Por Guillermo Laborda.-
• SE VIENE PACTO CON CEREALERAS
Por: Guillermo Laborda
Ejecutivos de sociedades de Bolsa fueron citados ayer al Ministerio de Economía en el segundo round de la puja oficial por el dólar. El viernes anterior ya habían concurrido a la CNV tras una convocatoria de su titular, Alejandro Vanoli. La diferencia es que ayer el ministro Axel Kicillof, acompañado por su segundo, Emmanuel Álvarez Agis, los recibía de a uno. No en tándem. Allí se trató lo que horas después Cristina de Kirchner amplificó: las denuncias por las operaciones con el «contado con liqui» («CCL»). De hecho, la convocatoria de Kicillof se hizo sobre la base del ranking de los agentes con mayor volumen de negocios.
La visión oficial, relatada ayer por uno de los citados al 5° piso del Palacio de Hacienda, es que hubo una maniobra u «operación» con la versión de que las importaciones se iban a tener que concretar a través del «contado con liqui». «Ni de Economía ni del BCRA se pensó alguna vez eso», se le comunicó. Y repitió Kicillof que los valores actuales de los «dólares» (el «Bolsa», «blue» y «contado con liqui») «no se condice con la realidad». Luego llegó el turno de las advertencias: «Hasta ahora veníamos trabajando bien, abrimos el dólar MEP (o dólar «Bolsa»), cuando hay ruido inyectamos bonos, pero si se desordena todo, hay herramientas de sobra». La referencia iba a la recientemente aprobada Ley del Mercado de Capitales que habilita a la CNV a suspender, iniciar sumario, multar o denunciar ante la Justicia a los intermediarios. Antes de esa ley, los mercados se autorregulaban. Ésa es la baraja que planean utilizar en el Ministerio de Economía en función de la presión en el mercado de cambios.
En realidad, se trata de una de las herramientas clásicas que el Gobierno utilizó en la anterior disparada del dólar. Se repiten las herramientas. Pero también los resultados. Ahora, en esta segunda temporada de la serie, la intención del Gobierno, relatado por un alto funcionario, más allá de lo que suceda con el dólar, es denunciar ante la Justicia a las sociedades de Bolsa, pero también informar a la AFIP, incluyendo el listado de clientes intervinientes en la transacción. Hace tres semanas, la apuesta del Ministerio de Economía pasaba por extender a siete días el plazo que obligatoriamente se debían mantener en cartera los títulos comprados (son los que luego se venden contra dólares, esencia del «contado con liqui»). La medida se archivó porque hubiera generado más presión sobre el «blue».
Otra de las herramientas clásicas pasa por un acuerdo con exportadores de granos para que liquiden u$s 2.000 millones por mes en este trimestre que hoy comienza. Ya hubo contactos con los ejecutivos de las cámaras que agrupan a las empresas del sector para esta segunda temporada del pacto sellado en febrero. Abarcaría las ventas de soja, trigo y maíz pero claro, el clima hoy es muy distinto al del verano en el campo. Derrumbe de precios, inundaciones alteran el clima de los productores, que son quienes en realidad deben liquidar sus posiciones a los exportadores. Habrá acuerdo, pero el monto sería diferente al proyectado por el equipo económico y el BCRA.
En medio de este contexto, el riesgo-país está vacunado. No le ingresan balas y ayer se mantuvo debajo de los 700 puntos. Es que la Argentina, para el mercado, contradice toda lógica, hasta opera a la inversa de un servicio meteorológico en el que se sabe con alta precisión el clima hoy y del día siguiente, pero a mediano plazo es totalmente aleatorio. La Argentina para inversores es lo opuesto: un enigma, un 100% azar predecir el corto plazo, pero hay un 100% de seguridad de que en el mediano y largo plazo será altamente rentable. Por eso bonos aún no caen en medio de relatos salvajes.