Sebastián Lacunza
Nota publicada en el diario Buenos Aires Herald.-
Clarín y Telefónica no son los únicos actores cuyo esquema de negocios variará sustancialmente en los próximos años, de acuerdo al nuevo marco legal que el gobierno de Mauricio Macri viene definiendo a través de decretos y resoluciones. Aparecen en el horizonte actores que ya cuentan con fuerte presencia en el mercado argentino, como Claro o América Móvil (del magnate mexicano Carlos Slim, dueño además de una porción de The New York Times), Telecom (del mexicano David Martínez y la familia Werthein) y DirecTV (AT&T). A su vez, hay nuevos jugadores, ya aterrizados, como Viacom (que compró el canal abierto Telefe a Telefónica) o probables, como Time Warner y Fox (Murdoch), con interés en las transmisiones del fútbol.
Sin embargo, Clarín y Telefónica son los que reaccionaron con voz más elevada a raíz del decreto de Telecomunicaciones difundido el 2 de enero en el Boletín Oficial. Y aunque son rivales y podrían serlo mucho más a partir de ahora, coincidieron en la lógica del argumento: ambos se consideran víctimas de discriminación.
Para Telefónica, que en la Argentina domina el 45% del mercado de telefonía fija, el 32% móvil y el 27% de la banda ancha de internet, el decreto del Gobierno «demora la verdadera competencia», indicó al Herald una fuente de la empresa.
No es habitual que la empresa, que ha mantenido relaciones estratégicas con todos los gobiernos de las últimas tres décadas, se exprese tan claramente en contra de una medida gubernamental. De hecho, cuando Macri conformó el Ente Regulador de las Comunicaciones, que quedó bajo órbita absoluta de la Casa Rosada, cedió al menos una de las siete sillas a una representante afín a Clarín y otra a un exalto ejecutivo de relaciones públicas de Telefe en tiempos de Telefónica.
No obstante, el reclamo de la empresa con casa matriz en Madrid ya se hizo sentir hace un año, cuando el gobierno de Macri barrió con las limitaciones a la expansión de Clarín y lo dejó en posición de avanzar en el mercado de telefonía.
A tal punto, que Telefónica advierte que revisará el plan de inversiones de $ 36.000 millones para el trienio 2016-2019, de los cuales 9.500 millones ya fueron desembolsados el año pasado.
En concreto, los agravios de Telefónica son tres:
• Que el decreto asigna a Clarín espectro de 4G por vía directa y sin cargo cuando debió haberse licitado, de acuerdo a las directrices de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
• Demora definiciones sobre la banda de 4G por la que la empresa europea pagó 427 millones de dólares en 2014, en la licitación organizada por el gobierno anterior.
• Congela hasta 2018 la posibilidad de que las telefónicas incursionen en el mercado de la TV paga y sólo en Buenos Aires, Rosario y Córdoba, otorgando beneficios a «un operador que tiene el 60 por ciento del mercado de cable (Clarín)».
• Impide a Telefónica brindar servicios de TV satelital, para lo que ya está preparada.
«La convergencia que pregona el gobierno cada vez está más demorada. Los parámetros con los que la está impulsando son subjetivos, siempre con el único fin de favorecer a un solo actor», resume la fuente de Telefónica.
El Grupo Clarín se dividió en 2016 en dos grandes unidades, conservando los mismos accionistas. En una de ellas ubica a las operaciones más rentables y dinámicas: Fibertel (28 por ciento del mercado), Cablevisión (60 por ciento del mercado de cable, 39 por ciento del total de la TV paga) y Nextel (2 por ciento de telefonía móvil). El otro subgrupo quedó conformado por el sector de medios: los diarios Clarín, La Voz del Interior, Olé y Los Andes; las radios Mitre, FM 100 y Mía; los canales 13, TN, TyC Sports; la agencia DYN, entre decenas de medios en todo el país.
«El decreto beneficia a las telefónicas mientras nos enfrentamos a gigantes con costos amortizados globalmente», resumió una fuente de Clarín ante el Herald.
El Grupo sostiene que:
• Para dar el salto desde el espectro que utiliza Nextel (2,5G) hacia el 4G se requerirá una inversión de 500 millones de dólares en una primera etapa, por lo que no es cierto que se trata de una cesión gratuita del gobierno. A su vez, el decreto también facilita el camino inverso para que Telefónica acceda al espectro 2,5G.
• Tanto Slim como Telefónica tienen un nivel de facturación en América Latina que multiplica por al menos veinte las ventas de TV paga y telecomunicaciones de Clarín en Argentina.
• Telefónica y Slim ganaron un año, porque estaba previsto que la convergencia hacia la TV paga llegaría en 2019, mientras que a Clarín llevará un año y medio de inversiones y adaptación tecnológica poder brindar servicios de telefonía.
• El decreto brinda a las telefónicas 15 años de exclusividad de la última milla de su red, un aspecto esencial que bloquea la competencia. Las normas que favorecen la pluralidad de oferta obligan a los prestadores a alquilar su red a nuevos actores, lo que el decreto impide hasta 2032.
Para Clarín, las compañías de telecomunicaciones «acumularon beneficios durante más de 25 años», desde que Telefónica de España, Telecom Italia y France Telecom adquirieron la estatal Entel.
Nota publicada en el diario Buenos Aires Herald.-
Clarín y Telefónica no son los únicos actores cuyo esquema de negocios variará sustancialmente en los próximos años, de acuerdo al nuevo marco legal que el gobierno de Mauricio Macri viene definiendo a través de decretos y resoluciones. Aparecen en el horizonte actores que ya cuentan con fuerte presencia en el mercado argentino, como Claro o América Móvil (del magnate mexicano Carlos Slim, dueño además de una porción de The New York Times), Telecom (del mexicano David Martínez y la familia Werthein) y DirecTV (AT&T). A su vez, hay nuevos jugadores, ya aterrizados, como Viacom (que compró el canal abierto Telefe a Telefónica) o probables, como Time Warner y Fox (Murdoch), con interés en las transmisiones del fútbol.
Sin embargo, Clarín y Telefónica son los que reaccionaron con voz más elevada a raíz del decreto de Telecomunicaciones difundido el 2 de enero en el Boletín Oficial. Y aunque son rivales y podrían serlo mucho más a partir de ahora, coincidieron en la lógica del argumento: ambos se consideran víctimas de discriminación.
Para Telefónica, que en la Argentina domina el 45% del mercado de telefonía fija, el 32% móvil y el 27% de la banda ancha de internet, el decreto del Gobierno «demora la verdadera competencia», indicó al Herald una fuente de la empresa.
No es habitual que la empresa, que ha mantenido relaciones estratégicas con todos los gobiernos de las últimas tres décadas, se exprese tan claramente en contra de una medida gubernamental. De hecho, cuando Macri conformó el Ente Regulador de las Comunicaciones, que quedó bajo órbita absoluta de la Casa Rosada, cedió al menos una de las siete sillas a una representante afín a Clarín y otra a un exalto ejecutivo de relaciones públicas de Telefe en tiempos de Telefónica.
No obstante, el reclamo de la empresa con casa matriz en Madrid ya se hizo sentir hace un año, cuando el gobierno de Macri barrió con las limitaciones a la expansión de Clarín y lo dejó en posición de avanzar en el mercado de telefonía.
A tal punto, que Telefónica advierte que revisará el plan de inversiones de $ 36.000 millones para el trienio 2016-2019, de los cuales 9.500 millones ya fueron desembolsados el año pasado.
En concreto, los agravios de Telefónica son tres:
• Que el decreto asigna a Clarín espectro de 4G por vía directa y sin cargo cuando debió haberse licitado, de acuerdo a las directrices de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
• Demora definiciones sobre la banda de 4G por la que la empresa europea pagó 427 millones de dólares en 2014, en la licitación organizada por el gobierno anterior.
• Congela hasta 2018 la posibilidad de que las telefónicas incursionen en el mercado de la TV paga y sólo en Buenos Aires, Rosario y Córdoba, otorgando beneficios a «un operador que tiene el 60 por ciento del mercado de cable (Clarín)».
• Impide a Telefónica brindar servicios de TV satelital, para lo que ya está preparada.
«La convergencia que pregona el gobierno cada vez está más demorada. Los parámetros con los que la está impulsando son subjetivos, siempre con el único fin de favorecer a un solo actor», resume la fuente de Telefónica.
El Grupo Clarín se dividió en 2016 en dos grandes unidades, conservando los mismos accionistas. En una de ellas ubica a las operaciones más rentables y dinámicas: Fibertel (28 por ciento del mercado), Cablevisión (60 por ciento del mercado de cable, 39 por ciento del total de la TV paga) y Nextel (2 por ciento de telefonía móvil). El otro subgrupo quedó conformado por el sector de medios: los diarios Clarín, La Voz del Interior, Olé y Los Andes; las radios Mitre, FM 100 y Mía; los canales 13, TN, TyC Sports; la agencia DYN, entre decenas de medios en todo el país.
«El decreto beneficia a las telefónicas mientras nos enfrentamos a gigantes con costos amortizados globalmente», resumió una fuente de Clarín ante el Herald.
El Grupo sostiene que:
• Para dar el salto desde el espectro que utiliza Nextel (2,5G) hacia el 4G se requerirá una inversión de 500 millones de dólares en una primera etapa, por lo que no es cierto que se trata de una cesión gratuita del gobierno. A su vez, el decreto también facilita el camino inverso para que Telefónica acceda al espectro 2,5G.
• Tanto Slim como Telefónica tienen un nivel de facturación en América Latina que multiplica por al menos veinte las ventas de TV paga y telecomunicaciones de Clarín en Argentina.
• Telefónica y Slim ganaron un año, porque estaba previsto que la convergencia hacia la TV paga llegaría en 2019, mientras que a Clarín llevará un año y medio de inversiones y adaptación tecnológica poder brindar servicios de telefonía.
• El decreto brinda a las telefónicas 15 años de exclusividad de la última milla de su red, un aspecto esencial que bloquea la competencia. Las normas que favorecen la pluralidad de oferta obligan a los prestadores a alquilar su red a nuevos actores, lo que el decreto impide hasta 2032.
Para Clarín, las compañías de telecomunicaciones «acumularon beneficios durante más de 25 años», desde que Telefónica de España, Telecom Italia y France Telecom adquirieron la estatal Entel.