Persianas bajas ayer en Once, una postal de las prevenciones. Foto: LA NACION / Maximiliano Amena
Entre una fuerte presencia de efectivos de seguridad y medidas de prevención de parte de los comerciantes, el 12° aniversario de la trágica caída del gobierno de Fernando De la Rúa transcurrió sin saqueos ni otros episodios de violencia.
Tal como estaba previsto, el Gobierno llevó adelante un operativo «antisaqueos» basado en el despliegue de un comando de prevención de fuerzas federales de seguridad y de policías provinciales, con fuerte presencia de uniformados en las calles, monitoreos y alertas rápidas en las zonas más calientes de la capital, el conurbano bonaerense y los focos más conflictivos del interior.
En el barrio porteño de Once, donde el miércoles, por temor a posibles saqueos, los comerciantes habían cerrado sus locales por la tarde, ayer nadie hacía referencia explícita a ese temor.
Los comercios permanecieron abiertos y decenas de personas se pasearon por las veredas de las avenidas Pueyrredón y Rivadavia buscando regalos para las Fiestas.
Sin embargo, en la mayoría de los locales las persianas metálicas no fueron subidas en su totalidad. Algo inquietaba a los vendedores.
Todavía más atentos se mostraron los propietarios de los supermercados chinos. Las rejas y persianas permanecieron bajas en todas las vidrieras, salvo en el acceso de entrada a las tiendas. Lo mismo ocurrió con el supermercado Coto, ubicado frente a la plaza Miserere.
El cuidado especial de los comerciantes chinos quedó expuesto también en La Matanza, el municipio más poblado del conurbano.
Sobre la avenida Juan Manuel de Rosas, que atraviesa el distrito, varios supermercados chinos tenían sus ventanas cubiertas y las cortinas metálicas de las entradas a los locales parcialmente abiertas, según constatóLA NACION durante una recorrida.
A Rosario, donde en los saqueos de hace un año murieron cuatro personas, llegaron anteayer 500 gendarmes que patrullaron toda la ciudad, y, en particular, los barrios La Tablada y De las Flores, al sur de la ciudad.
Los gendarmes debían llegar a Rosario la primera semana de enero para custodiar la largada del rally Dakar, pero por pedido del gobernador Antonio Bonfatti el envío se adelantó.
Ayer también era evidente en Rosario el refuerzo en la seguridad de los supermercados chinos.
Los dueños de esos comercios trabajaron con un protocolo de seguridad y un sistema de alarma común y protegieron la entrada a los locales con volquetes. Muchos contrataron además custodia privada.
En Bariloche, otra de las ciudades en las que hubo saqueos en diciembre del año pasado, se desplegó ayer un fuerte operativo de seguridad con gendarmes y agentes de la policía provincial que custodiaron supermercados, edificios públicos y calles céntricas.
Los saqueos de hace un año afectaron a unos 30 comercios y derivaron en la destitución del intendente Omar Goye.
El ministro de Seguridad, Oscar Albrieu, se instaló en la ciudad para monitorear de cerca el primer aniversario ante una ola de rumores que se replican desde hace un mes, por lo que los comerciantes decidieron colocar rejas, paneles de madera y cubrir las vidrieras.
A diferencia del 20 de diciembre pasado, cuando la policía se defendía con gomeras, los agentes tenían ayer orden de reprimir con postas de goma y gases lacrimógenos.
En Tucumán, donde durante la semana hubo fuertes rumores de que podían repetirse los ataques a comercios del 10 y el 11 de este mes, derivados del levantamiento de la policía en los que murieron seis personas, los comercios estuvieron abiertos en el horario habitual y la jornada transcurrió sin incidentes.
Informes de nuestros corresponsales .
Entre una fuerte presencia de efectivos de seguridad y medidas de prevención de parte de los comerciantes, el 12° aniversario de la trágica caída del gobierno de Fernando De la Rúa transcurrió sin saqueos ni otros episodios de violencia.
Tal como estaba previsto, el Gobierno llevó adelante un operativo «antisaqueos» basado en el despliegue de un comando de prevención de fuerzas federales de seguridad y de policías provinciales, con fuerte presencia de uniformados en las calles, monitoreos y alertas rápidas en las zonas más calientes de la capital, el conurbano bonaerense y los focos más conflictivos del interior.
En el barrio porteño de Once, donde el miércoles, por temor a posibles saqueos, los comerciantes habían cerrado sus locales por la tarde, ayer nadie hacía referencia explícita a ese temor.
Los comercios permanecieron abiertos y decenas de personas se pasearon por las veredas de las avenidas Pueyrredón y Rivadavia buscando regalos para las Fiestas.
Sin embargo, en la mayoría de los locales las persianas metálicas no fueron subidas en su totalidad. Algo inquietaba a los vendedores.
Todavía más atentos se mostraron los propietarios de los supermercados chinos. Las rejas y persianas permanecieron bajas en todas las vidrieras, salvo en el acceso de entrada a las tiendas. Lo mismo ocurrió con el supermercado Coto, ubicado frente a la plaza Miserere.
El cuidado especial de los comerciantes chinos quedó expuesto también en La Matanza, el municipio más poblado del conurbano.
Sobre la avenida Juan Manuel de Rosas, que atraviesa el distrito, varios supermercados chinos tenían sus ventanas cubiertas y las cortinas metálicas de las entradas a los locales parcialmente abiertas, según constatóLA NACION durante una recorrida.
A Rosario, donde en los saqueos de hace un año murieron cuatro personas, llegaron anteayer 500 gendarmes que patrullaron toda la ciudad, y, en particular, los barrios La Tablada y De las Flores, al sur de la ciudad.
Los gendarmes debían llegar a Rosario la primera semana de enero para custodiar la largada del rally Dakar, pero por pedido del gobernador Antonio Bonfatti el envío se adelantó.
Ayer también era evidente en Rosario el refuerzo en la seguridad de los supermercados chinos.
Los dueños de esos comercios trabajaron con un protocolo de seguridad y un sistema de alarma común y protegieron la entrada a los locales con volquetes. Muchos contrataron además custodia privada.
En Bariloche, otra de las ciudades en las que hubo saqueos en diciembre del año pasado, se desplegó ayer un fuerte operativo de seguridad con gendarmes y agentes de la policía provincial que custodiaron supermercados, edificios públicos y calles céntricas.
Los saqueos de hace un año afectaron a unos 30 comercios y derivaron en la destitución del intendente Omar Goye.
El ministro de Seguridad, Oscar Albrieu, se instaló en la ciudad para monitorear de cerca el primer aniversario ante una ola de rumores que se replican desde hace un mes, por lo que los comerciantes decidieron colocar rejas, paneles de madera y cubrir las vidrieras.
A diferencia del 20 de diciembre pasado, cuando la policía se defendía con gomeras, los agentes tenían ayer orden de reprimir con postas de goma y gases lacrimógenos.
En Tucumán, donde durante la semana hubo fuertes rumores de que podían repetirse los ataques a comercios del 10 y el 11 de este mes, derivados del levantamiento de la policía en los que murieron seis personas, los comercios estuvieron abiertos en el horario habitual y la jornada transcurrió sin incidentes.
Informes de nuestros corresponsales .