«Juliana está re tranquila». Anoche, después de chequear y rechequear el voto de propios y aliados, la jefa del bloque del Frente para la Victoria (FpV), Juliana Di Tullio, estaba confiada en la mayoría que logrará para convertir en ley el más conflictivo de los tres proyectos que envió el Poder Ejecutivo: el de reforma de la Ley de Abastecimiento. Con la oposición abroquelada en contra de la iniciativa, el oficialismo apostaba de todas formas a superar los 130 votos en una sesión que no estará exenta de complicaciones.
El principal obstáculo contra el que deberá luchar el kirchnerismo es la duración del debate. La sesión comenzará hoy al mediodía y, según cálculos del bloque oficialista, la votación comenzará recién mañana a la misma hora. Es decir, al cabo de 24 horas de discusión en el recinto. Los diputados del FpV ya recibieron la orden de quedarse en sus bancas hasta que se termine de aprobar el último artículo de la última ley, pase lo que pase.
Además, los tironeos entre la Casa Rosada y los gobernadores de provincias petroleras pusieron en duda el apoyo de los tres diputados del Movimiento Popular Neuquino, aliados del oficialismo pero con reclamos específicos a la hora de delinear la Ley de Hidrocarburos.
Anoche, tras la reunión de los mandatarios provinciales con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el FpV esperaba contar con el voto positivo de al menos una de ellas, Alicia Comelli, y apostaba a la abstención de los otros dos integrantes del bloque. «¿Cómo vamos a votar en contra? Tenemos una posición histórica», sostuvo Comelli consultada por este diario.
Otro de los votos que estaba en duda era el del sindicalista Omar Plaini, quien integra un bloque con el massista Facundo Moyano pero está alineado con el gobernador Daniel Scioli. El oficialismo esperaba lograr su apoyo, al igual que el de la ex aliada de Raúl Castells, Ramona Pucheta. Ante El Cronista, ambos mantuvieron el misterio sobre cuál será finalmente su postura.
La sanción de la ley no requiere mayoría especial, por lo que el kirchnerismo podría aprobarla sin sus aliados habituales, aunque sí los necesitará para garantizarse el quórum a la hora de votar porque todo el arco opositor se manifestó en contra de la iniciativa.
El radical Ricardo Buryaile advirtió que «hay problemas que esta ley no resuelve» que «son los problemas de oferta de bienes». El ex ministro de Economía y diputado de UNEN, Martín Lousteau, se sumó a las críticas: «Es una ley vieja que no funcionó y la queremos remozar para problemas nuevos», observó.
Alberto Asseff, del Frente Renovador, consideró que el proyecto «es de matriz chavista» y advirtió que «hasta Cuba ha comenzado a abandonar ese arcaico modelo». Por Unión-PRO, Patricia Bullrich cuestionó que el proyecto «contiene una delegación de facultades de sesgo totalitario incompatible con las normas y garantías de la Constitución» por lo que consideró a la iniciativa un ejemplo del «avasallamiento de la República».
Para Claudio Lozano, de Unidad Popular, «es falsa la opción entre regulación corrupta o concentración económica» dado que «existe la regulación pública». Los tres diputados del Frente de Izquierda y los Trabajadores también la rechazaron. «Esto es la demagogia de un gobierno que huye hacia adelante y que va a seguir confiscando los ingresos de los trabajadores mediante la inflación. Votamos en contra de la Ley de Abastecimiento», aseguró Néstor Pitrola.
El principal obstáculo contra el que deberá luchar el kirchnerismo es la duración del debate. La sesión comenzará hoy al mediodía y, según cálculos del bloque oficialista, la votación comenzará recién mañana a la misma hora. Es decir, al cabo de 24 horas de discusión en el recinto. Los diputados del FpV ya recibieron la orden de quedarse en sus bancas hasta que se termine de aprobar el último artículo de la última ley, pase lo que pase.
Además, los tironeos entre la Casa Rosada y los gobernadores de provincias petroleras pusieron en duda el apoyo de los tres diputados del Movimiento Popular Neuquino, aliados del oficialismo pero con reclamos específicos a la hora de delinear la Ley de Hidrocarburos.
Anoche, tras la reunión de los mandatarios provinciales con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el FpV esperaba contar con el voto positivo de al menos una de ellas, Alicia Comelli, y apostaba a la abstención de los otros dos integrantes del bloque. «¿Cómo vamos a votar en contra? Tenemos una posición histórica», sostuvo Comelli consultada por este diario.
Otro de los votos que estaba en duda era el del sindicalista Omar Plaini, quien integra un bloque con el massista Facundo Moyano pero está alineado con el gobernador Daniel Scioli. El oficialismo esperaba lograr su apoyo, al igual que el de la ex aliada de Raúl Castells, Ramona Pucheta. Ante El Cronista, ambos mantuvieron el misterio sobre cuál será finalmente su postura.
La sanción de la ley no requiere mayoría especial, por lo que el kirchnerismo podría aprobarla sin sus aliados habituales, aunque sí los necesitará para garantizarse el quórum a la hora de votar porque todo el arco opositor se manifestó en contra de la iniciativa.
El radical Ricardo Buryaile advirtió que «hay problemas que esta ley no resuelve» que «son los problemas de oferta de bienes». El ex ministro de Economía y diputado de UNEN, Martín Lousteau, se sumó a las críticas: «Es una ley vieja que no funcionó y la queremos remozar para problemas nuevos», observó.
Alberto Asseff, del Frente Renovador, consideró que el proyecto «es de matriz chavista» y advirtió que «hasta Cuba ha comenzado a abandonar ese arcaico modelo». Por Unión-PRO, Patricia Bullrich cuestionó que el proyecto «contiene una delegación de facultades de sesgo totalitario incompatible con las normas y garantías de la Constitución» por lo que consideró a la iniciativa un ejemplo del «avasallamiento de la República».
Para Claudio Lozano, de Unidad Popular, «es falsa la opción entre regulación corrupta o concentración económica» dado que «existe la regulación pública». Los tres diputados del Frente de Izquierda y los Trabajadores también la rechazaron. «Esto es la demagogia de un gobierno que huye hacia adelante y que va a seguir confiscando los ingresos de los trabajadores mediante la inflación. Votamos en contra de la Ley de Abastecimiento», aseguró Néstor Pitrola.