Preocupado por la caída de los indicadores económicos y la debacle que los mercados que ya lleva un mes, el gobierno de China autorizó a los dos grandes bancos de desarrollo públicos a emitir 1 billón de yuanes (unos u$s 160.000 millones) en bonos durante los próximos tres años, con el fin de recaudar fondos para financiar grandes obras del infraestructura, según reportaron ayer medios estatales citados por el Financial Times.
La emisión correrá por cuenta del Banco de Desarrollo de China y el Banco de Desarrollo Agrícola de China, dos entidades que fueron recapitalizados recientemente lo que les permitirá tomar más deuda y cuyas emisiones suelen ser compradas por los bancos comerciales de propiedad estatal.
El primer tramo, de unos 300.000 millones de yuanes (u$s 48.000 millones) se emitiría de forma inmediata, según informó el Diario de Información Económica, un periódico dirigido por la agencia oficial de noticias Xinhua. El resto se inyectará durante los próximos tres años y las autoridades no descartan que la cifra acabe siendo mayor si hay más proyectos que cumplen las condiciones para ser aprobados.
El dinero recaudado será invertido en viviendas, construcción de gasoductos y otros proyectos nacionales, según el periódico.
La medida está en línea con los esfuerzos del Banco Central para desarrollar herramientas más específicas de política monetaria para estimular la economía.
De acuerdo al Financial Times, la última lectura del índice de gerentes de compras Markit, publicado a principios de esta semana y que mostró que crecimiento en el sector manufacturero de China se desaceleró más de lo que es esperaba «asustó a Beijing» y empujó a las autoridades a tomar decisiones más agresivas para que el dinero que se inyecte llegue a la economía real.
El PBI chino creció 7% durante los primeros seis meses de 2015, la tasa más baja de los últimos 25 años, y encara una segunda mitad de año con la perspectiva de una desaceleración aún mayor.
La medida representa además un cambio en la dinámica que se daba hasta ahora, que consistía en que los endeudados gobiernos locales y no el gobierno central eran los que financiaban principalmente la inversión en infraestructura. Los esfuerzos de Beijing para frenar la deuda del gobierno locales redujeron el monto de fondos disponible para el gasto en obras.
«La inversión en infraestructura en China ha sido financiada principalmente por los gobiernos locales y todos sabemos que la forma en que han estado haciendo no es muy sostenible y no muy deseable», dijo Andrew Batson, de GaveKal Dragonomics al FT.
La emisión correrá por cuenta del Banco de Desarrollo de China y el Banco de Desarrollo Agrícola de China, dos entidades que fueron recapitalizados recientemente lo que les permitirá tomar más deuda y cuyas emisiones suelen ser compradas por los bancos comerciales de propiedad estatal.
El primer tramo, de unos 300.000 millones de yuanes (u$s 48.000 millones) se emitiría de forma inmediata, según informó el Diario de Información Económica, un periódico dirigido por la agencia oficial de noticias Xinhua. El resto se inyectará durante los próximos tres años y las autoridades no descartan que la cifra acabe siendo mayor si hay más proyectos que cumplen las condiciones para ser aprobados.
El dinero recaudado será invertido en viviendas, construcción de gasoductos y otros proyectos nacionales, según el periódico.
La medida está en línea con los esfuerzos del Banco Central para desarrollar herramientas más específicas de política monetaria para estimular la economía.
De acuerdo al Financial Times, la última lectura del índice de gerentes de compras Markit, publicado a principios de esta semana y que mostró que crecimiento en el sector manufacturero de China se desaceleró más de lo que es esperaba «asustó a Beijing» y empujó a las autoridades a tomar decisiones más agresivas para que el dinero que se inyecte llegue a la economía real.
El PBI chino creció 7% durante los primeros seis meses de 2015, la tasa más baja de los últimos 25 años, y encara una segunda mitad de año con la perspectiva de una desaceleración aún mayor.
La medida representa además un cambio en la dinámica que se daba hasta ahora, que consistía en que los endeudados gobiernos locales y no el gobierno central eran los que financiaban principalmente la inversión en infraestructura. Los esfuerzos de Beijing para frenar la deuda del gobierno locales redujeron el monto de fondos disponible para el gasto en obras.
«La inversión en infraestructura en China ha sido financiada principalmente por los gobiernos locales y todos sabemos que la forma en que han estado haciendo no es muy sostenible y no muy deseable», dijo Andrew Batson, de GaveKal Dragonomics al FT.