¿Fue desproporcionada la actuación de las fuerzas de Seguridad en su afán de impedir que varios miles de manifestantes se acercaran al Congreso y pudieran expresar su malestar a los diputados a ser posible, cara a cara? Para el PP y el Gobierno, sin la menor duda, la actuación policial merece elogio y felicitación como ha hecho el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el vicesecretario del PP Esteban González Pons y el portavoz de Interior del Grupo Popular, Conrado Escobar. “Fue una actuación prudente y proporcionada y el PP felicita a la policía por impedir un sabotaje al Estado de Derecho que se pretendía contra el Congreso”, proclamó Escobar.
En las antípodas se sitúa el grupo Izquierda Plural (IU, ICV, CHA), así como ERC, que considera desproporcionado el despliegue y la contundencia policial de últimas horas de la noche. Hoy mismo, entrará en el registro de la Cámara la petición de comparecencia del ministro del Interior para interrogarle sobre la actuación de la policía y la aclaración de “algunas dudas” que asaltan a los diputados de IU e ICV. Algunos de ellos se acercaron y se mezclaron con los manifestantes y vivieron situaciones de tensión con la policía. El uso “desproporcionado” de la fuerza fue invocado también por el PSOE con el argumento de que hasta hace muy poco, diez meses, ellos tuvieron que hacer frente a situaciones parecidas con menor violencia. En privado, no obstante, todos los portavoces reconocen que el grito de protesta era contra todos los políticos. En efecto, se coreó la dimisión del Gobierno, pero fue el lema menos aireado. El problema de fondo para la mayoría es el rechazo a la política.
Voy en metro y en autobús, hago cola para ir al médico, mis hijos han ido a colegios públicos …
Joan Coscubiela, ICV
La proporcionalidad del uso de la fuerza por parte de la policía no es el asunto sobre el que el PP y el Gobierno quiera regodearse. “Si la policía no hace de escudo, los palos y las piedras hubieran sido contra la fachada del Congreso de los Diputados”, proclama el dirigente del PP Esteban González Pons. De las declaraciones y conversaciones más informales de los distintos portavoces y diputados se desprende el elemento de preocupación de cada partido político. Así al PP le importa sobre todo la imagen de España que, a través de los medios de comunicación internacionales, muestra un país encendido por las protestas sociales que han llegado hasta las puertas del Parlamento.
En el PSOE no pueden evitar decir en alto las dudas que les suscita las imágenes que todo el mundo vio sobre las cargas policiales, además del despliegue policial tan intenso. “Ha sido una actuación excesiva y desproporcionada si se compara con las actuaciones del pasado”, ha señalado el secretario general del Grupo Socialista, Eduardo Madina.
«Al Gobierno el país se le está yendo de las manos y la contención de la manifestación también se le fue de las manos», remachó. El diputado madrileño Rafael Simancas considera que la Delegación del Gobierno debía haber tenido más cuidado en “controlar a los radicales para no convertir una manifestación pacífica en un problema nacional e internacional”. Algunos matices más introduce el exministro de la Presidencia socialista Ramón Jáuregui para quien “en algunos momentos” la actuación policial “pudo resultar excesiva», pero el orden “hay que mantenerlo”, porque la protesta no puede ser “contra la soberanía popular”.
Los parlamentarios más beligerantes contra la actuación policial y las órdenes del Gobierno de vallar el Congreso pertenecen al Grupo Izquierda Plural y ERC. El coordinador general de IU, Cayo Lara, el portavoz parlamentario, José Luis Centella, los diputados Gaspar Llamazares, Ricardo Sixto y Alberto Garzón, salieron ayer del Congreso para mezclarse con los manifestantes. En un primer momento, hubo abucheos pero después vivieron las mismas situaciones de tensión que muchos de los indignados. Estos parlamentarios quieren hacer un interrogatorio exhaustivo al ministro del Interior para que aclare sus sospechas. Según su propia percepción visual los policías mezclados con la gente, con atuendos muy informales e incluso capuchas, que detuvieron a algunos jóvenes, habrían participado previamente en “acciones de provocación”. “Queremos que nos aclare si la policía también hizo el papel de provocador”, expresa en alto José Luis Centella.
Las propias vivencias de estos diputados de IU las llevarán a la comisión en la que comparezca el ministro. Así Alberto Garzón asegura que “hay una criminalización de la protesta”, de la que culpa al PP y al Gobierno por echar “gasolina a la calle” al comparar la protesta del 25 de septiembre con el 23-F”. Se refieren estos parlamentarios a la comparación en esa línea que hizo el día anterior la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal.
Si algo les revuelve a los diputados de la izquierda, como se puede apreciar en la mayoría de ellos, es que se les englobe en una supuesta “clase política”. Se aleja de ese concepto Joan Coscubiela, portavoz de ICV, Francisco Jorquera del BNG y los parlamentarios de IU. Sostienen que su modo de vida, antes, durante y después de ser diputados, es similar al que puedan llevar los manifestantes- “Voy en metro y en autobús, hago cola para ir al médico, mis hijos han ido a colegios públicos …, enumera y no para el responsable de ICV. “Las dificultades de movilidad las tuvimos por el aparato policial no por los manifestantes”, apostilla Alberto Garzón.
Esta apreciación aconseja matices toda vez que los medios de comunicación apreciaron durante toda la tarde que los congregados denostaban sin excepción a todos los políticos. “Ahí está la Cueva de Alí Babá “, clamaban, además de corear un sonoro “ladrones, ladrones”, en general, sin distinción. El objetivo de la marcha era “rodear el Congreso”, pedir su disolución y comenzar un período constituyente.
En las antípodas se sitúa el grupo Izquierda Plural (IU, ICV, CHA), así como ERC, que considera desproporcionado el despliegue y la contundencia policial de últimas horas de la noche. Hoy mismo, entrará en el registro de la Cámara la petición de comparecencia del ministro del Interior para interrogarle sobre la actuación de la policía y la aclaración de “algunas dudas” que asaltan a los diputados de IU e ICV. Algunos de ellos se acercaron y se mezclaron con los manifestantes y vivieron situaciones de tensión con la policía. El uso “desproporcionado” de la fuerza fue invocado también por el PSOE con el argumento de que hasta hace muy poco, diez meses, ellos tuvieron que hacer frente a situaciones parecidas con menor violencia. En privado, no obstante, todos los portavoces reconocen que el grito de protesta era contra todos los políticos. En efecto, se coreó la dimisión del Gobierno, pero fue el lema menos aireado. El problema de fondo para la mayoría es el rechazo a la política.
Voy en metro y en autobús, hago cola para ir al médico, mis hijos han ido a colegios públicos …
Joan Coscubiela, ICV
La proporcionalidad del uso de la fuerza por parte de la policía no es el asunto sobre el que el PP y el Gobierno quiera regodearse. “Si la policía no hace de escudo, los palos y las piedras hubieran sido contra la fachada del Congreso de los Diputados”, proclama el dirigente del PP Esteban González Pons. De las declaraciones y conversaciones más informales de los distintos portavoces y diputados se desprende el elemento de preocupación de cada partido político. Así al PP le importa sobre todo la imagen de España que, a través de los medios de comunicación internacionales, muestra un país encendido por las protestas sociales que han llegado hasta las puertas del Parlamento.
En el PSOE no pueden evitar decir en alto las dudas que les suscita las imágenes que todo el mundo vio sobre las cargas policiales, además del despliegue policial tan intenso. “Ha sido una actuación excesiva y desproporcionada si se compara con las actuaciones del pasado”, ha señalado el secretario general del Grupo Socialista, Eduardo Madina.
«Al Gobierno el país se le está yendo de las manos y la contención de la manifestación también se le fue de las manos», remachó. El diputado madrileño Rafael Simancas considera que la Delegación del Gobierno debía haber tenido más cuidado en “controlar a los radicales para no convertir una manifestación pacífica en un problema nacional e internacional”. Algunos matices más introduce el exministro de la Presidencia socialista Ramón Jáuregui para quien “en algunos momentos” la actuación policial “pudo resultar excesiva», pero el orden “hay que mantenerlo”, porque la protesta no puede ser “contra la soberanía popular”.
Los parlamentarios más beligerantes contra la actuación policial y las órdenes del Gobierno de vallar el Congreso pertenecen al Grupo Izquierda Plural y ERC. El coordinador general de IU, Cayo Lara, el portavoz parlamentario, José Luis Centella, los diputados Gaspar Llamazares, Ricardo Sixto y Alberto Garzón, salieron ayer del Congreso para mezclarse con los manifestantes. En un primer momento, hubo abucheos pero después vivieron las mismas situaciones de tensión que muchos de los indignados. Estos parlamentarios quieren hacer un interrogatorio exhaustivo al ministro del Interior para que aclare sus sospechas. Según su propia percepción visual los policías mezclados con la gente, con atuendos muy informales e incluso capuchas, que detuvieron a algunos jóvenes, habrían participado previamente en “acciones de provocación”. “Queremos que nos aclare si la policía también hizo el papel de provocador”, expresa en alto José Luis Centella.
Las propias vivencias de estos diputados de IU las llevarán a la comisión en la que comparezca el ministro. Así Alberto Garzón asegura que “hay una criminalización de la protesta”, de la que culpa al PP y al Gobierno por echar “gasolina a la calle” al comparar la protesta del 25 de septiembre con el 23-F”. Se refieren estos parlamentarios a la comparación en esa línea que hizo el día anterior la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal.
Si algo les revuelve a los diputados de la izquierda, como se puede apreciar en la mayoría de ellos, es que se les englobe en una supuesta “clase política”. Se aleja de ese concepto Joan Coscubiela, portavoz de ICV, Francisco Jorquera del BNG y los parlamentarios de IU. Sostienen que su modo de vida, antes, durante y después de ser diputados, es similar al que puedan llevar los manifestantes- “Voy en metro y en autobús, hago cola para ir al médico, mis hijos han ido a colegios públicos …, enumera y no para el responsable de ICV. “Las dificultades de movilidad las tuvimos por el aparato policial no por los manifestantes”, apostilla Alberto Garzón.
Esta apreciación aconseja matices toda vez que los medios de comunicación apreciaron durante toda la tarde que los congregados denostaban sin excepción a todos los políticos. “Ahí está la Cueva de Alí Babá “, clamaban, además de corear un sonoro “ladrones, ladrones”, en general, sin distinción. El objetivo de la marcha era “rodear el Congreso”, pedir su disolución y comenzar un período constituyente.