EL PAIS › LAS TRES CGT CRITICARON EN UN DURO DOCUMENTO LAS POLITICAS IMPLEMENTADAS POR EL GOBIERNO DE MACRI
Las centrales sindicales advirtieron que “hay un aumento de la pobreza, una brusca caída del consumo y perspectivas económicas y sociales que ensombrecen aún más el horizonte”. La próxima conducción cegetista fue facultada para convocar a medidas de fuerza.
Por Santiago Rodríguez
Antonio Caló, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo encabezaron el plenario de secretarios generales en la sede de la CGT de la calle Azopardo.
Imagen: DyN.
De poco le sirvió al Gobierno el anuncio que, en su afán por atenuar los reclamos sindicales, hizo días atrás sobre la devolución de 29 mil millones de pesos a las obras sociales: el documento sobre la política económica y social que las tres CGT dieron a conocer finalmente ayer en un plenario de secretarios generales no deja ninguna duda sobre el rechazo del sindicalismo a las medidas implementadas por Mauricio Macri. “De mal en peor”, arranca ya desde su título el texto, que advierte luego que “el tan mentado ‘sinceramiento de la economía’ se ha reflejado con la peor cara hacia los trabajadores y la gran mayoría de los argentinos” y llama a “cambiar en serio antes de que sea tarde”. La dirigencia cegetista también alertó que “hay un aumento de la pobreza, una brusca caída del consumo y perspectivas económicas y sociales que ensombrecen aún más el horizonte” y facultó a la conducción que surja de la reunificación cegetista el próximo 22 de agosto a “convocar a las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que requiere la mayoría del pueblo argentino”.
El plenario de secretarios generales de las CGT reunió a 147 jefes sindicales en el Salón Felipe Vallese de la sede de la calle Azopardo. Lo encabezaron los secretarios generales de las tres centrales, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, quienes transitan sus últimos días de mandato. En poco más de dos semanas un congreso formalizará la reunificación de las CGT y allí se designará una nueva conducción. La mayoría de los gremios avalan la idea de conformar un triunvirato y es un hecho que sus integrantes serán Juan Carlos Schmid (del sector del camionero), Héctor Daer (con el respaldo de la central que encabeza el metalúrgico y los “Gordos”) y Carlos Acuña (propuesto por el gastronómico).
El borrador del documento aprobado en el encuentro de ayer circulaba desde hace tiempo entre los distintos gremios. Había trascendido que se titularía “De mal en peor” y también algunos lineamientos de su contenido que anticipaban que tendría un duro tono contra la administración macrista.
Atento a cómo venía perfilándose el texto, el Gobierno hizo el martes pasado un último intento por acercar posiciones con el sindicalismo en busca de bajar el tenor de sus críticas: convocó a los jefes gremiales a la Casa Rosada y allí Macri les anunció la devolución escalonada hasta el 2020 de unos 29 mil millones pesos a las obras sociales.
Los sindicalistas expresaron el mismo martes que el reintegro de esos fondos es una vieja demanda del sector, pero que los reclamos por las consecuencias de las actuales políticas económicas y sociales van por cuerda separada. Ayer lo dejaron en claro en el documento que desde el Gobierno trataron de minimizar con el argumento de que conocían de antemano los términos de su contenido.
“No hay que haberse graduado en Harvard o en otra prestigiosa universidad para darse cuenta de que vamos de mal en peor”, señalaron las CGT. También afirmaron que “es hora de cambiar en serio antes de que sea tarde” y plantearon que “de poco valen las declaraciones de aliento de los funcionarios apuntando hacia el segundo semestre y que ahora han sido postergadas para algún momento del año que viene”. “Cuando uno está empapado hasta los huesos, importa poco si llueve”, agregaron en ese sentido.
Remarcaron, además, que “el pedido que hizo el nuevo gobierno a la sociedad para que le ‘diera tiempo’ y poder hacer frente a la ‘pesada herencia’, tendría que haber sido utilizado para corregir los males que aquejan a los argentinos. Sin embargo, en esta paciente espera del milagroso segundo semestre, sólo ha habido malas noticias”.
“La suba de precios al consumidor en el primer semestre ya superó toda la esperada para 2016 y faltando medio año por delante, no sólo se está lejos de la promesa inicial de bajar la inflación al 25 por ciento, sino que las estimaciones más optimistas la ubican entre el 43 y 45 por ciento”, enumeraron. Dijeron también que “la baja de la producción, iniciada en el último trimestre de 2015, se aceleró en los últimos seis meses llevándonos ya a una recesión con todas las letras”, y el “déficit fiscal calificado por este gobierno como uno de los peores enemigos, no sólo no se amesetó sino que, por el contrario, aumentó en el 5,2 por ciento en los primeros cinco meses”.
Las centrales sindicales se quejaron, además, de que “el impuesto a las Ganancias sobre la cuarta categoría aún aguarda el compromiso de campaña de ser excluido, los parches que se han intentado han empeorado la situación de los trabajadores afectados y han incluido entre los perjudicados a más empleados”. También reprobaron la “apertura de importaciones que genera un efecto inverso perjudicando a la producción, y el brutal tarifazo de los servicios públicos que ocasionó tamaño perjuicio que incorporó más pobres a los ya existentes, es decir más de 13 millones de compatriotas”.
En otro tramo de su documento, las CGT hicieron referencia “al cierre de comercios debido a la caída de las ventas, aumento de alquileres y el costo de energía” y criticaron que “el auténtico discurso industrialista esté ausente del vocabulario de nuestros dirigentes políticos”. “Todos estos datos nos hablan de un creciente deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los argentinos que se resumen en inflación galopante, recesión, aumento del déficit fiscal, incremento del endeudamiento público, aumento de las importaciones, tarifazos impagables, caída del ingreso, pérdida del empleo, crecimiento de la pobreza y problemas en la escolaridad”, concluyeron.
Las críticas al Gobierno también dominaron las intervenciones en el plenario. Hasta Barrionuevo, complaciente hasta aquí con Macri, lo calificó de “débil”, con “yuppies que no solucionan nada y que “hacen todo mal”. “Podríamos decir que es un problema de ellos, pero atrás están los trabajadores y sus familias y vamos a tratar de ser prudentes, pero la prudencia tiene un límite”, avisó el gastronómico.
Entre los más críticos, el bancario Sergio Palazzo llamó a “debatir un programa para confrontar con el Gobierno”. “Moderación y prudencia no significan complicidad y si el Gobierno no cumple, que haya un paro nacional”, propuso.
Palazzo impulsa un cuarteto para conducir la CGT. El sector que encabeza con los bancarios lo postulan para integrarlo, pero es minoritario frente a aquellos que proponen la alternativa del triunvirato. Tampoco tienen número suficiente los que quieren que la conducción quede en manos de un secretario general, que –a diferencia de Palazzo– no participaron del plenario de ayer. Entre ellos se anota el líder de los peones rurales, Gerónimo “Momo” Venegas, que ayer a la misma hora del encuentro en el edificio de la calle Azopardo dio una conferencia en la sede de las 62 Organizaciones, y el taxista Omar Viviani, referente del Movimiento de Acción Sindical Argentino. Con las cartas echadas, la incógnita que queda por despejar antes del 22 de agosto es si finalmente todos los sectores del sindicalismo adherirán al formato de conducción de la CGT que plantea la mayoría.
Las centrales sindicales advirtieron que “hay un aumento de la pobreza, una brusca caída del consumo y perspectivas económicas y sociales que ensombrecen aún más el horizonte”. La próxima conducción cegetista fue facultada para convocar a medidas de fuerza.
Por Santiago Rodríguez
Antonio Caló, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo encabezaron el plenario de secretarios generales en la sede de la CGT de la calle Azopardo.
Imagen: DyN.
De poco le sirvió al Gobierno el anuncio que, en su afán por atenuar los reclamos sindicales, hizo días atrás sobre la devolución de 29 mil millones de pesos a las obras sociales: el documento sobre la política económica y social que las tres CGT dieron a conocer finalmente ayer en un plenario de secretarios generales no deja ninguna duda sobre el rechazo del sindicalismo a las medidas implementadas por Mauricio Macri. “De mal en peor”, arranca ya desde su título el texto, que advierte luego que “el tan mentado ‘sinceramiento de la economía’ se ha reflejado con la peor cara hacia los trabajadores y la gran mayoría de los argentinos” y llama a “cambiar en serio antes de que sea tarde”. La dirigencia cegetista también alertó que “hay un aumento de la pobreza, una brusca caída del consumo y perspectivas económicas y sociales que ensombrecen aún más el horizonte” y facultó a la conducción que surja de la reunificación cegetista el próximo 22 de agosto a “convocar a las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que requiere la mayoría del pueblo argentino”.
El plenario de secretarios generales de las CGT reunió a 147 jefes sindicales en el Salón Felipe Vallese de la sede de la calle Azopardo. Lo encabezaron los secretarios generales de las tres centrales, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, quienes transitan sus últimos días de mandato. En poco más de dos semanas un congreso formalizará la reunificación de las CGT y allí se designará una nueva conducción. La mayoría de los gremios avalan la idea de conformar un triunvirato y es un hecho que sus integrantes serán Juan Carlos Schmid (del sector del camionero), Héctor Daer (con el respaldo de la central que encabeza el metalúrgico y los “Gordos”) y Carlos Acuña (propuesto por el gastronómico).
El borrador del documento aprobado en el encuentro de ayer circulaba desde hace tiempo entre los distintos gremios. Había trascendido que se titularía “De mal en peor” y también algunos lineamientos de su contenido que anticipaban que tendría un duro tono contra la administración macrista.
Atento a cómo venía perfilándose el texto, el Gobierno hizo el martes pasado un último intento por acercar posiciones con el sindicalismo en busca de bajar el tenor de sus críticas: convocó a los jefes gremiales a la Casa Rosada y allí Macri les anunció la devolución escalonada hasta el 2020 de unos 29 mil millones pesos a las obras sociales.
Los sindicalistas expresaron el mismo martes que el reintegro de esos fondos es una vieja demanda del sector, pero que los reclamos por las consecuencias de las actuales políticas económicas y sociales van por cuerda separada. Ayer lo dejaron en claro en el documento que desde el Gobierno trataron de minimizar con el argumento de que conocían de antemano los términos de su contenido.
“No hay que haberse graduado en Harvard o en otra prestigiosa universidad para darse cuenta de que vamos de mal en peor”, señalaron las CGT. También afirmaron que “es hora de cambiar en serio antes de que sea tarde” y plantearon que “de poco valen las declaraciones de aliento de los funcionarios apuntando hacia el segundo semestre y que ahora han sido postergadas para algún momento del año que viene”. “Cuando uno está empapado hasta los huesos, importa poco si llueve”, agregaron en ese sentido.
Remarcaron, además, que “el pedido que hizo el nuevo gobierno a la sociedad para que le ‘diera tiempo’ y poder hacer frente a la ‘pesada herencia’, tendría que haber sido utilizado para corregir los males que aquejan a los argentinos. Sin embargo, en esta paciente espera del milagroso segundo semestre, sólo ha habido malas noticias”.
“La suba de precios al consumidor en el primer semestre ya superó toda la esperada para 2016 y faltando medio año por delante, no sólo se está lejos de la promesa inicial de bajar la inflación al 25 por ciento, sino que las estimaciones más optimistas la ubican entre el 43 y 45 por ciento”, enumeraron. Dijeron también que “la baja de la producción, iniciada en el último trimestre de 2015, se aceleró en los últimos seis meses llevándonos ya a una recesión con todas las letras”, y el “déficit fiscal calificado por este gobierno como uno de los peores enemigos, no sólo no se amesetó sino que, por el contrario, aumentó en el 5,2 por ciento en los primeros cinco meses”.
Las centrales sindicales se quejaron, además, de que “el impuesto a las Ganancias sobre la cuarta categoría aún aguarda el compromiso de campaña de ser excluido, los parches que se han intentado han empeorado la situación de los trabajadores afectados y han incluido entre los perjudicados a más empleados”. También reprobaron la “apertura de importaciones que genera un efecto inverso perjudicando a la producción, y el brutal tarifazo de los servicios públicos que ocasionó tamaño perjuicio que incorporó más pobres a los ya existentes, es decir más de 13 millones de compatriotas”.
En otro tramo de su documento, las CGT hicieron referencia “al cierre de comercios debido a la caída de las ventas, aumento de alquileres y el costo de energía” y criticaron que “el auténtico discurso industrialista esté ausente del vocabulario de nuestros dirigentes políticos”. “Todos estos datos nos hablan de un creciente deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los argentinos que se resumen en inflación galopante, recesión, aumento del déficit fiscal, incremento del endeudamiento público, aumento de las importaciones, tarifazos impagables, caída del ingreso, pérdida del empleo, crecimiento de la pobreza y problemas en la escolaridad”, concluyeron.
Las críticas al Gobierno también dominaron las intervenciones en el plenario. Hasta Barrionuevo, complaciente hasta aquí con Macri, lo calificó de “débil”, con “yuppies que no solucionan nada y que “hacen todo mal”. “Podríamos decir que es un problema de ellos, pero atrás están los trabajadores y sus familias y vamos a tratar de ser prudentes, pero la prudencia tiene un límite”, avisó el gastronómico.
Entre los más críticos, el bancario Sergio Palazzo llamó a “debatir un programa para confrontar con el Gobierno”. “Moderación y prudencia no significan complicidad y si el Gobierno no cumple, que haya un paro nacional”, propuso.
Palazzo impulsa un cuarteto para conducir la CGT. El sector que encabeza con los bancarios lo postulan para integrarlo, pero es minoritario frente a aquellos que proponen la alternativa del triunvirato. Tampoco tienen número suficiente los que quieren que la conducción quede en manos de un secretario general, que –a diferencia de Palazzo– no participaron del plenario de ayer. Entre ellos se anota el líder de los peones rurales, Gerónimo “Momo” Venegas, que ayer a la misma hora del encuentro en el edificio de la calle Azopardo dio una conferencia en la sede de las 62 Organizaciones, y el taxista Omar Viviani, referente del Movimiento de Acción Sindical Argentino. Con las cartas echadas, la incógnita que queda por despejar antes del 22 de agosto es si finalmente todos los sectores del sindicalismo adherirán al formato de conducción de la CGT que plantea la mayoría.