En Argentina viven 1.805.797 extranjeros y el 29,4% se radicó en el país entre 2002 y 2010. Córdoba, Capital Federal, Entre Ríos, La Rioja y Santa Fe incluso superaron ese porcentaje. Las corrientes inmigratorias que más crecieron en ese lapso provinieron de Perú, Paraguay y Bolivia, mientras que la mayor proporción de chilenos, uruguayos y brasileños que viven aquí arribó antes de 1991. Los datos, difundidos este fin de semana por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), surgen de la evaluación de los resultados del censo realizado hace casi dos años.
El Censo 2010 reveló que, por primera vez desde 1914, creció el porcentaje de extranjeros en la población (hoy son el 4,5% del total). Los nuevos datos muestran que la comunidad más numerosa es la paraguaya con 550.713 personas, de las cuales 210.000 arribaron en la última década. “Este flujo se ubica apenas por encima de las previsiones estadísticas y mantiene la proporcionalidad histórica de paraguayos en nuestro país desde 1869”, dijo a Clarín Gerardo Halpern, doctor en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Según el especialista, que estudia las corrientes inmigratorias y en particular la que llega desde Paraguay, el fenómeno obedece a múltiples causas. “Los movimientos migratorios son más complejos que meras respuestas a ciertas coyunturas económicas”, explicó, para aislar el crecimiento de la economía argentina en ese período. Reveló que pese a la debacle de 2001 “el proceso no se revirtió” y ubicó entre los factores decisivos a la mejora en el acceso a la documentación de la ley 25.871 y del Programa Nacional de Normalización que permitieron “un salto cualitativo en la mejora de las condiciones de vida del migrante”. Destacó además que son las mujeres las que lideran la corriente de migración paraguaya hacia nuestro país.
La boliviana, con 345.272 personas, es la segunda comunidad extranjera del país y cerca de 260.000 migrantes llegaron entre 2002 y 2010. Carlos Moya, vicepresidente de la Asociacion Civil Unidos por un Barrio Mejor, es referente de la comunidad boliviana en la villa 1.11.14, donde la mitad de la población tiene ese origen y el resto se reparte entre paraguayos, peruanos y argentinos. “Argentina es una mina de oro para el migrante porque aquí puede realizar todo lo que no puede en su país”, afirmó Moya, quien vino hace 30 años. “Aquí llegas y a los pocos días puedes acceder a un plan social o logras que te atiendan en el hospital”, agregó el dirigente barrial, para quien “todos los países deberían hacer lo mismo”.
La inmigración peruana, con un 50% de incremento, es la que registra el mayor porcentaje de aumento en los últimos diez años y según los datos oficiales ocupa, con 157.514 personas, el cuarto lugar detrás de la chilena, que reúne a 191.147 habitantes. Sin embargo, Carlos Arellano, de la Asociación ALASS, cree que los peruanos radicados en el país son muchos más que los que dice el INDEC. “Nuestros números muestran que ya somos unos 320.000”, dijo el referente de la comunidad peruana con base en la zona Norte del GBA, que aseguró que varios compatriotas suyos dijeron que no habían sido censados. Para él, la principal explicación del incremento inmigratorio sí es económica. “Muchos que antes llegaban obtenían un trabajo y enviaban dinero a sus familiares al Perú, ahora traen a toda su familia a vivir aquí porque les conviene más”, aseguró. También elogió las facilidades para documentarse: “Acá el que no se regulariza es porque no quiere”.
En la Capital Federal, los extranjeros son 381.778 y 13.482 tienen menos de 15 años de edad. En su mayoría concurren a las escuelas públicas de la Ciudad: de acuerdo a cifras del Ministerio de Educación porteño, la matrícula extranjera creció un 10% desde 2001.
El Censo 2010 reveló que, por primera vez desde 1914, creció el porcentaje de extranjeros en la población (hoy son el 4,5% del total). Los nuevos datos muestran que la comunidad más numerosa es la paraguaya con 550.713 personas, de las cuales 210.000 arribaron en la última década. “Este flujo se ubica apenas por encima de las previsiones estadísticas y mantiene la proporcionalidad histórica de paraguayos en nuestro país desde 1869”, dijo a Clarín Gerardo Halpern, doctor en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Según el especialista, que estudia las corrientes inmigratorias y en particular la que llega desde Paraguay, el fenómeno obedece a múltiples causas. “Los movimientos migratorios son más complejos que meras respuestas a ciertas coyunturas económicas”, explicó, para aislar el crecimiento de la economía argentina en ese período. Reveló que pese a la debacle de 2001 “el proceso no se revirtió” y ubicó entre los factores decisivos a la mejora en el acceso a la documentación de la ley 25.871 y del Programa Nacional de Normalización que permitieron “un salto cualitativo en la mejora de las condiciones de vida del migrante”. Destacó además que son las mujeres las que lideran la corriente de migración paraguaya hacia nuestro país.
La boliviana, con 345.272 personas, es la segunda comunidad extranjera del país y cerca de 260.000 migrantes llegaron entre 2002 y 2010. Carlos Moya, vicepresidente de la Asociacion Civil Unidos por un Barrio Mejor, es referente de la comunidad boliviana en la villa 1.11.14, donde la mitad de la población tiene ese origen y el resto se reparte entre paraguayos, peruanos y argentinos. “Argentina es una mina de oro para el migrante porque aquí puede realizar todo lo que no puede en su país”, afirmó Moya, quien vino hace 30 años. “Aquí llegas y a los pocos días puedes acceder a un plan social o logras que te atiendan en el hospital”, agregó el dirigente barrial, para quien “todos los países deberían hacer lo mismo”.
La inmigración peruana, con un 50% de incremento, es la que registra el mayor porcentaje de aumento en los últimos diez años y según los datos oficiales ocupa, con 157.514 personas, el cuarto lugar detrás de la chilena, que reúne a 191.147 habitantes. Sin embargo, Carlos Arellano, de la Asociación ALASS, cree que los peruanos radicados en el país son muchos más que los que dice el INDEC. “Nuestros números muestran que ya somos unos 320.000”, dijo el referente de la comunidad peruana con base en la zona Norte del GBA, que aseguró que varios compatriotas suyos dijeron que no habían sido censados. Para él, la principal explicación del incremento inmigratorio sí es económica. “Muchos que antes llegaban obtenían un trabajo y enviaban dinero a sus familiares al Perú, ahora traen a toda su familia a vivir aquí porque les conviene más”, aseguró. También elogió las facilidades para documentarse: “Acá el que no se regulariza es porque no quiere”.
En la Capital Federal, los extranjeros son 381.778 y 13.482 tienen menos de 15 años de edad. En su mayoría concurren a las escuelas públicas de la Ciudad: de acuerdo a cifras del Ministerio de Educación porteño, la matrícula extranjera creció un 10% desde 2001.