Cristina volvió y embistió duro contra las petroleras

Tras veinte días de licencia por la operación de tiroides, y luego de casi un mes de invisibilidad, Cristina Kirchner reapareció ayer con un acto en la Casa de Gobierno. En medio de una gran expectativa, y sin ocultar la cicatriz dejada en el cuello por la intervención quirúrgica, Cristina encaró su primer discurso del año, en el que cuestionó duramente a las principales empresas petroleras , por falta de inversiones y por supuestamente cobrar sobreprecios en los combustibles, según denunció el Gobierno días atrás durante su ausencia.
“Se acabaron las avivadas ”, advirtió Cristina desde el atril del Salón de las Mujeres, donde al ingresar fue recibida con una ovación y un prolongado aplauso. Según la Presidenta, revisar estas “distorsiones” es la “sintonía fina” que propuso para su segundo mandato , y cuestionó que “algunos quieren identificarla con ajuste”.
En una muestra de la preocupación por la salida de divisas, se quejó de que en 2011 se tuvieron que importar US$ 9.326 millones en combustibles, un 110% más que en 2010. “La producción no aumentó 110%, lo que ha caído y mucho es la producción”, razonó.
La Presidenta ironizó que “el subsuelo es de los argentinos, no podemos volver a las épocas del Virreinato” e instó a las petroleras a “reinvertir en el país” y tener los combustibles con “costo argentino y no internacional”. En lo que pareció ser una alusión a la Ley de Abastecimiento, afirmó que “voy a usar todos los instrumentos que la Constitución y las leyes le permiten usar a los gobernantes para defender los intereses de los 40 millones de argentinos”.
Cristina amplificó así en su regreso la pelea con las petroleras, luego de que el Gobierno recogiera la denuncia de una cámara de transporte de que se les cobra un precio mayor por el gasoil a granel que el que manejan en el mercado minorista local. Ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, el Gobierno acusó a las petroleras Repsol-YPF (hispano-argentina), Esso (estadounidense), Shell (anglo-holandesa) Petrobras (brasileña) y Oil Combustibles (argentina) de ejercer un presunto “abuso de posición dominante y cartelización en el mercado de combustibles”.
La Presidenta aludió apenas al paso al camionero Hugo Moyano, cuando sin mencionarlo ironizó que “desde los sectores del trabajo no se dijera nada” de estos precios a los transportistas.
Cristina se mostró de muy buen ánimo, con el mismo luto, verborrágica y batalladora como siempre, y sin ahorrar en sarcasmos y críticas propias de su estilo.
“Miraba el allanaminto a Fitch en Italia, una de las 4 consultoras más importantes…”, dijo y buscó con la vista: “¿Dónde está (el secretario de Comercio, Guillermo) Moreno? ¡Un príncipe usted al lado de los italianos!”.
Habló largamente sobre el cruce con Londres por Malvinas, y rechazó como del “reino del revés” la acusación de “colonialista” a la Argentina (ver La Presidenta…
). Y aunque sin nombrar el conflicto por la explotación minera en Famatina, traspoló que no había escuchado “a ninguna ONG ni ambientalistas” quejarse por la “depredación” de recursos naturales en el Atlántico Sur.
Sobre su operación, reveló que lloró cuando el cirujano Pedro Saco le llevó el estudio que señalaba que no tenía cáncer (ver página 5 ). Tras señalarse la cicatriz, dijo que “no es muy estético” y había pensando en cubrirse pero interpretó: “Si me pongo un pañuelo mañana Clarín decía ‘ésta no se operó’”. Lo hizo tras defender cómo se comunicó el tema de su salud, y luego de admitir “cierta desinformación” (suavizó lo que fue un bloqueo absoluto) en 2004 cuando Kirchner estuvo internado una semana por una afección gástrica.
En el acto hubo videoconferencias con Catamarca, Villa la Angostura y Necochea, y anuncios de obras para varias provincias. De ahí la presencia de una decena de gobernadores. Estaban todos los ministros y el vice Amado Boudou. En un salón atestado, al titular de la UIA, Ignacio de Mendiguren, lo dejaron parado. Se escuchó que llegó tarde, pero si fue así nadie le guardó la silla.
Hubo algunos cientos de militantes kirchneristas fuera de la Casa Rosada, y adentro en la Galería de los Patriotas, desde donde hicieron retumbar sus cantos de apoyo. Llegaron al éxtasis cuando Cristina salió a saludarlos tras el acto desde las barandas del 1° piso.

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