Buenos Aires sigue en primer lugar, Capital en el tercero y Santa Fe en el cuarto. Aunque la provincia mediterránea quedó segunda, tiene menos diputados nacionales que las otras tres
VICTORIA URDINEZ Buenos Aires
En medio de un año donde se renueva la mitad de la Cámara baja 130 diputados, los datos del nuevo padrón electoral on line desde el viernes agudizan las distorsiones en la representación política de la Argentina, transformando la igualdad del voto en una mera ilusión óptica. El distrito bonaerense cuenta con 10.698.384 ciudadanos habilitados para sufragar en las primarias de agosto y las nacionales de octubre y Córdoba por primera vez pasó a ser el segundo distrito en cantidad de ciudadanos habilitados para votar, con 2.499.708 electores, pero mantiene sus 18 diputados, siete menos que la Ciudad de Buenos Aires que quedó relegada al tercer lugar con un total de 2.467.073 electores y conserva sus 25 diputados nacionales. En tanto Santa Fe, que es el cuarto distrito 2.442.569 electores tiene 19 diputados.
En realidad debería existir una cantidad adecuada de representantes conforme a la población de cada distrito, algo que para nada sucede. En este orden, hoy un diputado nacional por la provincia de Buenos Aires representa a 222.778 habitantes según los datos del último Censo 2010, esto es, 197.540 más que en Tierra del Fuego, donde la relación es, en cambio, de un diputado por cada 25.238 personas.
En Córdoba es un diputado cada 183.601 personas; en Santa Fe uno cada 168.460.
Como esos distritos hay otros que son perjudicados por la actual distribución de diputados. En Mendoza que es el quinto distrito electoral del país con 1.230.463 votantes, la relación es un diputado cada 174.161 habitantes y en Tucumán un diputado representa a 160.911 personas. En tanto la Ciudad de Buenos Aires que es el tercer distrito electoral del país en términos de representación poblacional hay un diputado por 115.643 porteños y se ubica en la mitad de la tabla a nivel país.
En el otro extremo, en cambio, hay provincias beneficiadas con el reparto como Santa Cruz (uno cada 54.505 habitantes), La Pampa (uno cada 63.390), La Rioja (uno cada 66.369), Catamarca (73.560).
La Constitución Nacional establece una relación entre cantidad de representantes y representados donde el número de diputados de cada distrito se determina según su población. Según el Artículo 45: El número de representantes será de uno por cada 33.000 habitantes o fracción que no baje de 16.500. Después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar pero no disminuir la base expresada para cada diputado.
Además, según la Ley 22.847, el número de diputados por provincia no puede ser menor a 5 para asegurar una mayor representación a las provincias menos pobladas, que de otra manera quedarían reducidos a uno o a dos. Con esas reglas electorales venimos eligiendo la Cámara de Diputados desde 1983, sin adecuarla a los criterios que la Constitución indica.
Si se toman por ejemplo los datos del Censo 2010 y se respeta la proporcionalidad tal como indica la Constitución Nacional sin tener en cuenta el piso de 5 diputados y manteniendo la cantidad total de 257 diputados la provincia de Buenos Aires ganaría 30 diputados nacionales hasta llegar a 100, mientras que la Capital Federal, por caso, pasaría de las actuales 25 bancas a 19. Y Tierra del Fuego quedaría en cambio con solo un diputado representándola.
Especialistas y legisladores consultados marcaron las distorsiones en la representación actual y la necesidad de una reforma en ese sentido, aunque apuntaron que no será tarea fácil establecer los criterios.
El padrón de este año cuenta con 28.685.832 ciudadanos habilitados; 14.696.702 mujeres y 13.989.130 hombres, que votarán por primera vez en mesas mixtas.
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VICTORIA URDINEZ Buenos Aires
En medio de un año donde se renueva la mitad de la Cámara baja 130 diputados, los datos del nuevo padrón electoral on line desde el viernes agudizan las distorsiones en la representación política de la Argentina, transformando la igualdad del voto en una mera ilusión óptica. El distrito bonaerense cuenta con 10.698.384 ciudadanos habilitados para sufragar en las primarias de agosto y las nacionales de octubre y Córdoba por primera vez pasó a ser el segundo distrito en cantidad de ciudadanos habilitados para votar, con 2.499.708 electores, pero mantiene sus 18 diputados, siete menos que la Ciudad de Buenos Aires que quedó relegada al tercer lugar con un total de 2.467.073 electores y conserva sus 25 diputados nacionales. En tanto Santa Fe, que es el cuarto distrito 2.442.569 electores tiene 19 diputados.
En realidad debería existir una cantidad adecuada de representantes conforme a la población de cada distrito, algo que para nada sucede. En este orden, hoy un diputado nacional por la provincia de Buenos Aires representa a 222.778 habitantes según los datos del último Censo 2010, esto es, 197.540 más que en Tierra del Fuego, donde la relación es, en cambio, de un diputado por cada 25.238 personas.
En Córdoba es un diputado cada 183.601 personas; en Santa Fe uno cada 168.460.
Como esos distritos hay otros que son perjudicados por la actual distribución de diputados. En Mendoza que es el quinto distrito electoral del país con 1.230.463 votantes, la relación es un diputado cada 174.161 habitantes y en Tucumán un diputado representa a 160.911 personas. En tanto la Ciudad de Buenos Aires que es el tercer distrito electoral del país en términos de representación poblacional hay un diputado por 115.643 porteños y se ubica en la mitad de la tabla a nivel país.
En el otro extremo, en cambio, hay provincias beneficiadas con el reparto como Santa Cruz (uno cada 54.505 habitantes), La Pampa (uno cada 63.390), La Rioja (uno cada 66.369), Catamarca (73.560).
La Constitución Nacional establece una relación entre cantidad de representantes y representados donde el número de diputados de cada distrito se determina según su población. Según el Artículo 45: El número de representantes será de uno por cada 33.000 habitantes o fracción que no baje de 16.500. Después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar pero no disminuir la base expresada para cada diputado.
Además, según la Ley 22.847, el número de diputados por provincia no puede ser menor a 5 para asegurar una mayor representación a las provincias menos pobladas, que de otra manera quedarían reducidos a uno o a dos. Con esas reglas electorales venimos eligiendo la Cámara de Diputados desde 1983, sin adecuarla a los criterios que la Constitución indica.
Si se toman por ejemplo los datos del Censo 2010 y se respeta la proporcionalidad tal como indica la Constitución Nacional sin tener en cuenta el piso de 5 diputados y manteniendo la cantidad total de 257 diputados la provincia de Buenos Aires ganaría 30 diputados nacionales hasta llegar a 100, mientras que la Capital Federal, por caso, pasaría de las actuales 25 bancas a 19. Y Tierra del Fuego quedaría en cambio con solo un diputado representándola.
Especialistas y legisladores consultados marcaron las distorsiones en la representación actual y la necesidad de una reforma en ese sentido, aunque apuntaron que no será tarea fácil establecer los criterios.
El padrón de este año cuenta con 28.685.832 ciudadanos habilitados; 14.696.702 mujeres y 13.989.130 hombres, que votarán por primera vez en mesas mixtas.
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