ECONOMIA › EN 2013 EL BALANCE DE PAGOS DE LA CUENTA CORRIENTE REGISTRO UN DEFICIT DE 4430 MILLONES DE DOLARES
El pago de la deuda pública, la menor liquidación de la cosecha del campo, el déficit de la industria, concentrado en autos, químicos y electrónica de consumo, y la pérdida del autoabastecimiento energético explicaron este desempeño.
El déficit de la cuenta corriente del balance de pagos ascendió a 4430 millones de dólares en 2013, contra un superávit de 48 millones de dólares del 2012, según lo informó ayer el Indec. A su vez, la cuenta capital computó un caída de 5867 millones de dólares, mientras que había anotado un rojo de 625 millones el año anterior. El pago de la deuda pública en moneda extranjera, la menor liquidación de la cosecha del campo, el déficit de la industria, concentrado en autos, químicos y electrónica de consumo, y la pérdida del autoabastecimiento energético explicaron este desempeño del balance de pagos local. El resultado fue el retroceso de 27,9 por ciento de las reservas del Central, que pasaron de 42.424 a 30.600 millones de dólares durante 2013.
El año pasado las tensiones de la economía continuaron generando menor disponibilidad de divisas. El pago de la deuda pública en moneda extranjera ascendió a más de 6 mil millones de dólares, contando vencimientos de capital e intereses con el sector privado. El país es uno de los pocos estados del mundo que durante los últimos años canceló al contado sus compromisos financieros con el mercado. Esto implicó el uso de reservas por 42 mil millones de dólares desde 2006.
Además de la salida de dólares financieros, la economía registró un mayor desequilibrio de las cuentas externas por el intercambio de bienes y servicios con el resto del mundo. El saldo entre exportaciones e importaciones de mercancías ascendió a 12.155 millones de dólares, con una caída de 3217 millones respecto de 2012. El incremento de los despachos del sector automotriz, del bloque de energía, de la industria química y de la electrónica para Tierra del Fuego fueron los principales motivos de esta performance.
– Las importaciones de autopartes y vehículos terminados alcanzaron 19.579 millones de dólares en 2013, cuando fueron de 17.362 millones de dólares el año anterior y de 9111 millones de dólares en 2007.
– Las compras al mundo de combustible ascendieron a 12.268 millones de dólares el año pasado, al tiempo que habían sido de 10.563 millones en 2012 y de 347,3 millones cinco años atrás.
– Los despachos de productos químicos sumaron 10.485 millones de dólares, contra 9739 y 5962 millones de dólares en 2012 y 2007, mientras que los de bienes de capital (donde se computa electrónica) anotaron 7390 millones, cuando habían sido de 6493 y 3261 millones.
La mejor distribución del ingreso de la economía, con aumento de los puestos de trabajo y de los salarios a partir de 2003, generó esta fuerte demanda de productos industriales, la cual fue cubierta a través de las importaciones. La descomposición de la rama manufacturera durante los noventa imposibilitó al país para cubrir con producción interna estos requerimientos de insumos. También hubo una tibia intervención del Estado en materia de política industrial para desarrollar eslabones estratégicos de las cadenas de producción (falta de cambio estructural en la matriz productiva). En cuanto a energía, los desmanejos del sector privado, guiados por criterios de rentabilidad (y no de sustentabilidad económica), generaron la pérdida del autoabastecimiento energético, para provocar un incremento notable de los despachos de gas. La recuperación de YPF a partir de principios de 2012 fue una estrategia central del Gobierno para empezar a revertir estas distorsiones del sector de hidrocarburos.
Además de estas tensiones de las cuentas externas por motivos estructurales, en 2013 se observaron factores de coyuntura que afectaron la liquidez de divisas de la economía. El balance de pagos del Indec registró que los productores primarios exportaron por la misma cantidad de 2012. El dato adquiere relevancia si se tiene en cuenta que la cosecha del campo marcó un pico de 105 millones de toneladas el año pasado, contra los 90 millones de la campaña anterior. Así, el complejo agropecuario dejó de exportar oleaginosas (soja) por 6000 millones de dólares, especulando con el valor futuro del tipo de cambio oficial.