Ayer asambleístas de Famatina y miembros del colectivo Voces de Alerta denunciaron en conferencia de prensa que se intensificaron la violencia en la región y las dádivas asistencialistas por aplacar el disenso. Criticaron el acuerdo federal que acababan de firmar las provincias pro-mineras, y con el libro en mano 15 mitos de la minería trasnacional en Argentina anunciaron que “el embate minero” avanza ahora en el plano informativo.
Desmontando mitos: Svampa, Díaz Moreno, Crabbe y Viale. Foto: ComAmbiental.
“No somos hippies ni loquitos, somos todo el pueblo”. Así se refirieron las asambleístas Carina Díaz Moreno y Marcela Crabbe sobre la movilización en Famatina y Chilecito, La Rioja. A pesar de la suspensión de las tareas de la minera Osisko, contaron que continúa el alerta entre los vecinos.
Por un lado, porque las “listas negras” confeccionadas por la empresa, que señalaban a habitantes como “cabecillas” o “peligrosos”, no tuvieron ninguna sanción. A su vez continúan las presiones en los puestos de trabajo estatales y “el gobierno provincial está entregando electrodomésticos” con el interés de aplacar la oposición a la mega-minería.
Por otro lado, los medios de comunicación locales directamente no difunden las opiniones críticas, sino que por el contrario “taladran con publicidad de los supuestos beneficios de las mineras”, aseguraron las asambleístas. En el ámbito escolar, los manuales nacionales de Educación Ambiental que confirmaban el aspecto contaminante de la mega-minería a cielo abierto «fueron censurados y reemplazados por otros que hizo el Ministerio de Educación provincial, obviamente a favor de la minería», agregaron.
Estrategia comunicacional. La participación de la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, en el programa 678, también trajo cola. El abogado ambientalista Enrique Viale se indignó porque la mandataria se deslindó de la represión en Tinogasta y no mencionó la tensa situación de Andalgalá “que está en estado de sitio de hecho”. Al respecto, anunció que la asociación que preside evalúa hacer una presentación extrajudicial a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Asimismo los oradores dejaron en claro: «no es un invento de Clarín». Desde 2006 Famatina resiste contra la explotación minera a gran escala y similar cantidad de años lleva la resistencia contra la mina Alumbrera en Catamarca denunciada judicialmente por contaminación ambiental.
Hoy «Famatina es una causa nacional», destacó Crabbe y de hecho la exigencia de las asambleas atañen a todo el país: que se derogue la Ley Antiterrorista -aplicada a asambleístas de Santa María, Catamarca, según denunciaron sus abogadas- y que se cree una ley que prohíba la minería metalífera y uranífera a cielo abierto en todo el territorio argentino.
Tampoco se trata de posiciones «fundamentalistas» o emocionales, como se intenta descalificar a las asambleas. «Hay conocimiento local y científico-académico independiente», recalcó la investigadora del CONICET Maristella Svampa. Una muestra de ello está recopilada en el libro 15 mitos de la minería transnacional en Argentina editado por el Colectivo Voces de Alerta que integra.
Temas de fondo. En este contexto, la flamante creación de la organización federal de estados mineros fue considerada como “un complot contra el pueblo”, “una tomada de pelo”, que se suma al doble discurso del gobierno nacional que «pide diálogo y debate serio pero responde con represión».
Las promesas de los gobernadores de más empleos calificados para los locales, mejor distribución de la renta minera y más controles ambientales no cambiaron la desconfianza de los conferencistas fundamentada en el libro. «No nos obnubilan las regalías sino que nos quita el sueño que nos vamos a quedar sin agua», aseguró Crabbe.
«Estamos cansados de que no nos consulten», insistió. En ese sentido, la discusión no se centra en «cianuro sí, cianuro no» como trataron de mostrar los medios convencionales. Svampa recordó que «en América Latina hay más de 120 Famatinas» donde pueblos campesinos, indígenas o asambleas ciudadanas enfrentan el mismo problema: «una crisis ambiental y social» en que «la discusión de fondo es qué modelo de desarrollo y qué tipo de democracia queremos».
Desmontando mitos: Svampa, Díaz Moreno, Crabbe y Viale. Foto: ComAmbiental.
“No somos hippies ni loquitos, somos todo el pueblo”. Así se refirieron las asambleístas Carina Díaz Moreno y Marcela Crabbe sobre la movilización en Famatina y Chilecito, La Rioja. A pesar de la suspensión de las tareas de la minera Osisko, contaron que continúa el alerta entre los vecinos.
Por un lado, porque las “listas negras” confeccionadas por la empresa, que señalaban a habitantes como “cabecillas” o “peligrosos”, no tuvieron ninguna sanción. A su vez continúan las presiones en los puestos de trabajo estatales y “el gobierno provincial está entregando electrodomésticos” con el interés de aplacar la oposición a la mega-minería.
Por otro lado, los medios de comunicación locales directamente no difunden las opiniones críticas, sino que por el contrario “taladran con publicidad de los supuestos beneficios de las mineras”, aseguraron las asambleístas. En el ámbito escolar, los manuales nacionales de Educación Ambiental que confirmaban el aspecto contaminante de la mega-minería a cielo abierto «fueron censurados y reemplazados por otros que hizo el Ministerio de Educación provincial, obviamente a favor de la minería», agregaron.
Estrategia comunicacional. La participación de la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, en el programa 678, también trajo cola. El abogado ambientalista Enrique Viale se indignó porque la mandataria se deslindó de la represión en Tinogasta y no mencionó la tensa situación de Andalgalá “que está en estado de sitio de hecho”. Al respecto, anunció que la asociación que preside evalúa hacer una presentación extrajudicial a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Asimismo los oradores dejaron en claro: «no es un invento de Clarín». Desde 2006 Famatina resiste contra la explotación minera a gran escala y similar cantidad de años lleva la resistencia contra la mina Alumbrera en Catamarca denunciada judicialmente por contaminación ambiental.
Hoy «Famatina es una causa nacional», destacó Crabbe y de hecho la exigencia de las asambleas atañen a todo el país: que se derogue la Ley Antiterrorista -aplicada a asambleístas de Santa María, Catamarca, según denunciaron sus abogadas- y que se cree una ley que prohíba la minería metalífera y uranífera a cielo abierto en todo el territorio argentino.
Tampoco se trata de posiciones «fundamentalistas» o emocionales, como se intenta descalificar a las asambleas. «Hay conocimiento local y científico-académico independiente», recalcó la investigadora del CONICET Maristella Svampa. Una muestra de ello está recopilada en el libro 15 mitos de la minería transnacional en Argentina editado por el Colectivo Voces de Alerta que integra.
Temas de fondo. En este contexto, la flamante creación de la organización federal de estados mineros fue considerada como “un complot contra el pueblo”, “una tomada de pelo”, que se suma al doble discurso del gobierno nacional que «pide diálogo y debate serio pero responde con represión».
Las promesas de los gobernadores de más empleos calificados para los locales, mejor distribución de la renta minera y más controles ambientales no cambiaron la desconfianza de los conferencistas fundamentada en el libro. «No nos obnubilan las regalías sino que nos quita el sueño que nos vamos a quedar sin agua», aseguró Crabbe.
«Estamos cansados de que no nos consulten», insistió. En ese sentido, la discusión no se centra en «cianuro sí, cianuro no» como trataron de mostrar los medios convencionales. Svampa recordó que «en América Latina hay más de 120 Famatinas» donde pueblos campesinos, indígenas o asambleas ciudadanas enfrentan el mismo problema: «una crisis ambiental y social» en que «la discusión de fondo es qué modelo de desarrollo y qué tipo de democracia queremos».