Los dos quieren liderar la lista de senadores por Buenos Aires en 2017 y ya protagonizaron cruces; el Gobierno se muestra neutral
Jorge Macri y Elisa Carrió.
Inquietos, en los despachos de Balcarce 50 altos funcionarios ya hablan del inminente «choque de planetas» que se avecina. Y se preguntan, cada vez con más frecuencia, cómo evitar que la probable batalla sea sangrienta y deje heridas profundas en el frente Cambiemos.
El intendente de Vicente López, Jorge Macri, y la indomable diputada Elisa Carrió ya expresaron en privado su «disposición» a defender al Gobierno a la cabeza de las boletas de candidatos a senadores nacionales en las cruciales elecciones del año próximo. Provenientes de caminos distintos, sin feeling entre ellos ni puentes que al menos por ahora los hagan confluir, el intendente Pro y la líder de la CC-ARI diseñan planes de campaña y consultan encuestas, mientras la Casa Rosada intenta enderezar el rumbo económico, crucial para llegar a los comicios legislativos de medio término con chances concretas de triunfo.
Orientado a la candidatura a senador desde hace tiempo, el primo del presidente Mauricio Macri no oculta sus ambiciones. Recorre la provincia (el viernes estuvo en Hurlingham) y comparte actos de gestión semanales con la gobernadora María Eugenia Vidal, que de rival interna se convirtió en aliada. Hace una semana recibió el apoyo implícito del foro de intendentes de Cambiemos, donde confluyen dirigentes de Pro y la UCR.
«Todavía falta mucho y nuestra principal preocupación hoy es la gestión. Pero nos parece natural que Jorge sea nuestro candidato, por trayectoria en Pro, capacidad de gestión y conocimiento de la provincia», afirmó a LA NACION Ramiro Tagliaferro, intendente de Morón y convertido en improvisado vocero de los jefes comunales que provienen del macrismo. Además de Vidal, y aún a regañadientes, el sector que encabeza el actual presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, apoyaría a Macri, aunque desde ese espacio insisten en que «pueden surgir otros candidatos», y apuntan al actual ministro de Educación, Esteban Bullrich. «El Presidente lo necesita más en el gabinete», chicanean desde el entorno del intendente, donde no descartan una interna con Carrió para dirimir la postulación.
Lista para dar pelea
Más sigilosa, la líder de la CC-ARI ya le avisó a un círculo de leales que su intención es competir. «Estamos diseñando un plan, vamos a recorrer la provincia, la intención es competir», afirmaron a LA NACION desde el círculo íntimo, donde entre otros confluyen el diputado Fernando Sánchez, la titular partidaria Maricel Etchecoin y el dirigente social Héctor «Toty» Flores.
«Lilita va a ser protagonista en esa elección, como lo viene siendo en los últimos veinte años», responde, diplomático, un vocero de la diputada, que también niega que su reciente amenaza de «retirarse a fin de año» se concrete.
La escalada verbal que tuvieron días atrás no presagia una interna tranquila. Hace quince días, Carrió incluyó a Macri en la lista de dirigentes que «protegen a (Julio) Novo», un fiscal bonaerense a quien acusa de vinculaciones con el narcotráfico. «Podemos ofrecer en provincia otro candidato que no sea Carrió», había retrucado el intendente, que por lo bajo «se mordió la lengua» antes de responder con más dureza a los dardos envenenados de la diputada. «Queremos competir. Pero no vamos a ir con cualquiera en la lista de candidatos», ironizaron cerca de la diputada en las últimas horas.
Mientras la UCR aún no se pronunció (Ricardo Alfonsín podría terciar en la contienda), en Balcarce 50 ya especulan. «Si llegamos a la elección con la economía encarrilada, la inflación contenida y la gente con plata en el bolsillo, la candidatura de Macri sería ideal. Si no llegamos de esa forma, se hablará de instituciones, de corrupción. Y ahí Carrió sería protagonista», afirmaron desde el Ministerio del Interior, que encabeza Rogelio Frigerio, de buen vínculo con la diputada. ¿Y las críticas que Carrió suele hacer al Gobierno y que le valieron más de un desencuentro con el Presidente? «La necesitamos dentro del espacio para ganar en 2017», contestan desde la Casa Rosada.
«Si ella lo quiere (ser candidata), por supuesto. Forma parte de nuestro espacio, y si hay otro candidato con las mismas pretensiones, están las PASO para dilucidar quién quiere la ciudadanía que lo represente», expresó Frigerio el martes, en declaraciones radiales, y con intención de no sumar más leña al fuego, cuando falta poco menos de un año para el cierre de listas para las legislativas que definirán el destino de la gestión de Cambiemos.
Lilita: «Me harté de los socialistas»
SANTA FE.- Elisa Carrió aseguró que se hartó de los socialistas porque la «traicionaron siempre», y aseguró que el ex candidato a presidente y ex gobernador santafecino Hermes Binner «pactó» en 2007 con Cristina Fernández de Kirchner para que «hablara mal» de ella en esa campaña electoral, cuando encabezó la fórmula acompañada por el socialista Rubén Giustiniani.
«El pacto con Cristina era que él hablara mal de mí y que no fuera a los actos. La alianza era entre la Coalición Cívica y el socialismo, y Binner no fue a un solo acto, y no sólo me ratificó, sino que recontraratificó que siempre jugó con el kirchnerismo por abajo, igual que (el ex gobernador y actual presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe, Antonio) Bonfatti», lanzó la diputada.
Jorge Macri y Elisa Carrió.
Inquietos, en los despachos de Balcarce 50 altos funcionarios ya hablan del inminente «choque de planetas» que se avecina. Y se preguntan, cada vez con más frecuencia, cómo evitar que la probable batalla sea sangrienta y deje heridas profundas en el frente Cambiemos.
El intendente de Vicente López, Jorge Macri, y la indomable diputada Elisa Carrió ya expresaron en privado su «disposición» a defender al Gobierno a la cabeza de las boletas de candidatos a senadores nacionales en las cruciales elecciones del año próximo. Provenientes de caminos distintos, sin feeling entre ellos ni puentes que al menos por ahora los hagan confluir, el intendente Pro y la líder de la CC-ARI diseñan planes de campaña y consultan encuestas, mientras la Casa Rosada intenta enderezar el rumbo económico, crucial para llegar a los comicios legislativos de medio término con chances concretas de triunfo.
Orientado a la candidatura a senador desde hace tiempo, el primo del presidente Mauricio Macri no oculta sus ambiciones. Recorre la provincia (el viernes estuvo en Hurlingham) y comparte actos de gestión semanales con la gobernadora María Eugenia Vidal, que de rival interna se convirtió en aliada. Hace una semana recibió el apoyo implícito del foro de intendentes de Cambiemos, donde confluyen dirigentes de Pro y la UCR.
«Todavía falta mucho y nuestra principal preocupación hoy es la gestión. Pero nos parece natural que Jorge sea nuestro candidato, por trayectoria en Pro, capacidad de gestión y conocimiento de la provincia», afirmó a LA NACION Ramiro Tagliaferro, intendente de Morón y convertido en improvisado vocero de los jefes comunales que provienen del macrismo. Además de Vidal, y aún a regañadientes, el sector que encabeza el actual presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, apoyaría a Macri, aunque desde ese espacio insisten en que «pueden surgir otros candidatos», y apuntan al actual ministro de Educación, Esteban Bullrich. «El Presidente lo necesita más en el gabinete», chicanean desde el entorno del intendente, donde no descartan una interna con Carrió para dirimir la postulación.
Lista para dar pelea
Más sigilosa, la líder de la CC-ARI ya le avisó a un círculo de leales que su intención es competir. «Estamos diseñando un plan, vamos a recorrer la provincia, la intención es competir», afirmaron a LA NACION desde el círculo íntimo, donde entre otros confluyen el diputado Fernando Sánchez, la titular partidaria Maricel Etchecoin y el dirigente social Héctor «Toty» Flores.
«Lilita va a ser protagonista en esa elección, como lo viene siendo en los últimos veinte años», responde, diplomático, un vocero de la diputada, que también niega que su reciente amenaza de «retirarse a fin de año» se concrete.
La escalada verbal que tuvieron días atrás no presagia una interna tranquila. Hace quince días, Carrió incluyó a Macri en la lista de dirigentes que «protegen a (Julio) Novo», un fiscal bonaerense a quien acusa de vinculaciones con el narcotráfico. «Podemos ofrecer en provincia otro candidato que no sea Carrió», había retrucado el intendente, que por lo bajo «se mordió la lengua» antes de responder con más dureza a los dardos envenenados de la diputada. «Queremos competir. Pero no vamos a ir con cualquiera en la lista de candidatos», ironizaron cerca de la diputada en las últimas horas.
Mientras la UCR aún no se pronunció (Ricardo Alfonsín podría terciar en la contienda), en Balcarce 50 ya especulan. «Si llegamos a la elección con la economía encarrilada, la inflación contenida y la gente con plata en el bolsillo, la candidatura de Macri sería ideal. Si no llegamos de esa forma, se hablará de instituciones, de corrupción. Y ahí Carrió sería protagonista», afirmaron desde el Ministerio del Interior, que encabeza Rogelio Frigerio, de buen vínculo con la diputada. ¿Y las críticas que Carrió suele hacer al Gobierno y que le valieron más de un desencuentro con el Presidente? «La necesitamos dentro del espacio para ganar en 2017», contestan desde la Casa Rosada.
«Si ella lo quiere (ser candidata), por supuesto. Forma parte de nuestro espacio, y si hay otro candidato con las mismas pretensiones, están las PASO para dilucidar quién quiere la ciudadanía que lo represente», expresó Frigerio el martes, en declaraciones radiales, y con intención de no sumar más leña al fuego, cuando falta poco menos de un año para el cierre de listas para las legislativas que definirán el destino de la gestión de Cambiemos.
Lilita: «Me harté de los socialistas»
SANTA FE.- Elisa Carrió aseguró que se hartó de los socialistas porque la «traicionaron siempre», y aseguró que el ex candidato a presidente y ex gobernador santafecino Hermes Binner «pactó» en 2007 con Cristina Fernández de Kirchner para que «hablara mal» de ella en esa campaña electoral, cuando encabezó la fórmula acompañada por el socialista Rubén Giustiniani.
«El pacto con Cristina era que él hablara mal de mí y que no fuera a los actos. La alianza era entre la Coalición Cívica y el socialismo, y Binner no fue a un solo acto, y no sólo me ratificó, sino que recontraratificó que siempre jugó con el kirchnerismo por abajo, igual que (el ex gobernador y actual presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe, Antonio) Bonfatti», lanzó la diputada.