La decisión de nuestra presidenta Cristina Fernández no sólo es estratégica sino también una clara muestra de la férrea determinación de fortalecer el desarrollo productivo. Un modelo que tiene que recuperar el autoabastecimiento energético para defender esta inédita etapa de la industria nacional, generadora de empleo, de bienestar y de soberanía.
Decimos también que en parte nos sentimos protagonistas de esta determinación, porque en nuestras acciones políticas en la provincia, la cuestión energética ha sido central. En 2010 firmamos un convenio con Repsol YPF para explorar el subsuelo entrerriano, retomando una vieja y trunca iniciativa del gobierno desarrollista de Arturo Frondizi, que mandó a la petrolera estatal hace cinco décadas, en 1960, cuando se realizó una única perforación en Nogoyá. La actual experiencia había avanzado hasta ahora con el ritmo cadencioso de una tortuga.
Con la misma pretensión suscribimos acuerdos con la uruguaya ANCAP, que ha venido realizando prospecciones con resultados alentadores en las profundidades de la tierra oriental. Compartimos con los hermanos uruguayos la misma cuenca chaco-paranaense, un dato que no es menor, ya que estos recursos no reconocen fronteras. Así que tenemos grandes expectativas de compartir el futuro de gran productor mundial de petróleo y gas no convencional que se anuncia para la Argentina.
En esa dirección, en diciembre de 2011, mantuvimos en Londres encuentros con directivos de la multinacional Schlumberger, la empresa de servicios energéticos número uno en el mundo y especializada últimamente en la búsqueda de petróleo en reservorios no convencionales.
Con la recuperación de YPF tenemos que deshacer un camino de vaciamiento de la industria petrolera nacional, terminando con la caída de la producción, el agotamiento de reservas, la escasez de los combustibles, que tuvo como contracara necesaria el aumento exponencial en subsidios del Estado.
Celebramos el renacimiento de la petrolera nacional, la vuelta a casa de YPF, que tendrá una dirección clara a la hora de invertir, porque en esto nos jugamos el porvenir de la Argentina.