Los funcionarios destacaron la importancia de la política de acumulación de reservas de los últimos años para enfrentar ahora la crisis global. Indicaron que el panorama mundial es menos grave, pero igual las economías de la región crecerán menos que en 2011.
Mercedes Marcó del Pont, presidenta del BCRA, junto a sus colegas de América del Sur.
Los banqueros centrales de la región se reunieron ayer en Buenos Aires para analizar las implicaciones de la crisis financiera global sobre las economías sudamericanas. Los presidentes de los bancos centrales de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela coincidieron en que sus países continuarán creciendo, aunque será a un ritmo más moderado. Los funcionarios destacaron la relevancia de la acumulación de reservas internacionales para hacer frente a los shocks externos.
La dueña de casa, Mercedes Marcó del Pont, recibió a sus pares de la región mientras se discute en el Congreso una reforma integral de la Carta Orgánica del Banco Central. Las modificaciones en el mandato del organismo para contemplar, junto con el control de la inflación, el empleo, el desarrollo económico y la estabilidad financiera coinciden con los objetivos de países como Brasil. A su vez, la ampliación de las facultades del BCRA para orientar y regular el crédito se asemejan a los instrumentos que ya poseen las autoridades monetarias de Perú, Ecuador y Brasil.
Durante el encuentro, los banqueros concluyeron que, si bien las economías avanzadas todavía se encuentran en crisis, los riesgos de sufrir un impacto sobre los niveles de crecimiento económico disminuyeron. El acuerdo entre Grecia y sus acreedores contribuye a disminuir los elevados niveles de incertidumbre. No obstante, desde el gobierno argentino consideran que los riesgos de una profundización de la crisis financiera internacional continúan latentes. Una posición similar tienen las autoridades de Brasil.
Los principales temas de análisis del encuentro estuvieron vinculados con el desarrollo más reciente de cada una de las economías y con las políticas económicas adoptadas. Los banqueros como Marcó del Pont y Alexandre Tombini, de Brasil, coincidieron en que las economías de la región mantendrán este año una evolución favorable, aunque crecerán a un ritmo más moderado que en 2011. El Banco Central espera que el PIB de Argentina aumente alrededor de 6 por ciento este año. Se trata de una proyección más optimista que las estimaciones realizadas el año pasado por el equipo económico para incluir en el Presupuesto 2012 y que las que hacen la mayoría de los consultores privados.
En la reunión también se debatió la evolución reciente de la acumulación de reservas internacionales, con especial énfasis en las respuestas frente a la crisis económica global. Al mismo tiempo, los banqueros discutieron la necesidad de adoptar medidas que contrarresten la presión hacia la apreciación del tipo de cambio que generan las políticas monetarias expansivas de los países centrales. En ese sentido, acordaron continuar actuando en caso de una volatilidad excesiva de los tipos de cambio y desvíos importantes respecto de sus niveles de equilibrio. Actualmente, Argentina no experimenta ese tipo de presiones hacia la caída de su tipo de cambio real. La apreciación de la paridad cambiaria en el país es consecuencia de los aumentos de precios. En ese sentido, los banqueros centrales coincidieron en señalar que las presiones inflacionarias de la región son consecuencia de la evolución del escenario económico internacional y su impacto sobre los precios internacionales de las materias primas.
Mercedes Marcó del Pont, presidenta del BCRA, junto a sus colegas de América del Sur.
Los banqueros centrales de la región se reunieron ayer en Buenos Aires para analizar las implicaciones de la crisis financiera global sobre las economías sudamericanas. Los presidentes de los bancos centrales de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela coincidieron en que sus países continuarán creciendo, aunque será a un ritmo más moderado. Los funcionarios destacaron la relevancia de la acumulación de reservas internacionales para hacer frente a los shocks externos.
La dueña de casa, Mercedes Marcó del Pont, recibió a sus pares de la región mientras se discute en el Congreso una reforma integral de la Carta Orgánica del Banco Central. Las modificaciones en el mandato del organismo para contemplar, junto con el control de la inflación, el empleo, el desarrollo económico y la estabilidad financiera coinciden con los objetivos de países como Brasil. A su vez, la ampliación de las facultades del BCRA para orientar y regular el crédito se asemejan a los instrumentos que ya poseen las autoridades monetarias de Perú, Ecuador y Brasil.
Durante el encuentro, los banqueros concluyeron que, si bien las economías avanzadas todavía se encuentran en crisis, los riesgos de sufrir un impacto sobre los niveles de crecimiento económico disminuyeron. El acuerdo entre Grecia y sus acreedores contribuye a disminuir los elevados niveles de incertidumbre. No obstante, desde el gobierno argentino consideran que los riesgos de una profundización de la crisis financiera internacional continúan latentes. Una posición similar tienen las autoridades de Brasil.
Los principales temas de análisis del encuentro estuvieron vinculados con el desarrollo más reciente de cada una de las economías y con las políticas económicas adoptadas. Los banqueros como Marcó del Pont y Alexandre Tombini, de Brasil, coincidieron en que las economías de la región mantendrán este año una evolución favorable, aunque crecerán a un ritmo más moderado que en 2011. El Banco Central espera que el PIB de Argentina aumente alrededor de 6 por ciento este año. Se trata de una proyección más optimista que las estimaciones realizadas el año pasado por el equipo económico para incluir en el Presupuesto 2012 y que las que hacen la mayoría de los consultores privados.
En la reunión también se debatió la evolución reciente de la acumulación de reservas internacionales, con especial énfasis en las respuestas frente a la crisis económica global. Al mismo tiempo, los banqueros discutieron la necesidad de adoptar medidas que contrarresten la presión hacia la apreciación del tipo de cambio que generan las políticas monetarias expansivas de los países centrales. En ese sentido, acordaron continuar actuando en caso de una volatilidad excesiva de los tipos de cambio y desvíos importantes respecto de sus niveles de equilibrio. Actualmente, Argentina no experimenta ese tipo de presiones hacia la caída de su tipo de cambio real. La apreciación de la paridad cambiaria en el país es consecuencia de los aumentos de precios. En ese sentido, los banqueros centrales coincidieron en señalar que las presiones inflacionarias de la región son consecuencia de la evolución del escenario económico internacional y su impacto sobre los precios internacionales de las materias primas.