Cristina: «Los poderes corporativos suplantaron a los golpes de Estado»

Yo creo que es una deuda de la democracia. En mi vida vi una ley tan discutida, debatida en todos los ámbitos, con altos grados de participación a nivel federal y anotada como esta», dijo la presidenta Cristina Fernández sobre la todavía pendiente plena aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En diálogo con el periodista Hernán Brienza, columnista de Tiempo Argentino, durante la segunda parte del programa Desde otro lugar, la presidenta también pronosticó que la Asamblea General de la ONU de la que participará mañana en Nueva York «será una Cumbre entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra» (ver pág. 4).
Las dilaciones judiciales que frenaron la aplicación total de la Ley de Medios a partir de un reclamo del Grupo Clarín, el proceso de democratización de la justicia y las derivaciones de esa deuda en la lucha contra el delito fueron algunos de los ejes centrales de la segunda emisión del ciclo televisivo. «Nunca vi una cosa así. Conozco privatizaciones que hicieron per saltum y fueron a la Corte y nunca fueron objetadas», aseguró la mandataria en referencia a la imposibilidad de aplicar en forma plena la Ley de Medios por el derrotero judicial que recorre la norma desde su sanción. Además, resaltó la importancia de que sustituya una ley de la dictadura, aseguró que es «mucho más laxa» que otras normativas sobre comunicación y citó el caso norteamericano, mucho más restrictivo en lo relativo a la propiedad de los medios de comunicación. Después, hizo un paralelismo entre la dilación de la norma y la historia personal: «El otro día conversaba con Florencia –en referencia a su hija menor–, que hace poco cumplió 23 años y ella me recordaba que en el momento de la aprobación tenía 19.»
En ese contexto, volvió a sostener la necesidad de democratizar la justicia: «No es una cuestión para politólogos. Atraviesa transversalmente a toda la sociedad, afecta al hombre común.» Y cuestionó a los jueces que liberan delincuentes: «Con perdón de mis colegas garantistas. No va a haber mejor seguridad si no hay mejor justicia. Me lo dice (Sergio) Berni, el secretario de Seguridad: entran por una puerta y salen por la otra.» También recordó que la Rural hace uso de un predio de Palermo a pesar de los fallos judiciales, gracias a las cautelares que la justicia le concede e intentó ejemplificar el caso con un caso cotidiano: «¿Cómo se siente un ciudadano que es desalojado porque no pudo pagar el alquiler?», se preguntó.
La presidenta fue tajante al referirse al impacto que eso tiene en la sociedad y en la política actual: «Los poderes corporativos suplantaron lo que durante mucho tiempo fueron los golpes de Estado.»
La presidenta afirmó que su viaje a Nueva York para participar en la 68º Asamblea General de las Naciones Unidas se da «entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra», en alusión a la controversia que la Argentina enfrenta por el reclamo de los bonistas de la deuda externa, y por la cuestión Siria que seguramente será abordada en el organismo multilateral.
Durante la entrevista, defendió la decisión de reabrir el canje de la deuda y expresó que espera que «haya cordura» para que la Argentina pueda pagar a los bonistas. «No vamos a permitir que no nos dejen pagar», aseguró.
«¿Pensó que iba a llegar hasta acá?», le preguntó Brienza, y la mandataria respondió con una larga explicación en la que resaltó el valor de lo colectivo y del proyecto nacional por sobre las actitudes y aptitudes personales. «Yo no llegué sola. No se llega solo, o no por lo menos en el proyecto político que uno tiene. Uno llega acompañado de compañeros y en una circunstancia histórica. Llegué empujada por la historia, y por mi propia voluntad», analizó. Para justificar esa idea, contó que en 1997 renunció a la banca de senadora –puesto que tenía prestigio político y social– para ser candidata a diputada por su provincia porque el partido lo necesitaba. «Siempre he respondido a las necesidades del proyecto, voy atrás, voy adelante o no voy», afirmó.
Después de varias referencias históricas, la presidenta consideró que a los personajes históricos hay que evaluarlos en su contexto, pero contó que Belgrano es su prócer favorito: «Lo amo. Hubiera tratado de seducirlo. Era muy mujeriego, me tengo una fe bárbara. Era desobediente por naturaleza. Sin él, San Martín no hubiera cruzado los Andes.»
El último tramo de la entrevista cobró un tono personal e intimista. Brienza le preguntó cómo hacía para desconectarse y la mandataria respondió que su trabajo consiste en «ser presidenta los 365 días del año», pero que logra desconectarse cuando charla con su hija y cuando hace jardinería. «Mao decía que una persona que piensa mucho tiene que trabajar la tierra», citó.
Al ser consultada sobre las similitudes y diferencias con su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, la mandataria prefirió dejarle la definición «a la historia», pero aprovechó para recordar su personalidad. «En El Calafate, cuando estábamos en el sillón mirando tele, yo lo miraba y me daba cuenta de que estaba pensando en otra cosa.» También contó que un amigo de Néstor suele decir que él vivió 180 años y no 60. «Es así. A veces pienso que el cuerpo no pudo aguantar esa cabeza que funcionaba todo el tiempo», dijo.
Volvió a recordar a su marido cuando dijo que él al principio no creía que ser mujer dificultaría el rol de la presidencia. «Me lo terminó aceptando», confesó. «Me han dicho yegua, puta, pero no fueron las únicas cosas que me han dicho», aseguró. Y recordó que cuando era diputada provincial mientras cursaba su segundo embarazo, en Santa Cruz, «circulaba el rumor de que la nena no era de Néstor».
Dedicó varios minutos a hablar de su hija Florencia, que hace pocos días presentó una película en el festival de cine de Unasur. Después, contó que en 2008 –durante el conflicto con el campo–, su hija se quedó libre en el colegio porque no quería ir. «Cuando se habla de los hijos del poder, me da rabia porque han sufrido mucho», sostuvo (ver aparte).
La presidenta, en una larga y enérgica defensa de sus hijos, aseguró que los dos hacen política a su manera. «Son de muy bajo perfil a pesar de que son chicos con mucha actividad. Máximo es dirigente de una agrupación juvenil, hace política más partidaria, y ella hace cine, estudió en el exterior, se preparó.» «Con una cámara y un micrófono también se hace política. La mía es una visión un tanto vieja de la política, debo reconocerlo. Florencia también hace política, tal vez sin darse cuenta», reflexionó. «
Varios fueron los temas tratados en la primera parte de la entrevista, de media hora, que fue emitida el sábado de la semana pasada por la televisión pública.
En esa oportunidad, la mandataria se refirió a la reciente cumbre del G-20 realizada en Rusia, la historia de la deuda externa, el kirchnerismo como movimiento político, las influencias del peronismo y el significado del regreso de Juan Domingo Perón después de 18 años de exilio.
Consultado sobre el reportaje, Brienza aseguró: «Hice las preguntas que a mí me surgieron hacer con la mayor honestidad. Mi preocupación es sobre el proyecto nacional, sobre el peronismo, sobre qué es el kirchnerismo.»
Durante el diálogo, el periodista se refirió a los 10 años desde que Néstor Kirchner asumió la presidencia y preguntó: «¿Qué es el kirchnerismo?» La presidenta contestó: «Me resisto a decir que van diez años de kirchnerismo, van diez años de gobierno.» Inmediatamente, relató una anécdota en la Universidad de Berkeley con el historiador argentino Tulio Halperín Donghi. «¿Qué es el kirchnerismo? Es como querer explicar qué es el peronismo. Para explicar qué es el peronismo no alcanza con una conferencia en Berkeley, no sé si me alcanza un seminario de tres meses», sostuvo.
Consultada sobre la masacre del 20 de junio de 1973 en las inmediaciones del aeropuerto de Ezeiza, la mandataria lo consideró como «una frustración para todos los argentinos». Después, contó cómo fue su experiencia ese día: «Llegué a Ezeiza. Estaba para el lado del bosque. Cuando empezaron los tiros, empecé a correr. Fue una experiencia muy heavy», resumió.
En uno de los tramos más íntimos de la charla, Cristina Fernández se refirió a sus hijos y a lo que les tocó afrontar. Sostuvo que nunca fueron «hijos del poder» y que, en cambio, «han sufrido mucho durante todos estos años». La presidenta relató que «Florencia sufrió mucho en 2008. Ella no quedó libre no porque no estudiaba, como publicó algún medio, sino porque no quería ir al colegio por las cosas que le decían». También agregó que «Florencia no tuvo nunca un ‘Mini Cooper’ porque no sabe manejar.»
Desde su cuenta en la red social Twitter, y minutos antes de partir a Nueva York donde participará de la Asamblea anual de Naciones Unidas, la presidenta Cristina Fernández se refirió a la atención que los diarios La Nación y Clarín pusieron en las calzas que usó durante la inauguración del Centro Recreativo Nacional de Ezeiza, el viernes pasado. «¿Tanto lío por unas calzas? Para nada, el objetivo era otro, claramente, había que hablar de las calzas, no de la formidable reconstrucción de un ícono del Peronismo: el Centro de Recreación en los bosques de Ezeiza», sostuvo la mandataria.
Y agregó: «Otra vez Nación y Clarín, más impresentables que nunca. Ahora las calzas de CFK. Antes que me ponía ropa de marca. Ahora calzas y el protocolo», se quejó y, en un comentario dirigido a sus seguidores en la red social, criticó la forma en la que esos medios informan: «Como verás, al desánimo, la mentira y el ocultamiento, le agregaron la pavada, por no decir otra cosa.» «Calzas y risas. No está nada mal. Vade retro estupidez», reflexionó.
En la misma serie de tweets se refirió a la reciente visita del vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, al Vaticano, donde se entrevistó con el Papa Francisco y le entregó un cuadro realizado por el artista Horacio Sánchez Fantino, una réplica de la obra que la semana pasada se instaló en la nueva sede de la Secretaría de Cultura en la Villa Zavaleta (ver página 33).
Después, resaltó la entrevista que dio el Papa la semana pasada y destacó que haya negado ser de derecha. «Impresionantes declaraciones papales: ‘JAMAS fui de derecha’. Alguno se desmayó… ‘Mi forma autoritaria de tomar decisiones me llevo a ser acusado de ultraconservador’… la racionalidad y el realismo de quien todo el tiempo dirige y decide».
En ese sentido, la mandataria también celebró los dichos del Sumo Pontífice respecto al rol que la mujer debe cumplir en la Iglesia. «Impresionante. Soplan nuevos vientos de cambio… los que nunca cambian son los mismos impresentables de siempre.»
Las últimas declaraciones públicas del Papa Francisco significaron un giro en posiciones históricas del Vaticano en temas tabú como el del aborto y la homosexualidad.
Tras varias alusiones históricas, CFK confesó que su prócer favorito

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