Caso Milani: los graves peligros de una designación

Al elegir al general César Milani como nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército la Presidenta ha cometido un grave error que puede acarrearle al país muy serias consecuencias.
A la Argentina le ha costado muchos años y demasiado sufrimiento la llamada cuestión militar. Tras el regreso de la democracia, las Fuerzas Armadas se sometieron a la Constitución luego de fracasar los levantamientos del sector carapintada mientras, en forma paralela, sufrían un constante empobrecimiento presupuestario con la consiguiente obsolescencia de sus equipos y la pérdida de capacitación de sus cuadros. La capacidad operativa se ha reducido a extremos de no poder abastecer las bases antárticas, ni entrenar pilotos o movilizar tropas. De hecho, parece que hoy el objetivo más ambicioso del Ejército es colaborar en operativos clientelistas junto a jóvenes miltantes del kirchnerismo. En una acción que recuerda al Operativo Dorrego, que bajo la presidencia de Héctor Cámpora unió los esfuerzos de aquel Ejército y los de la Juventud Peronista en acciones prebendarias, hoy esa fuerza trabaja en veinte villas de emergencia del área metropolitana con fondos extrapresupuestarios.
El acatamiento militar a la Constitución se destacaba como el gran factor positivo luego de los levantamientos carapintadas, pero la designación de Milani pone en serio riesgo la continuidad de ese acatamiento debido al perfil de este oficial de Inteligencia que, sugestivamente, ha asumido la jefatura del Ejército manteniendo también la jefatura del área de Inteligencia. Una doble función sin precedentes en nuestra historia y que forzosamente ha de contar con la venia presidencial. ¿Por qué quiere, por qué necesita la Presidenta esa doble función del jefe de Estado Mayor del Ejército?
Cabe plantearse, entonces, si lo que para nosotros constituye una designación «errónea» no se trata, en realidad, de ningún error sino de puro cálculo por parte de la Presidenta acerca de qué comandante necesita al frente del Ejército en esta particular etapa de su segundo período presidencial y, lo que es lo mismo, qué clase de Ejército desea ella en medio del actual panorama de crecientes dificultades económicas y financieras, corrupción generalizada de funcionarios, protestas gremiales, intento de sometimiento de la Justicia, ataques a la Corte y al periodismo independiente, y un marcado interés de las primeras figuras del kirchnerismo por plantear la necesidad de un tercer período presidencial consecutivo, que la Constitución impide. ¿Acaso se busca un Ejército al servicio de los designios y necesidades políticas del Poder Ejecutivo?
Ha sido el propio Milani quien ha confirmado las sospechas, pues en el acto de asunción sostuvo que es preciso que las Fuerzas Armadas «acompañen con renovadas ansias el proyecto nacional». De ninguna manera. Las Fuerzas Armadas no están para acompañar ningún proyecto nacional del gobierno de turno sino para la defensa nacional, manteniéndose al margen de todo partidismo. Volver a ese rol profesional de nuestras Fuerzas Armadas fue, como dijimos, un camino extremadamente largo y doloroso. La Presidenta quiere desandarlo de la peor manera y volver al pasado, a un Ejército politizado.
La especialidad de Milani, la Inteligencia, constituye otro factor de alarma. Este alto oficial debe su ascenso y el favor presidencial del que goza a su manejo de la Jefatura II Inteligencia del Estado Mayor, puesto desde el que se ganó la confianza de la entonces ministra de Defensa Nilda Garré y de organismos de defensa de los derechos humanos muy cercanos al Gobierno, como el CELS. Resulta incomprensible la defensa a ultranza que hace este organismo de Milani dados los antecedentes del oficial.
También se ha cuestionado el hecho de que, cuando Milani era subteniente y se desempeñaba en comisión en el Operativo Independencia, un soldado riojano que le estaba asignado como su asistente desapareció, presuntamente a manos de personal del Ejército. El diputado Julio Martínez (UCR La Rioja) solicitó al Gobierno explicaciones sobre «las circunstancias de la desaparición del conscripto Alberto Agapito Ledo». El desaparecido es hijo de Marcela de Ledo, una Madre de Plaza de Mayo.
Esos antecedentes, sumados a la decidida participación de Milani en las filas de los oficiales carapintadas, tendrían que haber generado la más enérgica repulsa de los organismos de derechos humanos. Por mucho menos, el Ministerio de Defensa, con el asesoramiento extraoficial de algunos de ellos, ha truncado las carreras de oficiales de fojas sobresalientes solamente por el «delito» de portación de apellido. Es decir, eran hijos de altos oficiales que actuaron durante el último gobierno militar. ¿Qué ignoradas virtudes -o herramientas- posee Milani como para lograr que esos antecedentes pierdan toda consistencia hasta evaporarse?
Cabe sospechar con toda razón y fundamentos que, a los ojos del Gobierno, habrían sido las labores de Inteligencia los medios por los que Milani llegó a su cargo actual. Indudablemente, esas labores han de haber sido de Inteligencia interior, es decir, el tipo de intervenciones que las leyes le prohíben en forma expresa a las Fuerzas Armadas. Hay que preguntarse, entonces, si el Ejército que quiere -o necesita- la Presidenta es un Ejército de espías a su servicio, más aún en la actualidad, cuando la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) se habría vuelto menos confiable para ella. No es una casualidad el hecho de que, de todas las especialidades del Ejército, sólo la de Inteligencia ha sido la que en los últimos años recibió fuertes incrementos presupuestarios por encima de los 300 millones de pesos, de los cuales no habría rendición de cuentas y sí muchas sospechas sobre su empleo y sobre posibles cobros indebidos en la adquisición de equipamiento.
Hay que tener presente que, bajo el kirchnerismo, la SIDE incumplió su cometido al dedicarse a labores de proselitismo y a escuchas ilegales que abarcaron no sólo a opositores sino también a miembros del propio Gobierno, sindicalistas, jueces, prelados y periodistas. Una vez más, ¿el Ejército que anhela la Presidenta se hará cargo de esas tareas sucias? Ya contamos con el nefasto antecedente del plan secreto de espionaje llamado Proyecto X, realizado por la Gendarmería seguramente por órdenes del Poder Ejecutivo, aunque la Presidenta lo negó. ¿Cómo se concilia, además, con la designación de Milani el frío que ella dijo haber sentido correrle por la espalda cuando se enteró «de que nos están espiando desde el Norte»?
Al poner en funciones a los nuevos jefes militares, la Presidenta anunció la «refuncionalización» de las Fuerzas Armadas. Es preocupante tener que plantearse cuáles pueden ser las nuevas funciones. El espionaje interno, ilegal, ha crecido en forma desmesurada con el kirchnerismo. Néstor Kirchner lo convirtió en herramienta política antes de que Milani adquiriera peso. La Presidenta ahora va mucho más allá: pone a la más gravitante de las Fuerzas Armadas en manos de la Inteligencia. ¿Se propone hacer lo mismo con el país? ¿Imagina que, encumbrando a Milani y otorgando importantes aumentos salariales, como el que anunció para las Fuerzas Armadas anteanoche, podrá recurrir a ellas si su estrella política tambalea en las elecciones de octubre?
Lo cierto es que, por primera vez desde que los militares tuvieron que abandonar la política tras la derrota en Malvinas, un gobierno que no se ha cansado de cuestionarlos e ignorarlos, de pronto los invita a regresar a la política. El problema no radica en Milani. El problema radica en quienes parecen olvidar que la Constitución y las leyes definen sin lugar a equívocos cuáles son el lugar y la función de las Fuerzas Armadas.
Si el Senado confirmara la designación de Milani, sería un retroceso inadmisible, además de volver a desenmascarar que es falsa la bandera de los derechos humanos que el kirchnerismo tanto agita en el país y de la cual se valió para muchos de sus objetivos..

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32 comentarios en «Caso Milani: los graves peligros de una designación»

  1. Editorialista indeciso: ¿los corro por derecha? ¿por izquierda? ¿por el centro, por arriba, por abajo? Ma sí, les doy por todos los lados…

      1. Daio desde que nombraron a su santidad a Pancho parece el loco preso cuando la llegada del «master» en el «Death Ship» de la película Nosferatu

  2. ”¿Imagina que, encumbrando a Milani y otorgando importantes aumentos salariales, como el que anunció para las Fuerzas Armadas anteanoche, podrá [CFK] recurrir a ellas si su estrella política tambalea en las elecciones de octubre?”

    Esta pregunta me hizo merda….O sea si CFK pierde(¿? si no está en un testimonial) ¿acudirá a las FFAA para que la defendiendan? ¿golpe de estado si CFK pierde «su estrella política»?

    Ja ja… después de tirarle baldes de mierda a Milani cierra con «El problema no radica en Milani»

    En fin, Daiote, adicto a la pornografía, podrá explicarnos el fascículo de la doctrina

    1. Dejé pasar unos días para que te repongas de haber tenido que leer un editorial del mejor diario de nuestro país (el otro, que era el mejor del habla hispana, lo hicieron bolsa en el primer gobierno del general, y da la idea que siguen en eso).
      Como bien dice la nota, el problema no es «Mil ani» (= más que una década). Además el problema es de ustedes, quienes tienen que explicar a la sociedad si su designación implica un cambio en el rol que las fuerzas armadas tienen en nuestra democracia constitucional. Ese rol se señaló claramente a partir del 83, y es el de ser una institución para la defensa del Estado, no de un «proyecto» del gobierno de turno.
      Por ello, la presidenta, o su ministro de defensa, deberá aclararnos a que se refiere cuando habló de la «refuncionalización» de las Fuerzas Armadas, y si ese proyecto implicará una reforma de la ley de defensa nacional nº 23554, muy clara en cuanto a ese tema.
      Quedan en uso de la palabra.

      1. A ver Daiote:
        1) Yo no tengo que dar ninguna explicación
        2) En todo caso el que tiene que brindar razones más firmes y sin abusar de las suposiciones e intenciones debe ser, percisamente, The Nation
        3) The Nation no lo hace mierda el gobierno, se está haciendo mierda sólo en su cruzada con el otro tuerto
        4) A la vez deberían, al menos, disimular su cinismo.
        5) Yo afirmo que sos un pedófilo analizando profundamente tus escritos en AP, demostrame que no es así.

        Seguí consumiendo pornografía Daiote, pero no mepidas a mi que te cure

      2. Realmente, pensar que desde 1930 hasta 1983 el ‘proyecto’ militar, además de no ser ‘el proyecto del gobierno de turno’ (más bien, porque a ese lo derrocaban) NO ERA el proyecto de ‘nadie más’, es estar errándole no a un tarrito, sino a un tanque australiano.
        Definan de una buena vez si es mejor que el ‘proyecto’ militar sea el de:
        – El país superior del Norte
        – La Iglesia Católica
        – Las organizaciones de las grandes empresas
        – El ‘campo’
        antes que el de un mísero ‘gobierno de turno’ cuyo único mérito haya sido el haber sido elegido por el pueblo.

      3. Se dice que las FF. AA. están conducidas por el Presidente, como a usted le gusta decir, ‘de turno’.
        Debe ser un error ¿no?
        Ahora repito una vez más, si no están conducidas por el Presidente ‘de turno’ en función de un proyecto, ¿quién las debe conducir y quién debe definir el proyecto? ¿Algunas de las entidades ‘anteriores a la Patria misma’ que nombré más arriba?
        Si esto no es golpismo, es que ya no me acuerdo qué era el golpismo…

      4. Ese es precisamente el peligro. La Constitución siempre fue muy clara, sin embargo en 1930, 1943, 1955, 1966, 1976 aparecieron jefes militares que usurparon el rol del presidente, y costó mucho desalojarlos. Debido a esos antecedentes hay que ser prevenidos y evitar que vuelvan a entrometerse en nuestra vida política.

  3. Discrepo con La Nación:

    No es un error. Es la lógica de un Poder que debe eternizarse (al menos para no ir presos si se acaba el «modelo»).

    Nada mejor que tener ejércitos adictos. Creo que lo pueden lograr: ya es hora de ir olvidando el pasado incómodo en presente perpetuo, «aggiornando» para el Pueblo a nuestras gloriosas FFAA.

    Porque Perón y Chávez fueron militares golpistas y populistas (en ese orden). A los K les falta esta imprescindible pata armada: ni vatayones, ni hinchadas ni cámporas: Inteligencia, Tanques y Fusiles.

    «La Hora de la Espada» decía Lugones («para bien del Mundo»).

    1. Si exacto, ya se tienen los «schwerpunkt» para ir a la caza de los «amigos progres» que contratan en negro para que los «clientes» no pierdan el plan

      1. No, papito.

        Efectivamente, viene la persecución de los que quieran seguir siendo progres, como hicieron siempre los autoritarios.

        Mi amigo evasor y negrero (y los tuyos, evasores y negreros), podrán blanquear sin culpas.

        ¡Un Cedín ahí!

      2. cómo es la cosa según david?

        «los que quieran seguir siendo progres, como hicieron siempre los autoritarios.» ¿¿??!!

    2. Bueno, sabrás como defenderte, ya se lo dije a otra vestal por ahí.. a comprar pumpers.

      Ja ja..
      Y no, no confundas: yo no justifico «amiguitos progres» en cambio vos si (vos mismito lo escribiste). Tu moral acá fue

      Seguí vam’ que te falta la victimización con una apología a 1933

      1. «construir un hospital maternal en este momento sería tirar la plata al cohete», justificate esa Sile si podes. No es de un amiguito progre, pero si de tu lider.

  4. Es de inteligencia. Y parece que ese presupuesto en las FFAA es de 700 palos. Obviamente no estamos gastando esa cifra en espiar a chilenos y brasileros. Es la obsesión de los Kirchner por espiar al resto de los argentinos, a pesar de que esta expresamente prohibido por ley. Después de 2015 van a quedar rastros de estas actividades, más fáciles de encontrar que las bóvedas. Ojalá que algunos y algunas terminen presos por fisgones.

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