generación necesita maestros», sostiene.
Bonasso acusa a la Presidenta de cometer «varias acciones ilegales» contra el país. Del fallecido ex presidente lamenta el momento en que resignó la «transversalidad», para recostarse en el PJ. «Claramente abandonó cualquier idea de renovar la política y pasó a convalidar un sistema feudal en el cual gobernadores e intendentes mezclan negocios con política. Mi ruptura comienza ahí, porque yo no estuve nunca con el PJ: nosotros despreciábamos profundamente al PJ ya en los 70. Ni hablar ahora. No por las bases, sino por una dirigencia corrupta», sostiene.
Y regresa al libro. «En el turbio encuentro entre negocios y política, Kirchner fue más lejos que Menem. No sólo Cristina. Fueron los dos», culmina..
Fue parte activa de esa «juventud maravillosa» sobre la que el kirchnerismo construye su relato, pero ahora habla de «traición» cuando menciona a la Presidenta. Llama «cómplices» a los ministros Aníbal Fernández y Julio De Vido y al gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Afirma que Néstor Kirchner fue «más lejos» que el ex presidente Carlos Menem a la hora de «mezclar política y negocios» y que su esposa, lisa y llanamente, es «la continuidad del menemismo». El que habla es Miguel Bonasso .
En diciembre dejará su banca en el Congreso, donde presidió la Comisión de Recursos Naturales e impulsó la ley de glaciares . Bonasso, periodista que trabajó junto con Rodolfo Walsh, fue militante de Montoneros. También es el autor de Recuerdo de la muerte, sobre la ESMA, y de Don Alfredo, sobre Alfredo Yabrán. Hoy vuelve a la literatura con estruendo: El Mal. El modelo K y la Barrick Gold, donde apunta hacia el lado más oscuro de la relación entre la minera canadiense y el Gobierno, del cual fue parte.
» El modelo K y la Barrick tienen una historia y un significado político muy concreto: lo perverso es que estén juntos y lo que implica es que este modelo K, por imperio del PJ, de Néstor y Cristina Kirchner, se ha convertido en la continuidad del menemismo por otros medios», dice Bonasso, en el living de su casa en Villa Crespo, donde recibió a LA NACION.
Sobre la mesa hay una copia del libro que, desde sus primeras páginas, vincula a la minera presidida por Peter Munk con los dólares del traficante de armas saudí Adnan Kashoggi y del ex presidente norteamericano George Bush (padre), a través de la CIA y los fondos del escándalo Irán-contras.
Sin perder el ritmo de novela, El Mal cuenta cómo la multinacional canadiense fue obteniendo amplios permisos para explotar en San Juan los yacimientos de oro de Veladero y Pascua-Lama (proyecto binacional con Chile) a través de los gobiernos de Menem, Fernando de la Rúa y los Kirchner. También, según Bonasso, cómo se violaron leyes impositivas, de defensa y medio ambiente. Y, sobre todo, cómo la Argentina y Chile cedieron aguas y soberanía para crear un «tercer Estado» en cada yacimiento, que no pueden controlar. «En Pascua-Lama, el oro se sacará un 75% del lado chileno, pero nosotros proveemos el 90% del agua y del lado argentino queda el valle de lixiviación, una olla de agua, roca molida y cianuro equivalente al dique San Roque [de Carlos Paz]», señala el diputado, que repasa cada dato con su joven mujer, la mexicana Olivia Vidal.
«Cada día, van a triturar 45.000 toneladas de roca con 4 toneladas de cianuro y 27 millones de litros de agua», agrega, para llamar «cómplices» del saqueo a la Presidenta y sus ministros. «Si fuera meramente un acto de corrupción, yo ya cumplí como ciudadano cuando los denuncié ante la Justicia. Pero esto es corrupción estructural. Estamos hablando del porvenir de la República», enfatiza.
Bonasso sostiene que la política sobre minería hizo estallar su relación con el kirchnerismo, del que fue promotor en sus inicios. Ex secretario de prensa del breve gobierno de Héctor J. Cámpora, el diputado critica duramente a los jóvenes que han tomado su nombre y que componen el grupo juvenil kirchnerista. «Hay muchos que están por ideales, pensando en hacer un cambio. Otros están dentro del funcionariado, cobrando sueldos muy elevados que tienen poco que ver con la militancia histórica que yo conocí, porque el Estado no pagaba la militancia.» El diputado marca otra diferencia entre la juventud del 70 y la actual. «Tuvimos la suerte, porque no hubo un corte de 30.000 desaparecidos, de tener un vínculo con nuestros maestros. Yo lo conocí a Walsh y aprendí de él en una redacción. Esta generación necesita maestros», sostiene.
Bonasso acusa a la Presidenta de cometer «varias acciones ilegales» contra el país. Del fallecido ex presidente lamenta el momento en que resignó la «transversalidad», para recostarse en el PJ. «Claramente abandonó cualquier idea de renovar la política y pasó a convalidar un sistema feudal en el cual gobernadores e intendentes mezclan negocios con política. Mi ruptura comienza ahí, porque yo no estuve nunca con el PJ: nosotros despreciábamos profundamente al PJ ya en los 70. Ni hablar ahora. No por las bases, sino por una dirigencia corrupta», sostiene.
Y regresa al libro. «En el turbio encuentro entre negocios y política, Kirchner fue más lejos que Menem. No sólo Cristina. Fueron los dos», culmina..