Navarro no busca convencer, ni «evangelizar». Foto: LA NACION / Sebastián Rodeiro
«La reforma de la Constitución no es una prioridad para el argentino de a pie. Pero esa es mi opinión personal, y yo formo parte de un movimiento. Y ese movimiento está impulsando una reforma constitucional para consolidar los avances de este Gobierno. A mi me parece que está bien, pero que no es prioritario. Lo prioritario en la agenda de la gente es que haya trabajo, salario digno, que combatamos la inseguridad».
El que habla no es un opositor sino un dirigente bonaerense que integra el corazón kirchnerista. Se trata del diputado provincial Fernando «Chino» Navarro, número dos del Movimiento Evita, un potente sector integrado al conglomerado oficialista, y liderado por Emilio Pérsico.
Lo prioritario en la agenda de la gente es que haya trabajo, salario digno y que combatamos la inseguridad
En su larga trayectoria política, el «Chino» pasó por el Partido Intransigente, el duhaldismo y el Frejupo (que llevó al poder a Carlos Menem) hasta convertirse en uno de los primeros kirchneristas del conurbano. Eso fue hacia el 2000.
«Hay algunos compañeros que me critican cuando voy a TN. Me dicen: «Chino, no tiene sentido». Me dicen que eso es legitimar al Grupo Clarín, pero yo creo que hay que dar el debate cultural en cualquier espacio»
Hay algo que se le debe reconocer a Navarro: se hace cargo de su pasado -incluso de haber apoyado a Menem, en su momento-; está abierto a debatir, habla con los medios (incluso con aquellos que oficialismo considera sus «archienemigos»), y no se esfuerza por caer simpático. Tampoco busca convencer, ni «evangelizar». Eso sí: dice lo que piensa sin anestesia, y durante la charla refutará todos y cada uno de los puntos con los que no esté de acuerdo. Y por momentos, hasta parecerá un kirchnerista de paladar negro.
-De afuera se lo ve como un oficialista un poco menos paranoico que, para empezar, habla con los medios. ¿No le facturan esa actitud puertas adentro?
– (Irritado) Primero, no comparto que el kirchnerismo sea paranoico; me parece una calificación, no sólo desacertada, sino irresponsable. Somos parte de la sociedad argentina, con lo bueno y lo malo que eso implica. Hay una vocación que tenemos los argentinos de simplificar y de poner en el otro lo que no asumimos de nosotros.
No comparto que el kirchnerismo sea paranoico; me parece una calificación, no sólo desacertada, sino irresponsable
-¿Cómo una proyección, dice usted?
-Tal cual. Los kirchneristas no somos ni marcianos, ni belgas. Condensamos los aciertos y errores de la sociedad argentina en las últimas décadas. De lo contrario, caemos en lo que dice un hermano mío, que cree que el problema central de la Argentina es el peronismo. Las cosas son más complejas. Formamos parte de una sociedad que no se hace responsable de lo que hace. La sociedad argentina le dio consenso a la dictadura. La mayoría dijo: «uh, qué suerte». Esta es la verdad. Por supuesto que, a favor de esa sociedad, hay decir que nadie imaginó el baño de sangre que se venía.
– El ultrakirchnerismo está en busca de reformar la Constitución, ¿esconde esa movida el fin de la reelección presidencial?
– Un grupo de compañeros, del cual el Movimiento Evita forma parte, está propiciando el debate por una reforma constitucional, es cierto, pero la idea es darle marco a esta serie de avances, logros y reformas que el Gobierno ha desarrollado. El concepto de reelección no se discute.
– ¿Qué significa que no se discute?
– Que no está como iniciativa a debatir en esta propuesta que está llevando adelante la CTA, los intelectuales de Carta Abierta y los movimientos sociales como Miles o el Evita. La idea de una nueva Constitución es institucionalizar definitivamente lo que empezó el 25 de mayo de 2003, como una continuidad de las mejores políticas populares de la Argentina.
Video: Entrevista a Fernando «Chino» Navarro
– Pero la Presidenta votó esa Constitución que hoy les parece neoliberal. Ella fue constituyente en el 94.
– Sí, ¿y qué? Yo también la hubiera votado. Soy de los que voté a Menem.
– ¿Y cómo se entiende?
– Nos equivocamos. Los pueblos nos azonzamos, como diría (Arturo) Jauretche. Nos azonzamos -y mal- durante la dictadura; durante el Mundial del 78 o acompañando la irracional guerra de Malvinas.
– ¿Cómo lee el conflicto abierto con Moyano? ¿Le parece que el camionero está azonzado también?
– Lo que ocurrió con Moyano, sobre todo a partir de la muerte de Néstor Kirchner, es que quiso co-conducir el movimiento nacional, y fue generando distintos desafíos de autoridad.
Lo que ocurrió con Moyano es que quiso co-conducir el movimiento nacional
– ¿No debería haber habido una negociación, en lugar de tener tantos frentes abiertos?
– Tenemos parte de la información, no la tenemos toda. Me consta que ha habido instancias de negociación. Sin embargo, Moyano eligió lanzar un paro desde el Grupo Clarín y se equivocó; perdió la centralidad. Se paró del lado de quienes buscan debilitar al Gobierno.
– ¿Su reclamo no le parece legítimo?
– Compartimos reclamo, pero tiene que haber un reclamo integral del conjunto de los trabajadores porque hay un 32 por ciento que trabaja en la ilegalidad. Hoy Moyano está pidiendo para un grupo minoritario. No voy a decir que son la oligarquía, pero sí voy a decir que ojalá todos los trabajadores argentinos tuvieran como prioridad la discusión del mínimo no imponible. Moyano no ve el trabajo informal.
– Muchos podrían señalarle que la Presidenta no «ve» la inflación.
– El Gobierno no ignora que hay un problema de precios, basta con ver cómo se cierran las paritarias. A la inflación la asume en los hechos. Por otra parte, en los últimos discursos la Presidenta ha sido muy autocrítica.
– ¿En qué parte?
Bueno, cuando dice que tenemos al 90 por ciento de los trabajadores bajo el mínimo no imponible está admitiendo que la matriz de distribución de riqueza no es equitativa
El Gobierno no ignora que hay un problema de precios
-¿Cómo puede suceder en un país que viene creciendo a tasas chinas desde hace nueve años? ¿No deberíamos estar mucho mejor?
-Estamos mucho mejor. Basta ir a Ingeniero Budge, Laferrere, González Catán y ver lo llenos que salen los colectivos de la barriada, a las cuatro de la mañana…Hay que ver los trenes que vienen con una cantidad de gente que no se venían hace diez años
– Justamente, los trenes…
– Sí, ya sé, al sistema ferroviario también hay que mejorarlo. Pero a pesar de que el trabajo y el salario aún no están en el mejor nivel, el esquema de ingresos de Argentina es, por lejos, el más consolidado, en cantidad y calidad, de América Latina.
– ¿Quién es el sucesor del modelo kirchnerista?
– Si vamos en la dirección de una Argentina más justa, los liderazgos aparecen solos. Si profundizamos la inclusión hasta la oposición va a tener que aceptar este modelo. Y cuando de hablo de oposición, no me refiero a los partidos políticos, que están destruidos, sino a los grupos económicos que no quieren redistribuir la riqueza.
– ¿Podría ser Scioli el sucesor?
– (Largo silencio) Yo prefiero, cuando hablamos de sucesores, poner toda la energía y el entusiasmo en profundizar el modelo. Nadie pensaba en Kirchner en el 2000 o 2001, y sin embargo allí estaba.
– Usted habla de sectores que supuestamente buscan debilitar a la Presidenta, pero ¿con el caso Ciccone no es Boudou el que dañó al Gobierno?
Yo prefiero, cuando hablamos de sucesores, poner toda la energía y el entusiasmo en profundizar el modelo
– Boudou no hizo nada, aunque creo que hay que investigar hasta las últimas consecuencias. Cuando los medios lo hacen responsable a Boudou cuando ni siquiera está procesado están marcando cuáles son sus verdaderas intenciones, que es debilitar al Gobierno. Es un vice que cumple su tarea, al que han bombardeado porque lo veían como un potencial sucesor.
– Siguiendo esa interpretación, ¿por qué no lo «bombardearon» a Scioli? ¿Quiere decir que él es mimado por los grupos económicos que ustedes mencionan detrás de los medios?
– Eso lo decís vos. Yo no lo sé..
«La reforma de la Constitución no es una prioridad para el argentino de a pie. Pero esa es mi opinión personal, y yo formo parte de un movimiento. Y ese movimiento está impulsando una reforma constitucional para consolidar los avances de este Gobierno. A mi me parece que está bien, pero que no es prioritario. Lo prioritario en la agenda de la gente es que haya trabajo, salario digno, que combatamos la inseguridad».
El que habla no es un opositor sino un dirigente bonaerense que integra el corazón kirchnerista. Se trata del diputado provincial Fernando «Chino» Navarro, número dos del Movimiento Evita, un potente sector integrado al conglomerado oficialista, y liderado por Emilio Pérsico.
Lo prioritario en la agenda de la gente es que haya trabajo, salario digno y que combatamos la inseguridad
En su larga trayectoria política, el «Chino» pasó por el Partido Intransigente, el duhaldismo y el Frejupo (que llevó al poder a Carlos Menem) hasta convertirse en uno de los primeros kirchneristas del conurbano. Eso fue hacia el 2000.
«Hay algunos compañeros que me critican cuando voy a TN. Me dicen: «Chino, no tiene sentido». Me dicen que eso es legitimar al Grupo Clarín, pero yo creo que hay que dar el debate cultural en cualquier espacio»
Hay algo que se le debe reconocer a Navarro: se hace cargo de su pasado -incluso de haber apoyado a Menem, en su momento-; está abierto a debatir, habla con los medios (incluso con aquellos que oficialismo considera sus «archienemigos»), y no se esfuerza por caer simpático. Tampoco busca convencer, ni «evangelizar». Eso sí: dice lo que piensa sin anestesia, y durante la charla refutará todos y cada uno de los puntos con los que no esté de acuerdo. Y por momentos, hasta parecerá un kirchnerista de paladar negro.
-De afuera se lo ve como un oficialista un poco menos paranoico que, para empezar, habla con los medios. ¿No le facturan esa actitud puertas adentro?
– (Irritado) Primero, no comparto que el kirchnerismo sea paranoico; me parece una calificación, no sólo desacertada, sino irresponsable. Somos parte de la sociedad argentina, con lo bueno y lo malo que eso implica. Hay una vocación que tenemos los argentinos de simplificar y de poner en el otro lo que no asumimos de nosotros.
No comparto que el kirchnerismo sea paranoico; me parece una calificación, no sólo desacertada, sino irresponsable
-¿Cómo una proyección, dice usted?
-Tal cual. Los kirchneristas no somos ni marcianos, ni belgas. Condensamos los aciertos y errores de la sociedad argentina en las últimas décadas. De lo contrario, caemos en lo que dice un hermano mío, que cree que el problema central de la Argentina es el peronismo. Las cosas son más complejas. Formamos parte de una sociedad que no se hace responsable de lo que hace. La sociedad argentina le dio consenso a la dictadura. La mayoría dijo: «uh, qué suerte». Esta es la verdad. Por supuesto que, a favor de esa sociedad, hay decir que nadie imaginó el baño de sangre que se venía.
– El ultrakirchnerismo está en busca de reformar la Constitución, ¿esconde esa movida el fin de la reelección presidencial?
– Un grupo de compañeros, del cual el Movimiento Evita forma parte, está propiciando el debate por una reforma constitucional, es cierto, pero la idea es darle marco a esta serie de avances, logros y reformas que el Gobierno ha desarrollado. El concepto de reelección no se discute.
– ¿Qué significa que no se discute?
– Que no está como iniciativa a debatir en esta propuesta que está llevando adelante la CTA, los intelectuales de Carta Abierta y los movimientos sociales como Miles o el Evita. La idea de una nueva Constitución es institucionalizar definitivamente lo que empezó el 25 de mayo de 2003, como una continuidad de las mejores políticas populares de la Argentina.
Video: Entrevista a Fernando «Chino» Navarro
– Pero la Presidenta votó esa Constitución que hoy les parece neoliberal. Ella fue constituyente en el 94.
– Sí, ¿y qué? Yo también la hubiera votado. Soy de los que voté a Menem.
– ¿Y cómo se entiende?
– Nos equivocamos. Los pueblos nos azonzamos, como diría (Arturo) Jauretche. Nos azonzamos -y mal- durante la dictadura; durante el Mundial del 78 o acompañando la irracional guerra de Malvinas.
– ¿Cómo lee el conflicto abierto con Moyano? ¿Le parece que el camionero está azonzado también?
– Lo que ocurrió con Moyano, sobre todo a partir de la muerte de Néstor Kirchner, es que quiso co-conducir el movimiento nacional, y fue generando distintos desafíos de autoridad.
Lo que ocurrió con Moyano es que quiso co-conducir el movimiento nacional
– ¿No debería haber habido una negociación, en lugar de tener tantos frentes abiertos?
– Tenemos parte de la información, no la tenemos toda. Me consta que ha habido instancias de negociación. Sin embargo, Moyano eligió lanzar un paro desde el Grupo Clarín y se equivocó; perdió la centralidad. Se paró del lado de quienes buscan debilitar al Gobierno.
– ¿Su reclamo no le parece legítimo?
– Compartimos reclamo, pero tiene que haber un reclamo integral del conjunto de los trabajadores porque hay un 32 por ciento que trabaja en la ilegalidad. Hoy Moyano está pidiendo para un grupo minoritario. No voy a decir que son la oligarquía, pero sí voy a decir que ojalá todos los trabajadores argentinos tuvieran como prioridad la discusión del mínimo no imponible. Moyano no ve el trabajo informal.
– Muchos podrían señalarle que la Presidenta no «ve» la inflación.
– El Gobierno no ignora que hay un problema de precios, basta con ver cómo se cierran las paritarias. A la inflación la asume en los hechos. Por otra parte, en los últimos discursos la Presidenta ha sido muy autocrítica.
– ¿En qué parte?
Bueno, cuando dice que tenemos al 90 por ciento de los trabajadores bajo el mínimo no imponible está admitiendo que la matriz de distribución de riqueza no es equitativa
El Gobierno no ignora que hay un problema de precios
-¿Cómo puede suceder en un país que viene creciendo a tasas chinas desde hace nueve años? ¿No deberíamos estar mucho mejor?
-Estamos mucho mejor. Basta ir a Ingeniero Budge, Laferrere, González Catán y ver lo llenos que salen los colectivos de la barriada, a las cuatro de la mañana…Hay que ver los trenes que vienen con una cantidad de gente que no se venían hace diez años
– Justamente, los trenes…
– Sí, ya sé, al sistema ferroviario también hay que mejorarlo. Pero a pesar de que el trabajo y el salario aún no están en el mejor nivel, el esquema de ingresos de Argentina es, por lejos, el más consolidado, en cantidad y calidad, de América Latina.
– ¿Quién es el sucesor del modelo kirchnerista?
– Si vamos en la dirección de una Argentina más justa, los liderazgos aparecen solos. Si profundizamos la inclusión hasta la oposición va a tener que aceptar este modelo. Y cuando de hablo de oposición, no me refiero a los partidos políticos, que están destruidos, sino a los grupos económicos que no quieren redistribuir la riqueza.
– ¿Podría ser Scioli el sucesor?
– (Largo silencio) Yo prefiero, cuando hablamos de sucesores, poner toda la energía y el entusiasmo en profundizar el modelo. Nadie pensaba en Kirchner en el 2000 o 2001, y sin embargo allí estaba.
– Usted habla de sectores que supuestamente buscan debilitar a la Presidenta, pero ¿con el caso Ciccone no es Boudou el que dañó al Gobierno?
Yo prefiero, cuando hablamos de sucesores, poner toda la energía y el entusiasmo en profundizar el modelo
– Boudou no hizo nada, aunque creo que hay que investigar hasta las últimas consecuencias. Cuando los medios lo hacen responsable a Boudou cuando ni siquiera está procesado están marcando cuáles son sus verdaderas intenciones, que es debilitar al Gobierno. Es un vice que cumple su tarea, al que han bombardeado porque lo veían como un potencial sucesor.
– Siguiendo esa interpretación, ¿por qué no lo «bombardearon» a Scioli? ¿Quiere decir que él es mimado por los grupos económicos que ustedes mencionan detrás de los medios?
– Eso lo decís vos. Yo no lo sé..