Sin modificar la estructura administrativa del ministerio de Justicia y Seguridad ni disponer más cambios en la cúpula policial, el gobierno bonaerense avanzará en el corto plazo en el diseño de un esquema de gestión que contemple más participación y control por parte de civiles en el funcionamiento de la Bonaerense.
Así trascendió ayer en fuentes cercanas a la Gobernación, que subrayaron la decisión «política» de poner en manos de funcionarios civiles que ocuparán la línea de subsecretarías de la cartera que seguirá conduciendo Ricardo Casal una serie de atribuciones que hasta ahora pertenecían a la conducción uniformada de la Bonaerense.
Ayer, desde Seguridad descartaron modificaciones en el esquema de la cartera, donde todavía están pendientes las designaciones de los responsables de algunas áreas. Con todo, con esa misma estructura, la administración de Daniel Scioli buscará sacar del ámbito interno de la Policía cuestiones administrativas y de funcionamiento interno del cuerpo.
La decisión apuntaría a reforzar el alineamiento que el gobierno bonaerense busca marcar con la política de Seguridad del gobierno nacional, luego de enviar claras señales en ese sentido con el impulso del proyecto de Policía Judicial y para los municipios y el fuerte recorte de atribuciones que se dispuso sobre el nuevo jefe de la Policía, Hugo Matzkin.
El designado reemplazante de Juan Carlos Paggi, como informó este diario, se pondrá al frente de la fuerza con funciones acotadas con respecto a las que tenía su antecesor. Es que la administración Scioli decidió que todas las superintendencias (que son las áreas de la cúpula de la fuerza) vinculadas a la investigación de delitos estén bajo la órbita de una secretaría conducida por un civil.
De hecho, se dispuso la eliminación de la Superintendencia General que ejercía Paggi y que concentraba el mando sobre el resto de las diez superintendencias. Y Matzkin fue designado Superintendente de las Policías de Seguridad, un cargo que no existía en la cúpula, y conservará el manejo sólo sobre las áreas relacionadas a la prevención del delito y las tareas operativas de la fuerza; función que deberá articular, además, con el funcionario civil que se designará en la nueva Subsecretaría Operativa del ministerio.
Aunque el Gobernador desechó la idea de designar un jefe civil como ocurrió durante la última gestión del ex ministro León Arslanián y como impulsaban sectores afines al kirchnerismo, le quitará atribuciones al titular de la fuerza.
El dato más palpable de esa decisión es que la actual Subsecretaría de Política Criminal sumará las superintendencias de Investigaciones Complejas, Científicas, Narcotráfico y Comunicaciones. Es decir, los jefes policiales de esas áreas deberán reportarse con el subsecretario César Albarracín.
Así trascendió ayer en fuentes cercanas a la Gobernación, que subrayaron la decisión «política» de poner en manos de funcionarios civiles que ocuparán la línea de subsecretarías de la cartera que seguirá conduciendo Ricardo Casal una serie de atribuciones que hasta ahora pertenecían a la conducción uniformada de la Bonaerense.
Ayer, desde Seguridad descartaron modificaciones en el esquema de la cartera, donde todavía están pendientes las designaciones de los responsables de algunas áreas. Con todo, con esa misma estructura, la administración de Daniel Scioli buscará sacar del ámbito interno de la Policía cuestiones administrativas y de funcionamiento interno del cuerpo.
La decisión apuntaría a reforzar el alineamiento que el gobierno bonaerense busca marcar con la política de Seguridad del gobierno nacional, luego de enviar claras señales en ese sentido con el impulso del proyecto de Policía Judicial y para los municipios y el fuerte recorte de atribuciones que se dispuso sobre el nuevo jefe de la Policía, Hugo Matzkin.
El designado reemplazante de Juan Carlos Paggi, como informó este diario, se pondrá al frente de la fuerza con funciones acotadas con respecto a las que tenía su antecesor. Es que la administración Scioli decidió que todas las superintendencias (que son las áreas de la cúpula de la fuerza) vinculadas a la investigación de delitos estén bajo la órbita de una secretaría conducida por un civil.
De hecho, se dispuso la eliminación de la Superintendencia General que ejercía Paggi y que concentraba el mando sobre el resto de las diez superintendencias. Y Matzkin fue designado Superintendente de las Policías de Seguridad, un cargo que no existía en la cúpula, y conservará el manejo sólo sobre las áreas relacionadas a la prevención del delito y las tareas operativas de la fuerza; función que deberá articular, además, con el funcionario civil que se designará en la nueva Subsecretaría Operativa del ministerio.
Aunque el Gobernador desechó la idea de designar un jefe civil como ocurrió durante la última gestión del ex ministro León Arslanián y como impulsaban sectores afines al kirchnerismo, le quitará atribuciones al titular de la fuerza.
El dato más palpable de esa decisión es que la actual Subsecretaría de Política Criminal sumará las superintendencias de Investigaciones Complejas, Científicas, Narcotráfico y Comunicaciones. Es decir, los jefes policiales de esas áreas deberán reportarse con el subsecretario César Albarracín.