La operación de Village Argentina lejos está de limitarse al mundo del entretenimiento. El eje de su negocio sin dudas está puesto en el terreno de los cines, aunque el ojo siempre estuvo puesto en la diversificación del negocio.
Hoy esa búsqueda apunta, sobre todo, al mercado inmobiliario, donde el grupo cuenta con varios emprendimientos.
Así, dentro de Buenos Aires Village opera centros en Avellaneda, Recoleta, Caballito y Pilar, a lo que se suman salas en Rosario, Neuquén y Mendoza, donde están presentes en las localidades de Guaymallén y Maipú.
Eduardo Novillo Astrada es el presidente de Village Argentina y explica ese interés por buscar nuevos horizontes.
Siempre nos pareció que era una buena opción buscar caminos diferentes, sostuvo ante El Cronista.
¿El negocio de los cines es rentable por sí solo? Hoy si, tiene números muy buenos. Y en esto tiene mucho que ver que los precios se fueron acomodando a la inflación. Lo que no se debe perder en cuenta, sin embargo, es que el formato 3D desde hace tres años es el que viene traccionando la industria.
Sin embargo cada vez menos gente paga el valor real de la entrada; cada ves son más los descuentos que aparecen…Eso siempre fue así y hoy no debe ser tomado como un síntoma negativo. Actualmente en el mercado esto está más generalizado pero hace 10 años que empezamos con las ofertas bancarias, ya se impuso. Desde que empezamos en esto hicimos diferentes promociones de 2×1 con distintas empresas.
El plan de inversión que tiene la empresa es fuerte, pero con la particularidad de que se manejan mucho con importaciones, sobre todo en lo relacionado con la tecnología. ¿Sigue hoy siendo una traba esto?Los problemas los tuvimos siempre, desde que arrancaron las obras para reconstruir Recoleta Mall. Todo lo que precisamos viene del exterior y eso genera problemas. Hoy las cosas van saliendo; muy lentamente, pero van saliendo. Ahora, por ejemplo, tenemos que digitalizar las pantallas y no hay chances de comprar acá lo necesario porque ni siquiera se produce ni se producirá en la Argentina. Hay sólo tres compañías en el mundo que lo hacen y lo único que podemos hacer es importar. Las cosas no salen como quisiéramos pero de a poco salen. Tal vez de 10 pedidos salen tres o salen pero a destiempo.
¿Y el dólar hoy cómo los afecta? Es aprender a convivir. La idea en este caso es anticipar las compras, de modo evitar inconvenientes a futuro a causa de la devaluación. Ahora, al menos, la cotización se mantiene estable y eso tranquiliza.
¿Cómo juegan estas incertidumbres al analizar los planes de expansión o emprender nuevos negocios?La incertidumbre que hay sobre algunas cuestiones nos complica bastante. Lo que tratamos es desarrollar proveedores locales para evitar los inconvenientes de los que hablábamos antes, pero al no haber escala es difícil. Para las salas VIP estuvimos apunto de utilizar butacas nacionales que habíamos trabajado junto a un proveedor local, pero no funcionó. Finalmente las trajimos de Colombia, compradas a una fábrica de Estados Unidos que trabaja allí.
¿El objetivo de la empresa es crecer en Capital Federal o en el interior?En Capital quedan muy pocos lugares, lo que nos lleva a pensar más fuerte en el interior. Allí no sólo tenemos posibilidades de expansión por la disponibilidad de tierras que hay, sino también porque existe una demanda que todavía no está satisfecha en muchos lugares. En Capital Federal es muy difícil encontrar terrenos que nos sirvan.
Hoy esa búsqueda apunta, sobre todo, al mercado inmobiliario, donde el grupo cuenta con varios emprendimientos.
Así, dentro de Buenos Aires Village opera centros en Avellaneda, Recoleta, Caballito y Pilar, a lo que se suman salas en Rosario, Neuquén y Mendoza, donde están presentes en las localidades de Guaymallén y Maipú.
Eduardo Novillo Astrada es el presidente de Village Argentina y explica ese interés por buscar nuevos horizontes.
Siempre nos pareció que era una buena opción buscar caminos diferentes, sostuvo ante El Cronista.
¿El negocio de los cines es rentable por sí solo? Hoy si, tiene números muy buenos. Y en esto tiene mucho que ver que los precios se fueron acomodando a la inflación. Lo que no se debe perder en cuenta, sin embargo, es que el formato 3D desde hace tres años es el que viene traccionando la industria.
Sin embargo cada vez menos gente paga el valor real de la entrada; cada ves son más los descuentos que aparecen…Eso siempre fue así y hoy no debe ser tomado como un síntoma negativo. Actualmente en el mercado esto está más generalizado pero hace 10 años que empezamos con las ofertas bancarias, ya se impuso. Desde que empezamos en esto hicimos diferentes promociones de 2×1 con distintas empresas.
El plan de inversión que tiene la empresa es fuerte, pero con la particularidad de que se manejan mucho con importaciones, sobre todo en lo relacionado con la tecnología. ¿Sigue hoy siendo una traba esto?Los problemas los tuvimos siempre, desde que arrancaron las obras para reconstruir Recoleta Mall. Todo lo que precisamos viene del exterior y eso genera problemas. Hoy las cosas van saliendo; muy lentamente, pero van saliendo. Ahora, por ejemplo, tenemos que digitalizar las pantallas y no hay chances de comprar acá lo necesario porque ni siquiera se produce ni se producirá en la Argentina. Hay sólo tres compañías en el mundo que lo hacen y lo único que podemos hacer es importar. Las cosas no salen como quisiéramos pero de a poco salen. Tal vez de 10 pedidos salen tres o salen pero a destiempo.
¿Y el dólar hoy cómo los afecta? Es aprender a convivir. La idea en este caso es anticipar las compras, de modo evitar inconvenientes a futuro a causa de la devaluación. Ahora, al menos, la cotización se mantiene estable y eso tranquiliza.
¿Cómo juegan estas incertidumbres al analizar los planes de expansión o emprender nuevos negocios?La incertidumbre que hay sobre algunas cuestiones nos complica bastante. Lo que tratamos es desarrollar proveedores locales para evitar los inconvenientes de los que hablábamos antes, pero al no haber escala es difícil. Para las salas VIP estuvimos apunto de utilizar butacas nacionales que habíamos trabajado junto a un proveedor local, pero no funcionó. Finalmente las trajimos de Colombia, compradas a una fábrica de Estados Unidos que trabaja allí.
¿El objetivo de la empresa es crecer en Capital Federal o en el interior?En Capital quedan muy pocos lugares, lo que nos lleva a pensar más fuerte en el interior. Allí no sólo tenemos posibilidades de expansión por la disponibilidad de tierras que hay, sino también porque existe una demanda que todavía no está satisfecha en muchos lugares. En Capital Federal es muy difícil encontrar terrenos que nos sirvan.
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