PáginaI12 En Perú
Desde Lima
Las repercusiones internacionales del caso Lava Jato siguen estremeciendo las debilitadas estructuras de la clase política peruana. Cuatro ex presidentes –Alan García (1985-1990 y 2006-2011), Alberto Fujimori (1990-2000), Alejandro Toledo (2001-2006) y Ollanta Humala (2011-2016)– y el actual mandatario Pedro Pablo Kuczynski han sido salpicados por este escándalo de megacorrupción. Kuczynski ha sido involucrado en las investigaciones por su papel como ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros durante el régimen de Toledo. Son cinco las empresas brasileñas involucradas, encabezadas por Odebrecht.
Documentos revelados en las investigaciones de Lava Jato mencionan un “Programa OH” relacionado al pago de tres millones de dólares por parte de Odebrecht. Según la policía brasileña, OH se refiere a Ollanta Humala. En esa línea, la prensa brasileña ha señalado que Odebrecht –que ha confesado haber pagado sobornos a funcionarios públicos peruanos por 29 millones de dólares durante los gobiernos de Toledo, García y Humala– le entregó a este último tres millones de dólares para financiar su campaña electoral de 2011. En la administración de Humala, Odebrecht, tal como había ocurrido en gobiernos anteriores, ganó importantes licitaciones para realizar obras públicas.
Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia tienen abierta una investigación fiscal por supuesto lavado de activos relacionado al financiamiento de la campaña electoral. Agendas personales de Heredia, con anotaciones suyas hechas a mano, que le fueron robadas a la ex primera dama de su vivienda y entregadas a la prensa y la fiscalía, revelan una serie de millonarios movimientos bancarios y pagos que habría recibido desde Brasil. Por una orden judicial dada esta semana, Humala no puede salir del país sin el permiso de un juez. En la misma situación está su esposa.
La situación de Toledo también es complicada luego de descubrirse que en una cuenta en el Citybank de Londres que pertenece a una compañía del empresario peruano-israelí Josef Maiman, un viejo amigo y financista de Toledo, se depositaron, entre el 22 de junio y el 13 de julio de 2006, días antes que Toledo culmine su gobierno el 28 de julio de ese año, cuatro depósitos desde una offshore vinculada a la constructora brasileña Camargo Correa por un monto total de 1,6 millón de dólares. Al final del gobierno de Toledo, la empresa brasileña obtuvo la licitación para construir el tramo cuatro de la carretera interoceánica sur, que une Brasil con la costa peruana. De acuerdo a la fiscalía peruana, este dinero entregado a Maiman sería parte de un soborno de 6,3 millón de dólares pagados por Camargo Correa en relación a la mencionada carretera.
De las cuentas de Maiman salieron más de 10 millones de dólares para la offshore Ecoteva, creada en Costa Rica a nombre de la suegra de Toledo, una octogenaria ciudadana belga. El año 2012, Ecoteva compró en Lima una residencia y una oficina por un monto de 4,5 millones de dólares. Maiman también le dio a Toledo más de medio millón de dólares para que pague las hipotecas de su vivienda en Lima y de una casa de playa. Por el caso Ecoteva, el ex presidente, quien reside en Estados Unidos, tiene abierta una investigación fiscal, que ha recobrado impulso con las revelaciones de los pagos depositados en las cuentas de Maiman, que parecen cerrar el círculo sobre el origen de los sospechosos aportes millonarios del empresario a la familia Toledo.
A diferencia de Toledo y Humala, Alan García, con buenos contactos en el aparato de justicia, no tiene una investigación judicial abierta, pero su nombre aparece más de una vez relacionado a la trama de sobornos de las empresas brasileñas. Durante su gobierno, García fue un entusiasta impulsor de las operaciones de dichas compañías y se reunió numerosas veces con sus funcionarios. Odebrecht ha reconocido haber pagado durante los gobiernos de Toledo y García sobornos por 20 millones de dólares vinculados a la construcción de dos tramos de la carretera interoceánica. Sobornos que habrían servido para ganar la licitación y para luego modificar los contratos y sobrevaluar la obra. Los directivos de Odebrecht también han confesado que durante el régimen de García pagaron 1,4 millón de dólares en sobornos relacionados a la construcción del tramo uno del Metro de Lima, obra impulsada personalmente por el ex presidente. Medios de prensa han denunciado documentadamente que en los años del régimen de García más de 11 millones de dólares salidos de empresas brasileñas circularon a través de una enrevesada trama de operaciones financieras, compañías fantasmas y empresas offshore, desconociéndose hasta el momento el destinatario final de ese dinero.
El fujimorismo, que preside la comisión investigadora sobre las implicancias de Lava Jato en el Perú formada en el Congreso, pretende excluir de la investigación parlamentaria al régimen de Alberto Fujimori, hoy en prisión condenado a 25 años por otros casos de corrupción y crímenes de lesa humanidad, pero fue durante la dictadura fujimorista que Odebrecht multiplicó sus obras en el Perú. En esa etapa la empresa brasileña realizó 26 obras públicas en el país, más que en los tres siguientes gobiernos, de Toledo, García y Humala, en los cuales la constructora hizo 24 obras públicas.
Políticos y empresarios peruanos han caído en una crisis de nervios por las revelaciones de los sobornos pagados en el Perú por las empresas brasileñas. Cada vez que alguien relacionado a este caso habla en Brasil, en el Perú muchos tiemblan. Todavía hay mucho por descubrir. Esto recién parece comenzar.
Desde Lima
Las repercusiones internacionales del caso Lava Jato siguen estremeciendo las debilitadas estructuras de la clase política peruana. Cuatro ex presidentes –Alan García (1985-1990 y 2006-2011), Alberto Fujimori (1990-2000), Alejandro Toledo (2001-2006) y Ollanta Humala (2011-2016)– y el actual mandatario Pedro Pablo Kuczynski han sido salpicados por este escándalo de megacorrupción. Kuczynski ha sido involucrado en las investigaciones por su papel como ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros durante el régimen de Toledo. Son cinco las empresas brasileñas involucradas, encabezadas por Odebrecht.
Documentos revelados en las investigaciones de Lava Jato mencionan un “Programa OH” relacionado al pago de tres millones de dólares por parte de Odebrecht. Según la policía brasileña, OH se refiere a Ollanta Humala. En esa línea, la prensa brasileña ha señalado que Odebrecht –que ha confesado haber pagado sobornos a funcionarios públicos peruanos por 29 millones de dólares durante los gobiernos de Toledo, García y Humala– le entregó a este último tres millones de dólares para financiar su campaña electoral de 2011. En la administración de Humala, Odebrecht, tal como había ocurrido en gobiernos anteriores, ganó importantes licitaciones para realizar obras públicas.
Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia tienen abierta una investigación fiscal por supuesto lavado de activos relacionado al financiamiento de la campaña electoral. Agendas personales de Heredia, con anotaciones suyas hechas a mano, que le fueron robadas a la ex primera dama de su vivienda y entregadas a la prensa y la fiscalía, revelan una serie de millonarios movimientos bancarios y pagos que habría recibido desde Brasil. Por una orden judicial dada esta semana, Humala no puede salir del país sin el permiso de un juez. En la misma situación está su esposa.
La situación de Toledo también es complicada luego de descubrirse que en una cuenta en el Citybank de Londres que pertenece a una compañía del empresario peruano-israelí Josef Maiman, un viejo amigo y financista de Toledo, se depositaron, entre el 22 de junio y el 13 de julio de 2006, días antes que Toledo culmine su gobierno el 28 de julio de ese año, cuatro depósitos desde una offshore vinculada a la constructora brasileña Camargo Correa por un monto total de 1,6 millón de dólares. Al final del gobierno de Toledo, la empresa brasileña obtuvo la licitación para construir el tramo cuatro de la carretera interoceánica sur, que une Brasil con la costa peruana. De acuerdo a la fiscalía peruana, este dinero entregado a Maiman sería parte de un soborno de 6,3 millón de dólares pagados por Camargo Correa en relación a la mencionada carretera.
De las cuentas de Maiman salieron más de 10 millones de dólares para la offshore Ecoteva, creada en Costa Rica a nombre de la suegra de Toledo, una octogenaria ciudadana belga. El año 2012, Ecoteva compró en Lima una residencia y una oficina por un monto de 4,5 millones de dólares. Maiman también le dio a Toledo más de medio millón de dólares para que pague las hipotecas de su vivienda en Lima y de una casa de playa. Por el caso Ecoteva, el ex presidente, quien reside en Estados Unidos, tiene abierta una investigación fiscal, que ha recobrado impulso con las revelaciones de los pagos depositados en las cuentas de Maiman, que parecen cerrar el círculo sobre el origen de los sospechosos aportes millonarios del empresario a la familia Toledo.
A diferencia de Toledo y Humala, Alan García, con buenos contactos en el aparato de justicia, no tiene una investigación judicial abierta, pero su nombre aparece más de una vez relacionado a la trama de sobornos de las empresas brasileñas. Durante su gobierno, García fue un entusiasta impulsor de las operaciones de dichas compañías y se reunió numerosas veces con sus funcionarios. Odebrecht ha reconocido haber pagado durante los gobiernos de Toledo y García sobornos por 20 millones de dólares vinculados a la construcción de dos tramos de la carretera interoceánica. Sobornos que habrían servido para ganar la licitación y para luego modificar los contratos y sobrevaluar la obra. Los directivos de Odebrecht también han confesado que durante el régimen de García pagaron 1,4 millón de dólares en sobornos relacionados a la construcción del tramo uno del Metro de Lima, obra impulsada personalmente por el ex presidente. Medios de prensa han denunciado documentadamente que en los años del régimen de García más de 11 millones de dólares salidos de empresas brasileñas circularon a través de una enrevesada trama de operaciones financieras, compañías fantasmas y empresas offshore, desconociéndose hasta el momento el destinatario final de ese dinero.
El fujimorismo, que preside la comisión investigadora sobre las implicancias de Lava Jato en el Perú formada en el Congreso, pretende excluir de la investigación parlamentaria al régimen de Alberto Fujimori, hoy en prisión condenado a 25 años por otros casos de corrupción y crímenes de lesa humanidad, pero fue durante la dictadura fujimorista que Odebrecht multiplicó sus obras en el Perú. En esa etapa la empresa brasileña realizó 26 obras públicas en el país, más que en los tres siguientes gobiernos, de Toledo, García y Humala, en los cuales la constructora hizo 24 obras públicas.
Políticos y empresarios peruanos han caído en una crisis de nervios por las revelaciones de los sobornos pagados en el Perú por las empresas brasileñas. Cada vez que alguien relacionado a este caso habla en Brasil, en el Perú muchos tiemblan. Todavía hay mucho por descubrir. Esto recién parece comenzar.