Luego de concretar la primera huelga nacional contra el gobierno de Mauricio Macri, los principales gremios cegetistas se embarcaron de lleno en las negociaciones paritarias.
Según los datos que recopiló ámbito.com de varias fuentes gremiales y sectores patronales, las diferencias entre los porcentajes de aumento salarial previstos para 2017 no son insoslayables. Es más, tras el paro nacional que la CGT dilató en fechar se puede afirmar que los pedidos y las ofertas van por el mismo sendero. El surco entre lo que exigen los sindicatos y lo que convidan los empleadores se parece más a una «pequeña calle angosta» que a una «ancha avenida del medio», como lo ocurrió en años anteriores. Tiene efecto el ruego a puertas cerradas de Jorge Triaca a la CATT: «Tratemos de pedir lo menos posible».
Los estacioneros y empleados de garage y lavaderos que responden al triunviro Carlos Acuña pidieron 23% con una cláusula de revisión en septiembre por la suba del costo de vida. Esta semana, los empresarios enrolados en la CECHA se reunieron en Mendoza para analizar costos internos y abroquelarse detrás de la oferta de 18%.
El jefe de la Uocra Gerardo Martínez planteó un 24% de incremento a las cámaras de la construcción. Le devolvieron un tope de 20%, en línea con el monto que cerró Armando Cavalieri para los empleados de comercio, y con el nuevo «techo» que impuso el Gobierno nacional, tras el debilitado 18% que intentó aplicar a fines del año pasado en todos los sectores. Martínez estaría de acuerdo.
Los estatales de UPCN que capitanea Andrés Rodríguez se anotan en los de la «lista de Cavalieri». Recibieron la propuesta oficial de 18% y se aprestan a firmar por 20%. Un alivio para los trabajadores sería percibir todo junto en un pago en junio.
En la otra punta de la negociación se encuentra ATE Capital, de Daniel Catalano. Los combativos de la CTA exigen 35%, con cláusula gatillo por disparada de la inflación que mida el Gobierno porteño. «Un 10% recomposición por lo perdido el año pasado y una base de discusión de 25% para este año», resumió un dirigente a este medio. Para los estatales de la Ciudad además se solicita sostener una suma fija de $ 3.000 para todas las categorías. Esta semana los gremialistas y la administración de Rodríguez Larreta firmaron un acta para «respetar el ámbito de negociación absteniéndose de realizar cualquier tipo de medida que la puede perjudicar».
Los metalúrgicos de Antonio Caló y los colectiveros de Roberto Fernández van a fondo. La UOM y la UTA reclamaron 30% para todo el año. Apunto de lanzar un plan de lucha contra el 17% sin adicionales que propusieron los industriales, Caló endurece posturas. Sin una «oferta superadora», la UOM realizará paros de media hora cada 60 minutos de jornada laboral desde la próxima semana próxima. La UIA prometió respetar a rajatabla el número que desea el Ejecutivo, cueste lo que cueste. La actividad ya está resentida, y se resentirá más.
Fernández no escuchó una propuesta de los empresarios del transporte de pasajeros por que no la hay. Las cámaras siguen a la espera de un aumento de los subsidios estatales -del boleto- para luego deslizar una cifra. El gremialista sabe que lo usan como válvula de presión y no se muestra apurado por cerrar un acuerdo, si es que la torta se corta en grandes pedazos.
Los cuatro gremios ferroviarios mantuvieron la segunda reunión paritaria el jueves y para el martes próximo tienen pautada otra más. Juegan al misterio con las sumas para mantener la cordialidad del diálogo con la operadora y el Ministerio de Transporte. Ratifican que el aumento será por los primeros seis meses de 2017 y que en junio volverán a discutir. Por enero, febrero y marzo ya obtuvieron 10% sobre los salarios básicos a cuenta de futuros aumentos y dos pagos de $ 2.500. Para este trimestre podrían alcanzar un incremento similar.
Según los datos que recopiló ámbito.com de varias fuentes gremiales y sectores patronales, las diferencias entre los porcentajes de aumento salarial previstos para 2017 no son insoslayables. Es más, tras el paro nacional que la CGT dilató en fechar se puede afirmar que los pedidos y las ofertas van por el mismo sendero. El surco entre lo que exigen los sindicatos y lo que convidan los empleadores se parece más a una «pequeña calle angosta» que a una «ancha avenida del medio», como lo ocurrió en años anteriores. Tiene efecto el ruego a puertas cerradas de Jorge Triaca a la CATT: «Tratemos de pedir lo menos posible».
Los estacioneros y empleados de garage y lavaderos que responden al triunviro Carlos Acuña pidieron 23% con una cláusula de revisión en septiembre por la suba del costo de vida. Esta semana, los empresarios enrolados en la CECHA se reunieron en Mendoza para analizar costos internos y abroquelarse detrás de la oferta de 18%.
El jefe de la Uocra Gerardo Martínez planteó un 24% de incremento a las cámaras de la construcción. Le devolvieron un tope de 20%, en línea con el monto que cerró Armando Cavalieri para los empleados de comercio, y con el nuevo «techo» que impuso el Gobierno nacional, tras el debilitado 18% que intentó aplicar a fines del año pasado en todos los sectores. Martínez estaría de acuerdo.
Los estatales de UPCN que capitanea Andrés Rodríguez se anotan en los de la «lista de Cavalieri». Recibieron la propuesta oficial de 18% y se aprestan a firmar por 20%. Un alivio para los trabajadores sería percibir todo junto en un pago en junio.
En la otra punta de la negociación se encuentra ATE Capital, de Daniel Catalano. Los combativos de la CTA exigen 35%, con cláusula gatillo por disparada de la inflación que mida el Gobierno porteño. «Un 10% recomposición por lo perdido el año pasado y una base de discusión de 25% para este año», resumió un dirigente a este medio. Para los estatales de la Ciudad además se solicita sostener una suma fija de $ 3.000 para todas las categorías. Esta semana los gremialistas y la administración de Rodríguez Larreta firmaron un acta para «respetar el ámbito de negociación absteniéndose de realizar cualquier tipo de medida que la puede perjudicar».
Los metalúrgicos de Antonio Caló y los colectiveros de Roberto Fernández van a fondo. La UOM y la UTA reclamaron 30% para todo el año. Apunto de lanzar un plan de lucha contra el 17% sin adicionales que propusieron los industriales, Caló endurece posturas. Sin una «oferta superadora», la UOM realizará paros de media hora cada 60 minutos de jornada laboral desde la próxima semana próxima. La UIA prometió respetar a rajatabla el número que desea el Ejecutivo, cueste lo que cueste. La actividad ya está resentida, y se resentirá más.
Fernández no escuchó una propuesta de los empresarios del transporte de pasajeros por que no la hay. Las cámaras siguen a la espera de un aumento de los subsidios estatales -del boleto- para luego deslizar una cifra. El gremialista sabe que lo usan como válvula de presión y no se muestra apurado por cerrar un acuerdo, si es que la torta se corta en grandes pedazos.
Los cuatro gremios ferroviarios mantuvieron la segunda reunión paritaria el jueves y para el martes próximo tienen pautada otra más. Juegan al misterio con las sumas para mantener la cordialidad del diálogo con la operadora y el Ministerio de Transporte. Ratifican que el aumento será por los primeros seis meses de 2017 y que en junio volverán a discutir. Por enero, febrero y marzo ya obtuvieron 10% sobre los salarios básicos a cuenta de futuros aumentos y dos pagos de $ 2.500. Para este trimestre podrían alcanzar un incremento similar.