Las ventas robustas de inmuebles, autos y motos, versus un consumo masivo que no logra repuntar, es la cara visible de una brecha que se está profundizando entre los sectores socioeconómicos.
«Actualmente, las diferencias son más grandes que hace dos años, dado que cada tipo de hogar gasta y prioriza de forma distinta, explica Carolina Nuñez, gerente de Nuevos Negocios de Kantar Worldpanel.
Al analizar el gasto, por cada $100 -que es el gasto medio por persona en la canasta de consumo masivo-, el nivel bajo gasta $71 y el alto $134, es decir que gasta el doble por persona, detectó un informe de la consultora.
Las diferencias se acentúan cuando se analiza la edad de los hijos. Sólo el 12% de las familias del estrato alto y medio alto tienen al menos un hijo de hasta seis años, mientras que en el otro extremo el número se triplica llegando al 37%.
La dinámica familiar también es distinta y se encuentran más amas de casa que trabajan en la cima (60%) que en la base que es el 40%.
“Con una composición familiar muy distinta, es esperable que a medida que bajamos en la pirámide social las familias sean más numerosas: el 60% de los hogares de nivel bajo inferior son de 4 o más personas y representan 1,3 millones de familias”, según Nuñez.
La analista de Kantar indicó, por otro lado que entre los mas pobres de la pirámide social «del 100 % de su gasto, casi la mitad se queda en productos de la canasta básica y otro 30% se destina a hogar y transporte».
«Frente a nuevas subas de tarifas es esperable que aumente la presión sobre lo que gastan en la canasta y como fue el nivel más afectado en términos de volumen, es muy probable que el ajuste ahora venga más por precio», explicó.
Si se compara con dos años atrás, la diferencia entre los extremos era más chica pero el alto creció mucho más y eso amplió la distancia. Así, no sólo las distancias entre los extremos se agrandaron, sino que al haber evolucionado de manera dispar dentro de la pirámide, las diferencias son mayores entre lo que gasta cada nivel respecto al que le sigue.
El estudio señala que la diferencia de poder de compra entre las clases altas y medias y el estrato medio superior era del 8% en 2015 y se amplió al 16% en 2017.
En tanto, las diferencias entre las dos clase sociales más altas y la baja superior pasó del 20 al 26% en el mismo período, y del 23 al 29%, contra la clase baja inferior.
Los bajos niveles de consumo que experimentan los supermercados y también los negocios de proximidad es motivo de preocupación del Gobierno.
Por eso, el secretario de Comercio, Miguel Braun, decidió convocar a las consultoras privadas que monitorean las ventas del consumo masivo, entre ellas, Nielsen, la Consultora W, Kantar Worldpanel, Scentia y GFK. La idea es analizar, junto con los números oficiales también los datos que relevan las consultoras privadas.
«Actualmente, las diferencias son más grandes que hace dos años, dado que cada tipo de hogar gasta y prioriza de forma distinta, explica Carolina Nuñez, gerente de Nuevos Negocios de Kantar Worldpanel.
Al analizar el gasto, por cada $100 -que es el gasto medio por persona en la canasta de consumo masivo-, el nivel bajo gasta $71 y el alto $134, es decir que gasta el doble por persona, detectó un informe de la consultora.
Las diferencias se acentúan cuando se analiza la edad de los hijos. Sólo el 12% de las familias del estrato alto y medio alto tienen al menos un hijo de hasta seis años, mientras que en el otro extremo el número se triplica llegando al 37%.
La dinámica familiar también es distinta y se encuentran más amas de casa que trabajan en la cima (60%) que en la base que es el 40%.
“Con una composición familiar muy distinta, es esperable que a medida que bajamos en la pirámide social las familias sean más numerosas: el 60% de los hogares de nivel bajo inferior son de 4 o más personas y representan 1,3 millones de familias”, según Nuñez.
La analista de Kantar indicó, por otro lado que entre los mas pobres de la pirámide social «del 100 % de su gasto, casi la mitad se queda en productos de la canasta básica y otro 30% se destina a hogar y transporte».
«Frente a nuevas subas de tarifas es esperable que aumente la presión sobre lo que gastan en la canasta y como fue el nivel más afectado en términos de volumen, es muy probable que el ajuste ahora venga más por precio», explicó.
Si se compara con dos años atrás, la diferencia entre los extremos era más chica pero el alto creció mucho más y eso amplió la distancia. Así, no sólo las distancias entre los extremos se agrandaron, sino que al haber evolucionado de manera dispar dentro de la pirámide, las diferencias son mayores entre lo que gasta cada nivel respecto al que le sigue.
El estudio señala que la diferencia de poder de compra entre las clases altas y medias y el estrato medio superior era del 8% en 2015 y se amplió al 16% en 2017.
En tanto, las diferencias entre las dos clase sociales más altas y la baja superior pasó del 20 al 26% en el mismo período, y del 23 al 29%, contra la clase baja inferior.
Los bajos niveles de consumo que experimentan los supermercados y también los negocios de proximidad es motivo de preocupación del Gobierno.
Por eso, el secretario de Comercio, Miguel Braun, decidió convocar a las consultoras privadas que monitorean las ventas del consumo masivo, entre ellas, Nielsen, la Consultora W, Kantar Worldpanel, Scentia y GFK. La idea es analizar, junto con los números oficiales también los datos que relevan las consultoras privadas.