Ante la caída del consumo, que promedió el 2,1% en el primer trimestre del año (y se profundizó en abril con una baja del 3,6%) , los consumidores están cambiando sus hábitos de compra. Concurren a una mayor cantidad de puntos de venta (van a casi cinco comercios) para comparar precios y mitigar el impacto de la inflación, son más racionales en la elección de los productos y un 63% se confiesa dispuesto resignar la compra de marcas líderes y migrar hacia segundas marcas. Las marcas propias de las cadenas de supermercados, que son más baratas, crecieron 20% en el primer trimestre.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó un estudio de la consultora CCR, que releva información sobre las ventas en supermercados, autoservicios y almacenes, y también analiza el comportamiento de los consumidores. En su estudio cualitativo, titulado Pulso Social, el informe señala que el consumidor, motivado por múltiples razones, entre ellas la suba acelerada de los precios, está exacerbando su comportamiento racional. Esto lo hace con todos los productos en detrimento de ser tan marquista, en especial en lo referido a alimentos frescos y a los productos de higiene y cuidado personal.
La frase más común, en los focus groups es “busco la mejor relación precio-calidad”, cuenta Patricia Sosa, analista de la consultora. En este sentido, la proporción de consumidores “racionales”, es decir aquellos que no realizan la compra automática, sino que revisan puntualmente toda la góndola y compara productos y precios, pasó el 42% en 2015, al 51% este año, cuenta. En tanto los marquistas, es decir quienes sostienen “prefiero comprar productos de marca aunque tenga que pagar un poco más”, disminuyeron 4 puntos respecto del año pasado.
Básicamente, el cambio de rutina a la hora de comprar se debe a una presión inflacionaria del orden del 33,5% anual que deterioró el poder adquisitivo frente a salarios que en muchos casos no fueron actualizados. Sólo en el primer trimestre del año, según CCR, los productos de consumo masivo se apreciaron 4,2% en promedio. Los que más aumentaron fueron las golosinas (9,5%), los articulos de cosmética y tocador (8,2%) y los de almacén (7,3%). Este impulso de los precios, que no incluyen el aumento de tarifas los servicios públicos, llevó a buena parte de los consumidores a comprar más asiduamente en el canal mayorista, donde perciben una diferencia de precios del 30%, explicó Ricardo Fitz Simon, director de CCR.
El deterioro del consumo, que en todos los canales promedió una caída del 2,1%, se dio con más fuerza en el interior del país, (-3%) mientras que en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, la baja fue del 0,8%, en el primer trimestre del año. Y afectó particularmente a los almacenes (-2,6%). Otro dato es que “cambió radicalmente el mapeo de las preocupaciones: hoy la situación del empleo y la dificultad para conseguir trabajo se presenta como el principal desvelo de la gente, cuando el año pasado, era la inseguridad”, dijo Sosa.
Según la analista, “crece el promedio de menciones sobre este tema. “Al menos en el corto y mediano plazo la idea de “atravesar un fuerte ajuste” domina la conciencia de los individuos y no se alcanza a vislumbrar cómo ni cuando se revertiría esta tendencia”, señala.
La merma del consumo, también fue relevada por otras consultoras privadas. Para KantarWorld Panel, la caída promedio fue 5% en los primeros dos meses de 2016 y para la consultora Scentia, del 1% en el primer trimestre y el 4% en marzo. El recorte en los compras afecta a todos los niveles sociales. Pero en particular, a los de menores ingresos. “Casi un 5% de los hogares de la clase baja superior caen hoy bajo el límite de la línea de la pobreza”. Aseguran que hay 21,4% de hogares que apenas logra cubrir la Canasta Básica Total, estimada en $7.700.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó un estudio de la consultora CCR, que releva información sobre las ventas en supermercados, autoservicios y almacenes, y también analiza el comportamiento de los consumidores. En su estudio cualitativo, titulado Pulso Social, el informe señala que el consumidor, motivado por múltiples razones, entre ellas la suba acelerada de los precios, está exacerbando su comportamiento racional. Esto lo hace con todos los productos en detrimento de ser tan marquista, en especial en lo referido a alimentos frescos y a los productos de higiene y cuidado personal.
La frase más común, en los focus groups es “busco la mejor relación precio-calidad”, cuenta Patricia Sosa, analista de la consultora. En este sentido, la proporción de consumidores “racionales”, es decir aquellos que no realizan la compra automática, sino que revisan puntualmente toda la góndola y compara productos y precios, pasó el 42% en 2015, al 51% este año, cuenta. En tanto los marquistas, es decir quienes sostienen “prefiero comprar productos de marca aunque tenga que pagar un poco más”, disminuyeron 4 puntos respecto del año pasado.
Básicamente, el cambio de rutina a la hora de comprar se debe a una presión inflacionaria del orden del 33,5% anual que deterioró el poder adquisitivo frente a salarios que en muchos casos no fueron actualizados. Sólo en el primer trimestre del año, según CCR, los productos de consumo masivo se apreciaron 4,2% en promedio. Los que más aumentaron fueron las golosinas (9,5%), los articulos de cosmética y tocador (8,2%) y los de almacén (7,3%). Este impulso de los precios, que no incluyen el aumento de tarifas los servicios públicos, llevó a buena parte de los consumidores a comprar más asiduamente en el canal mayorista, donde perciben una diferencia de precios del 30%, explicó Ricardo Fitz Simon, director de CCR.
El deterioro del consumo, que en todos los canales promedió una caída del 2,1%, se dio con más fuerza en el interior del país, (-3%) mientras que en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, la baja fue del 0,8%, en el primer trimestre del año. Y afectó particularmente a los almacenes (-2,6%). Otro dato es que “cambió radicalmente el mapeo de las preocupaciones: hoy la situación del empleo y la dificultad para conseguir trabajo se presenta como el principal desvelo de la gente, cuando el año pasado, era la inseguridad”, dijo Sosa.
Según la analista, “crece el promedio de menciones sobre este tema. “Al menos en el corto y mediano plazo la idea de “atravesar un fuerte ajuste” domina la conciencia de los individuos y no se alcanza a vislumbrar cómo ni cuando se revertiría esta tendencia”, señala.
La merma del consumo, también fue relevada por otras consultoras privadas. Para KantarWorld Panel, la caída promedio fue 5% en los primeros dos meses de 2016 y para la consultora Scentia, del 1% en el primer trimestre y el 4% en marzo. El recorte en los compras afecta a todos los niveles sociales. Pero en particular, a los de menores ingresos. “Casi un 5% de los hogares de la clase baja superior caen hoy bajo el límite de la línea de la pobreza”. Aseguran que hay 21,4% de hogares que apenas logra cubrir la Canasta Básica Total, estimada en $7.700.