Las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) cerraron septiembre con una caída de u$s 1531 millones y acumularon así dos meses seguidos de bajas importantes. El movimiento se explica por el aumento explosivo de los préstamos en dólares que reducen los depósitos que los bancos ponen en manos de la entidad que conduce Federico Sturzenegger, además de una serie de vencimientos de deuda a fines del mes pasado. El pasaje de un tipo de cambio administrado a otro flexible hace que ni analistas ni el propio banquero central le den importancia al nivel de reservas, pero el indicador que fue seguido tan de cerca en los últimos años atrae las miradas los cambistas.
Las reservas perforaron la barrera psicológica de los u$s 30.000 millones el viernes pasado, cuando retrocedieron u$s 119 millones y cayeron a u$s 29.901 millones. Es el nivel más bajo de las tenencias de la autoridad monetaria desde que en abril se concretó la emisión de deuda para pagar el juicio por la deuda en default.
Analistas consultados por este diario explicaron que la adopción de un tipo de cambio flotante tras la salida del cepo redujo la relevancia de contar grandes montos en reservas, ya que el BCRA no tiene entre sus objetivos defender este precio del dólar. De hecho, el sentido del nuevo régimen cambiario es precisamente el contrario: que ante un shock sea el precio de la divisa el que se ajuste y no el stock de reservas de la entidad.
«Yo creo que no debería preocuparse ya que le tipo de cambio flexible lo ayuda a amortiguar los shocks exógenos y no es como antes donde intervenía constantemente en el mercado cambiario», dijo Gabriel Zelpo, analista de Elypsis.
«Con este superávit que muestra la cuenta financiera, no me preocupa la caída de reservas, pero a mi me gustaría tener más de las que tenemos», coincidió con matices Martín Polo de Analytica. «En un contexto en el que estás con un déficit en cuenta corriente creciente y con la formación de activos externos elevadas, si el mundo se empioja estas muy expuesto y no sería bueno darle mucha volatilidad al tipo de cambio nominal. Hasta ahora el BCRA no enfrentó un escenario negativo, salvo el Brexit que duró muy poco», añadió.
Entre las causas de la caída de reservas se destaca el crecimiento de los préstamos en dólares. El BCRA computa como parte de sus reservas a los depósitos en dólares de bancos públicos y privados que no fueron prestados. Este año Sturzenegger redujo los encajes obligatorios de esos depósitos, para abaratar el crédito en moneda extranjera, y a su vez autorizó a prestar en divisas a más empresas (en lugar de autorizar préstamos sólo a exportadores, ahora también se le puede prestar a sus proveedores). El resultado fue una suba interanual del crédito en moneda extranjera del 95% y una reducción de los dólares bancarios que el BCRA puede anotar en sus arcas.
En agosto, las salidas de reservas por «efectivo mínimo» (dólares en manos de bancos que se prestaron) fue de u$s 1254 millones. Las reservas perdieron u$s 1362 millones ese mes. En septiembre, pagos a organismos internacionales y vencimientos de deuda del Tesoro tuvieron un rol más relevante. Restaron u$s 278 millones y
u$s 288 millones, respectivamente, con datos actualizados hasta el 28 del mes. Movimientos de efectivo mínimo restaron u$s 171 millones más. Vencimientos de deuda de cierre del mes explicarían el resto.
Las reservas perforaron la barrera psicológica de los u$s 30.000 millones el viernes pasado, cuando retrocedieron u$s 119 millones y cayeron a u$s 29.901 millones. Es el nivel más bajo de las tenencias de la autoridad monetaria desde que en abril se concretó la emisión de deuda para pagar el juicio por la deuda en default.
Analistas consultados por este diario explicaron que la adopción de un tipo de cambio flotante tras la salida del cepo redujo la relevancia de contar grandes montos en reservas, ya que el BCRA no tiene entre sus objetivos defender este precio del dólar. De hecho, el sentido del nuevo régimen cambiario es precisamente el contrario: que ante un shock sea el precio de la divisa el que se ajuste y no el stock de reservas de la entidad.
«Yo creo que no debería preocuparse ya que le tipo de cambio flexible lo ayuda a amortiguar los shocks exógenos y no es como antes donde intervenía constantemente en el mercado cambiario», dijo Gabriel Zelpo, analista de Elypsis.
«Con este superávit que muestra la cuenta financiera, no me preocupa la caída de reservas, pero a mi me gustaría tener más de las que tenemos», coincidió con matices Martín Polo de Analytica. «En un contexto en el que estás con un déficit en cuenta corriente creciente y con la formación de activos externos elevadas, si el mundo se empioja estas muy expuesto y no sería bueno darle mucha volatilidad al tipo de cambio nominal. Hasta ahora el BCRA no enfrentó un escenario negativo, salvo el Brexit que duró muy poco», añadió.
Entre las causas de la caída de reservas se destaca el crecimiento de los préstamos en dólares. El BCRA computa como parte de sus reservas a los depósitos en dólares de bancos públicos y privados que no fueron prestados. Este año Sturzenegger redujo los encajes obligatorios de esos depósitos, para abaratar el crédito en moneda extranjera, y a su vez autorizó a prestar en divisas a más empresas (en lugar de autorizar préstamos sólo a exportadores, ahora también se le puede prestar a sus proveedores). El resultado fue una suba interanual del crédito en moneda extranjera del 95% y una reducción de los dólares bancarios que el BCRA puede anotar en sus arcas.
En agosto, las salidas de reservas por «efectivo mínimo» (dólares en manos de bancos que se prestaron) fue de u$s 1254 millones. Las reservas perdieron u$s 1362 millones ese mes. En septiembre, pagos a organismos internacionales y vencimientos de deuda del Tesoro tuvieron un rol más relevante. Restaron u$s 278 millones y
u$s 288 millones, respectivamente, con datos actualizados hasta el 28 del mes. Movimientos de efectivo mínimo restaron u$s 171 millones más. Vencimientos de deuda de cierre del mes explicarían el resto.