15-02-12 | Por Rodolfo Montes / La Capital
Con la idea de ponerle fin a toda forma de beligerancia política y de refundar un vínculo donde se restablezca la confianza, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, se reunió ayer en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Al cónclave se sumó luego el vicepresidente, Amado Boudou.
«Lo dije en la campaña», comentó Bonfatti a este cronista a la salida del encuentro, que se extendió por unos 50 minutos: «Voy a trabajar para solucionar los problemas, garantizar los ejes productivos, y en total coordinación con los municipios y el gobierno nacional».
«Jamás dije que el gobierno nacional no está invirtiendo en obra pública en la provincia de Santa Fe», trató de recomponer Bonfatti con la Casa Rosada en busca del equilibrio entre el rol opositor que intenta desplegar Hermes Binner su jefe político y el del gobernador responsable, que piensa en políticas de Estado sin mezquindades partidarias.
En lo específico, a Bonfatti le preocupa no detener los proyectos productivos provinciales, necesariamente atados al financiamiento internacional, que sólo la Nación puede habilitar. Allí se destacan obras como el acueducto cañero y la renovación del parque eléctrico, que ha comenzado a instalarse como un karma para los santafesinos.
«Necesitamos cambiar todos lo cables; para eso podemos tardar unos seis años y además no tenemos la plata», reconoció ante este cronista un dirigente de la mesa chica el binnerismo, justo un día de más 35º, a finales de enero pasado.
Otro rubro que Bonfatti mencionó ante Abal Medina y Boudou es el de viviendas. Un tema recurrente donde la Nación mantiene atrasos en partidas de las miles de viviendas construidas, pero en muchos con problemas para su finalización por falta de recursos.
Según señaló el gobernador, también llevó a la mesa con los dos altos funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner el tema de las deudas por compensaciones en la Caja de Jubilaciones.
Esta cuestión fue potenciada políticamente por Binner, en el marco de su posicionamiento nacional, al llevarla a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Desde la Casa Rosada creen que si bien esas compensaciones no han sido giradas en su totalidad, corresponde hacer una cuenta nueva un arqueo de caja donde ingresen otros rubros donde la Nación asiste a la provincia.
En lo estrictamente político, y buscando una nueva relación con la Casa Rosada, Bonfatti ya no se plantea llevar y potenciar la controversia judicial en los medios de comunicación. Ni desplegar ninguna puesta en escena en la Corte Suprema.
También Bonfatti quiere avanzar en el tema «puertos». Y se refiere, entre otros, al meneado Puerto de la Música.
Según sus propias palabras, llevó la inquietud a la mesa de trabajo con los jefes kirchneristas, ayer en la Casa Rosada.
En resumen, se trató de un encuentro para empezar a construir un nuevo momento, donde la agenda es grande y requerirá de muchos encuentros más para resolver todo lo pendiente.
Mientras tanto, Bonfatti con debilidad de origen al estar en minoría en las dos Cámaras legislativas de la provincia tratará de no sufrir demasiado una tensión inevitable: su referente político, Binner, será candidato a diputado en 2013, y con discurso anti-K.
Por lo demás, para que las partidas nacionales fluyan con mayor rapidez, es de pura lógica, sabe que tiene que jugar como gobernador «no beligerante», amigable con la Casa Rosada. Y con el ojo puesto exclusivamente en garantizar el financiamiento para una gestión provincial que se presenta muy caliente.
Con la idea de ponerle fin a toda forma de beligerancia política y de refundar un vínculo donde se restablezca la confianza, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, se reunió ayer en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Al cónclave se sumó luego el vicepresidente, Amado Boudou.
«Lo dije en la campaña», comentó Bonfatti a este cronista a la salida del encuentro, que se extendió por unos 50 minutos: «Voy a trabajar para solucionar los problemas, garantizar los ejes productivos, y en total coordinación con los municipios y el gobierno nacional».
«Jamás dije que el gobierno nacional no está invirtiendo en obra pública en la provincia de Santa Fe», trató de recomponer Bonfatti con la Casa Rosada en busca del equilibrio entre el rol opositor que intenta desplegar Hermes Binner su jefe político y el del gobernador responsable, que piensa en políticas de Estado sin mezquindades partidarias.
En lo específico, a Bonfatti le preocupa no detener los proyectos productivos provinciales, necesariamente atados al financiamiento internacional, que sólo la Nación puede habilitar. Allí se destacan obras como el acueducto cañero y la renovación del parque eléctrico, que ha comenzado a instalarse como un karma para los santafesinos.
«Necesitamos cambiar todos lo cables; para eso podemos tardar unos seis años y además no tenemos la plata», reconoció ante este cronista un dirigente de la mesa chica el binnerismo, justo un día de más 35º, a finales de enero pasado.
Otro rubro que Bonfatti mencionó ante Abal Medina y Boudou es el de viviendas. Un tema recurrente donde la Nación mantiene atrasos en partidas de las miles de viviendas construidas, pero en muchos con problemas para su finalización por falta de recursos.
Según señaló el gobernador, también llevó a la mesa con los dos altos funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner el tema de las deudas por compensaciones en la Caja de Jubilaciones.
Esta cuestión fue potenciada políticamente por Binner, en el marco de su posicionamiento nacional, al llevarla a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Desde la Casa Rosada creen que si bien esas compensaciones no han sido giradas en su totalidad, corresponde hacer una cuenta nueva un arqueo de caja donde ingresen otros rubros donde la Nación asiste a la provincia.
En lo estrictamente político, y buscando una nueva relación con la Casa Rosada, Bonfatti ya no se plantea llevar y potenciar la controversia judicial en los medios de comunicación. Ni desplegar ninguna puesta en escena en la Corte Suprema.
También Bonfatti quiere avanzar en el tema «puertos». Y se refiere, entre otros, al meneado Puerto de la Música.
Según sus propias palabras, llevó la inquietud a la mesa de trabajo con los jefes kirchneristas, ayer en la Casa Rosada.
En resumen, se trató de un encuentro para empezar a construir un nuevo momento, donde la agenda es grande y requerirá de muchos encuentros más para resolver todo lo pendiente.
Mientras tanto, Bonfatti con debilidad de origen al estar en minoría en las dos Cámaras legislativas de la provincia tratará de no sufrir demasiado una tensión inevitable: su referente político, Binner, será candidato a diputado en 2013, y con discurso anti-K.
Por lo demás, para que las partidas nacionales fluyan con mayor rapidez, es de pura lógica, sabe que tiene que jugar como gobernador «no beligerante», amigable con la Casa Rosada. Y con el ojo puesto exclusivamente en garantizar el financiamiento para una gestión provincial que se presenta muy caliente.