La provincia de Buenos Aires, el distrito con mayor peso electoral del país, ya cuenta con un juez electoral. La Cámara Federal de La Plata destrabó la llegada del subrogante Juan Manuel Culotta y su futura asunción, tras corregir los efectos de una apelación.
Culotta quedará a partir de ahora a cargo de controlar las elecciones en el distrito que determinará a los ganadores y perdedores de octubre próximo, al asumir la competencia electoral del Juzgado Federal N° 1 de La Plata, vacante desde la muerte del juez Manuel Blanco y el cese de la subrogancia de Laureano Durán.
Juez federal en Tres de Febrero, Culotta había sido promovido para la subrogancia electoral por el oficialismo y aprobado por el Consejo de la Magistratura el 30 de marzo. Pero la Agrupación por la Justicia Social (AJUS), cercana al kirchnerismo, había bloqueado su llegada con un amparo, al plantear que su designación violaba el principio del juez natural.
Con ese pedido, otro juez federal de La Plata, Alberto Recondo, bloqueó la designación de Culotta por un plazo provisional de tres meses, decisión que apeló el Gobierno y Recondo concedió con efectos «devolutivos», es decir, sin que la tramitación del recurso en la Cámara suspendiera su decisión.
La Cámara, sin embargo, modificó anteayer los efectos de la apelación. Consideró que debe tramitarse con efectos «suspensivos», y que, por tanto, la decisión de Recondo de bloquear a Culotta quedaba suspendida durante el tiempo que le tome a la propia Cámara definir si la confirma o la revoca.
Lejos de ser un tecnicismo, la decisión de los camaristas Julio Reboredo, Carlos Compaired y Roberto Lemos Ramos, destrabó el arribo de Culotta, al que desde el kirchnerismo le adjudican una cercanía con Cambiemos y, en particular, con el presidente Mauricio Macri, lo que niega el magistrado.
«No conozco al Presidente y no tengo vínculo», replicó Culotta ante la consulta periodística. «Me lo crucé dos veces en mi vida: una vez lo vi en una comida de jueces cuando era jefe de Gobierno porteño y allí lo saludé, y otra vez fue en una reunión del Colegio Newman al que también fui. No tengo amistad con ningún amigo suyo y no tengo ni tuve relación con él», explicó.
Con algo más de 11,8 millones de votantes, la provincia de Buenos Aires representa más de un tercio (37%) del total del padrón nacional. Al frente del Juzgado electoral desde el retorno de la democracia, Blanco controló el padrón electoral y cada campaña al tiempo que mantenía un diálogo abierto con todos los partidos, que tras su muerte vieron la vacante como una oportunidad y un riesgo.
Cada juez electoral debe analizar las listas de candidatos que se presentan para cada elección, determina si un postulante cumple con los requisitos impuestos por la Constitución o la ley -desde la nacionalidad hasta su domicilio-, y revisa los informes de gastos de cada campaña.
Ninguno de los tres principales candidatos a la Presidencia durante la campaña de 2015, Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa, logró aún que la Justicia electoral apruebe sus informes de ingresos y gastos. Por el contrario, acumulan observaciones de diversa gravedad, por montos millonarios que, transcurridos dos años, no logran justificar, más allá de los aportes negros que, según reconstruyó LA NACION, recibieron de empresas nacionales y extranjeras.
Culotta quedará a partir de ahora a cargo de controlar las elecciones en el distrito que determinará a los ganadores y perdedores de octubre próximo, al asumir la competencia electoral del Juzgado Federal N° 1 de La Plata, vacante desde la muerte del juez Manuel Blanco y el cese de la subrogancia de Laureano Durán.
Juez federal en Tres de Febrero, Culotta había sido promovido para la subrogancia electoral por el oficialismo y aprobado por el Consejo de la Magistratura el 30 de marzo. Pero la Agrupación por la Justicia Social (AJUS), cercana al kirchnerismo, había bloqueado su llegada con un amparo, al plantear que su designación violaba el principio del juez natural.
Con ese pedido, otro juez federal de La Plata, Alberto Recondo, bloqueó la designación de Culotta por un plazo provisional de tres meses, decisión que apeló el Gobierno y Recondo concedió con efectos «devolutivos», es decir, sin que la tramitación del recurso en la Cámara suspendiera su decisión.
La Cámara, sin embargo, modificó anteayer los efectos de la apelación. Consideró que debe tramitarse con efectos «suspensivos», y que, por tanto, la decisión de Recondo de bloquear a Culotta quedaba suspendida durante el tiempo que le tome a la propia Cámara definir si la confirma o la revoca.
Lejos de ser un tecnicismo, la decisión de los camaristas Julio Reboredo, Carlos Compaired y Roberto Lemos Ramos, destrabó el arribo de Culotta, al que desde el kirchnerismo le adjudican una cercanía con Cambiemos y, en particular, con el presidente Mauricio Macri, lo que niega el magistrado.
«No conozco al Presidente y no tengo vínculo», replicó Culotta ante la consulta periodística. «Me lo crucé dos veces en mi vida: una vez lo vi en una comida de jueces cuando era jefe de Gobierno porteño y allí lo saludé, y otra vez fue en una reunión del Colegio Newman al que también fui. No tengo amistad con ningún amigo suyo y no tengo ni tuve relación con él», explicó.
Con algo más de 11,8 millones de votantes, la provincia de Buenos Aires representa más de un tercio (37%) del total del padrón nacional. Al frente del Juzgado electoral desde el retorno de la democracia, Blanco controló el padrón electoral y cada campaña al tiempo que mantenía un diálogo abierto con todos los partidos, que tras su muerte vieron la vacante como una oportunidad y un riesgo.
Cada juez electoral debe analizar las listas de candidatos que se presentan para cada elección, determina si un postulante cumple con los requisitos impuestos por la Constitución o la ley -desde la nacionalidad hasta su domicilio-, y revisa los informes de gastos de cada campaña.
Ninguno de los tres principales candidatos a la Presidencia durante la campaña de 2015, Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa, logró aún que la Justicia electoral apruebe sus informes de ingresos y gastos. Por el contrario, acumulan observaciones de diversa gravedad, por montos millonarios que, transcurridos dos años, no logran justificar, más allá de los aportes negros que, según reconstruyó LA NACION, recibieron de empresas nacionales y extranjeras.