El barrio Las Condes queda en la zona este de Santiago de Chile. Allí, el metro cuadrado cotiza a 4 mil dólares y es difícil encontrar casas: hay muchas más oficinas comerciales, bancos, hoteles, restaurants, shoppings. Los argentinos lo conocen bien. Saben que allí se consigue tecnología a precios que ningún comerciante de Buenos Aires podría ofrecer. Por ejemplo, una computadora que en Chile sale 420 dólares (a dólar tarjeta, que es como se debe pagar, 4.800 pesos) en Argentina cuesta 7.000 pesos. Con la ropa, lo mismo: se pueden encontrar tiendas que se fueron de la Argentina –o que nunca estuvieron– con precios hasta 30% más bajos.
Ir de compras a Chile es algo histórico para mendocinos y neuquinos, pero desde que existe el cepo al dólar y la Argentina se encareció, las ofertas trasandinas se volvieron más tentadoras para todos y así el número de viajeros argentinos, de todas las provincias, se disparó. Tanto, que la compañía aérea Lan ya ofrece tours de compras con pasaje aéreo y hotel en el corazón de Las Condes. En Chile también tomaron nota: el Gobierno presentó en 2013 la campaña “Cruza a Chile”, que ofrece vía web a los visitantes argentinos descuentos en tiendas y hoteles.
El fenómeno también se da en la zona franca de Punta Arenas, en el sur del país, y en la ciudad de Iquique, 1.800 kilómetros al norte de Santiago de Chile. “Solían venir salteños y jujeños –cuenta Rubén Rosas, subgerente de un shopping local–, pero en el último año hemos recibido argentinos de Buenos Aires. Los ves cuando se lanzan productos electrónicos nuevos. Además de la diferencia económica, saben que aquí los encontrarán antes que en su país. A veces nos enteramos de delegaciones grandes de argentinos que sólo vienen a comprar”.
A fines de 2013, la consultora IntegraGo evaluó los precios de productos electrónicos en Chile, México, Brasil, Argentina y Estados Unidos. Los resultados señalan que comprar tecnología en Chile es un 25% promedio más caro que en Estados Unidos. Pero también, por ejemplo, que hacer las mismas compras en Brasil cuesta 69% más. En Argentina, sin embargo, se paga hasta 110% más caro. Los celulares inteligentes, por ejemplo, en Argentina están en promedio 107% más caros que en Estados Unidos. En Chile, a sólo un 15% más. Un pasaje a Santiago de Chile cuesta 2.200 pesos, aproximadamente. A Miami el ticket ronda los 11 mil pesos.
“Chile está muy competitivo por todos sus tratados de libre comercio. Llegan cosas de China, Estados Unidos y Europa, con menos impuestos”, dice Pablo Yunis, gerente de ventas de LAN. Y agrega: “El destino Buenos Aires-Santiago, por lo general, tenía que ver con los negocios. Pero la economía argentina comenzó a estar en baja y ahí salieron las creatividades, como ofrecer el tour de compras. Nosotros notamos que el tráfico de negocios cayó, pero lo equiparó el turismo, incentivado por las compras”. Yunis contará, también, que está notando que los empresarios que antes viajaban solos, por negocios, ahora lo hacen con sus mujeres, que van de compras.
Eduardo Rosenberg, gerente comercial del hotel Holiday INN de Las Condes, dice que desde 2013 comenzaron a percibir un aumento en la cantidad de turistas argentinos. Y que la gran mayoría pregunta en la recepción del hotel a dónde ir a comprar. “Hay dos grupos diferenciados: las amigas que vienen en la semana y se quedan por cuatro días, y la familia tipo, que llega el viernes y se queda hasta el domingo. Los padres recorren los centros turísticos y los hijos salen de compras. Estando aquí, cada uno elige qué hacer”, asegura. Para estos últimos ofrecen habitaciones para cuatro personas. El paquete de LAN se llama “Santiago compras”. Incluye pasajes aéreos, traslados y dos noches de hotel, saliendo desde Buenos Aires, a $ 4470. Desde principio de año 700 personas compraron la oferta.
“Los argentinos arrasan con los televisores. Hemos tenido clientes que se llevaban de a tres televisores. Gastan mucho más dinero que los brasileños”, cuenta Juan Pablo, empleado de la tienda de Sony en el Costanera Center. Al respecto, Pablo Yunis agrega: “Lo que notamos es que los argentinos cuentan con el dinero. Pero no quieren gastarlo en su país de lo caro que está todo. Saben que aquí terminan gastando lo mismo, y hasta ahorrando, y conocen otro país”.
Ivana Vera tiene 36 años. Dice que si su trabajo se lo permitiera, viajaría cada dos o tres meses a Chile de compras. “Hoy en Santiago compras las mismas marcas que se venden en Miami”, dice.
Ya son varias las veces que cruzó la cordillera: con amigas, con su madre. “Es como un combinación ideal: recorrés la ciudad, la conocés, comés bien, los hoteles están lindos y hacés compras. Yo prefiero comprar en Santiago antes de pagar en cuotas un saco Zara en Argentina a 4 mil pesos”.
Ivana habla como una guía turística. Todo, dice, está más barato. “En tecnología podés encontrar tableas a 300 dólares. En Chile todo el mundo tiene iPhone. Pero en la ropa, tal vez no es tan barata. Lo que más vale es que tenés marcas que en Argentina no están. En Chile, no hay opción de no pasar por el shopping”. Si una mujer lo dice, habrá que hacerle caso.
Ir de compras a Chile es algo histórico para mendocinos y neuquinos, pero desde que existe el cepo al dólar y la Argentina se encareció, las ofertas trasandinas se volvieron más tentadoras para todos y así el número de viajeros argentinos, de todas las provincias, se disparó. Tanto, que la compañía aérea Lan ya ofrece tours de compras con pasaje aéreo y hotel en el corazón de Las Condes. En Chile también tomaron nota: el Gobierno presentó en 2013 la campaña “Cruza a Chile”, que ofrece vía web a los visitantes argentinos descuentos en tiendas y hoteles.
El fenómeno también se da en la zona franca de Punta Arenas, en el sur del país, y en la ciudad de Iquique, 1.800 kilómetros al norte de Santiago de Chile. “Solían venir salteños y jujeños –cuenta Rubén Rosas, subgerente de un shopping local–, pero en el último año hemos recibido argentinos de Buenos Aires. Los ves cuando se lanzan productos electrónicos nuevos. Además de la diferencia económica, saben que aquí los encontrarán antes que en su país. A veces nos enteramos de delegaciones grandes de argentinos que sólo vienen a comprar”.
A fines de 2013, la consultora IntegraGo evaluó los precios de productos electrónicos en Chile, México, Brasil, Argentina y Estados Unidos. Los resultados señalan que comprar tecnología en Chile es un 25% promedio más caro que en Estados Unidos. Pero también, por ejemplo, que hacer las mismas compras en Brasil cuesta 69% más. En Argentina, sin embargo, se paga hasta 110% más caro. Los celulares inteligentes, por ejemplo, en Argentina están en promedio 107% más caros que en Estados Unidos. En Chile, a sólo un 15% más. Un pasaje a Santiago de Chile cuesta 2.200 pesos, aproximadamente. A Miami el ticket ronda los 11 mil pesos.
“Chile está muy competitivo por todos sus tratados de libre comercio. Llegan cosas de China, Estados Unidos y Europa, con menos impuestos”, dice Pablo Yunis, gerente de ventas de LAN. Y agrega: “El destino Buenos Aires-Santiago, por lo general, tenía que ver con los negocios. Pero la economía argentina comenzó a estar en baja y ahí salieron las creatividades, como ofrecer el tour de compras. Nosotros notamos que el tráfico de negocios cayó, pero lo equiparó el turismo, incentivado por las compras”. Yunis contará, también, que está notando que los empresarios que antes viajaban solos, por negocios, ahora lo hacen con sus mujeres, que van de compras.
Eduardo Rosenberg, gerente comercial del hotel Holiday INN de Las Condes, dice que desde 2013 comenzaron a percibir un aumento en la cantidad de turistas argentinos. Y que la gran mayoría pregunta en la recepción del hotel a dónde ir a comprar. “Hay dos grupos diferenciados: las amigas que vienen en la semana y se quedan por cuatro días, y la familia tipo, que llega el viernes y se queda hasta el domingo. Los padres recorren los centros turísticos y los hijos salen de compras. Estando aquí, cada uno elige qué hacer”, asegura. Para estos últimos ofrecen habitaciones para cuatro personas. El paquete de LAN se llama “Santiago compras”. Incluye pasajes aéreos, traslados y dos noches de hotel, saliendo desde Buenos Aires, a $ 4470. Desde principio de año 700 personas compraron la oferta.
“Los argentinos arrasan con los televisores. Hemos tenido clientes que se llevaban de a tres televisores. Gastan mucho más dinero que los brasileños”, cuenta Juan Pablo, empleado de la tienda de Sony en el Costanera Center. Al respecto, Pablo Yunis agrega: “Lo que notamos es que los argentinos cuentan con el dinero. Pero no quieren gastarlo en su país de lo caro que está todo. Saben que aquí terminan gastando lo mismo, y hasta ahorrando, y conocen otro país”.
Ivana Vera tiene 36 años. Dice que si su trabajo se lo permitiera, viajaría cada dos o tres meses a Chile de compras. “Hoy en Santiago compras las mismas marcas que se venden en Miami”, dice.
Ya son varias las veces que cruzó la cordillera: con amigas, con su madre. “Es como un combinación ideal: recorrés la ciudad, la conocés, comés bien, los hoteles están lindos y hacés compras. Yo prefiero comprar en Santiago antes de pagar en cuotas un saco Zara en Argentina a 4 mil pesos”.
Ivana habla como una guía turística. Todo, dice, está más barato. “En tecnología podés encontrar tableas a 300 dólares. En Chile todo el mundo tiene iPhone. Pero en la ropa, tal vez no es tan barata. Lo que más vale es que tenés marcas que en Argentina no están. En Chile, no hay opción de no pasar por el shopping”. Si una mujer lo dice, habrá que hacerle caso.