Los reunió Scioli en reserva en la residencia de la Gobernación Estuvo De la Sota, muy crítico del Gobierno y aliado de Massa. Hubo críticas a Cristina y alarma por la recesión.
Santiago Fioriti
Reunión cumbre. Que pretendió ser secreta. De esas que se producen muy de tanto en tanto, acaso cuando en el peronismo sus dirigentes comienzan a olfatear que el rumbo aparece confuso y que podría derivar en el único pecado que no les está permitido en el PJ: el que conduce a la pérdida irreparable del poder. Ocurrió el jueves a la noche. Seis protagonistas en una cena: cuatro gobernadores oficialistas, uno opositor y un operador histórico del PJ. Un lugar: la residencia del gobernador en La Plata. Y dos preocupaciones mayúsculas: la crisis económica –o, si se prefiere, el manejo de Cristina Kirchner de esa crisis– y el crecimiento de Mauricio Macri en las encuestas.
Se sentaron a la mesa el anfitrión y autor intelectual de la movida, el bonaerense Daniel Scioli; los tres gobernadores más cercanos a su proyecto presidencial: el jujeño Eduardo Fellner (presidente del partido a nivel nacional), el formoseño Gildo Insfrán y el sanjuanino José Luis Gioja; el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota –un duro opositor a la Casa Rosada y que coquetea con Sergio Massa– y Juan Carlos Mazzón, operador todo terreno, hoy con despacho muy cercano al de la Presidenta. El espíritu de la convocatoria fue “la unidad del peronismo” para enfrentar la inflación, la pérdida del empleo y la recesión antes de poner proa rumbo al 2015.
Lo dejó en claro Scioli, sin preámbulos, con una frase que hasta aquí sólo se había permitido antes su círculo más íntimo: “Con el peronismo así va a ganar Macri. Tenemos que trabajar para la unidad”.
El comensal más rebelde, como era lógico, fue De la Sota, otro de los que se anota para la sucesión presidencial. “ Yo tengo mis condiciones: no me siento representado por el cristinismo duro y ellos tampoco me quieren a mí. No le voy a hacer el juego al Gobierno, menos ahora que se está yendo. En esa foto no quiero estar.
No tiene sentido que sigamos hablando ”. Una fuente le dijo anoche a Clarín que De la Sota se despidió con ese mensaje. Otra, en cambio, sostuvo que el tono fue menos vehemente y que el cordobés se exhibió conciliador, aunque siempre lejos del núcleo duro del poder central.
A Scioli, que se había ocupado de llamar de celular a celular al cordobés para convocarlo a La Plata, no lo sorprendió el tenor de la frase y habría preferido no profundizar en el tema. El bonaerense necesita cuidar la relación con la Nación. “No podemos romper a un año de las elecciones y menos en este contexto”, dicen cerca de Scioli.
Fellner, Insfrán y Gioja dijeron estar preocupados –“muy preocupados”, detalló una fuente– por las cuentas provinciales y por el ninguneo de Cristina. “La Presidenta solo escucha a Kicillof. Si esto sigue así estamos fritos”, opinó un asesor de uno de los mandatarios, cuando la reunión ya se había filtrado en La Política On Line.
De la Sota había llegado a la reunión con una carpeta con datos del impacto de la crisis. Ahí, a uno de los gobernadores, se le ocurrió la idea de trabajar en un documento que eventualmente le podrían presentar a Cristina. “Vamos a pedirle una audiencia”, trascendió.
La crisis y la falta de una estrategia electoral clara, observa Scioli en la intimidad, podría allanarle el camino a Macri. Mucho más si el jefe del PRO termina de abrochar alianzas territoriales con la UCR. Scioli sostiene que en 2015 “gana el peronismo o el antiperonismo”. No hay para él, ni para otros gobernadores del PJ, término medio. En esa supuesta “ambigüedad” ubican a Massa. El tigrense venía negociando con De la Sota la posibilidad de armar una interna para las PASO. En las últimas semanas, Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero habían participado de esas negociaciones.
De la Sota llamó a Massa después de la cena.
“Los peronistas, los que se sienten peronistas, tienen que venir todos con nosotros”, había dicho uno de los gobernadores que fue a La Plata. Pero Massa no tendría pensado cambiar de plan. Insistirá, al menos en los próximos tiempos, con su propio proyecto.
Santiago Fioriti
Reunión cumbre. Que pretendió ser secreta. De esas que se producen muy de tanto en tanto, acaso cuando en el peronismo sus dirigentes comienzan a olfatear que el rumbo aparece confuso y que podría derivar en el único pecado que no les está permitido en el PJ: el que conduce a la pérdida irreparable del poder. Ocurrió el jueves a la noche. Seis protagonistas en una cena: cuatro gobernadores oficialistas, uno opositor y un operador histórico del PJ. Un lugar: la residencia del gobernador en La Plata. Y dos preocupaciones mayúsculas: la crisis económica –o, si se prefiere, el manejo de Cristina Kirchner de esa crisis– y el crecimiento de Mauricio Macri en las encuestas.
Se sentaron a la mesa el anfitrión y autor intelectual de la movida, el bonaerense Daniel Scioli; los tres gobernadores más cercanos a su proyecto presidencial: el jujeño Eduardo Fellner (presidente del partido a nivel nacional), el formoseño Gildo Insfrán y el sanjuanino José Luis Gioja; el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota –un duro opositor a la Casa Rosada y que coquetea con Sergio Massa– y Juan Carlos Mazzón, operador todo terreno, hoy con despacho muy cercano al de la Presidenta. El espíritu de la convocatoria fue “la unidad del peronismo” para enfrentar la inflación, la pérdida del empleo y la recesión antes de poner proa rumbo al 2015.
Lo dejó en claro Scioli, sin preámbulos, con una frase que hasta aquí sólo se había permitido antes su círculo más íntimo: “Con el peronismo así va a ganar Macri. Tenemos que trabajar para la unidad”.
El comensal más rebelde, como era lógico, fue De la Sota, otro de los que se anota para la sucesión presidencial. “ Yo tengo mis condiciones: no me siento representado por el cristinismo duro y ellos tampoco me quieren a mí. No le voy a hacer el juego al Gobierno, menos ahora que se está yendo. En esa foto no quiero estar.
No tiene sentido que sigamos hablando ”. Una fuente le dijo anoche a Clarín que De la Sota se despidió con ese mensaje. Otra, en cambio, sostuvo que el tono fue menos vehemente y que el cordobés se exhibió conciliador, aunque siempre lejos del núcleo duro del poder central.
A Scioli, que se había ocupado de llamar de celular a celular al cordobés para convocarlo a La Plata, no lo sorprendió el tenor de la frase y habría preferido no profundizar en el tema. El bonaerense necesita cuidar la relación con la Nación. “No podemos romper a un año de las elecciones y menos en este contexto”, dicen cerca de Scioli.
Fellner, Insfrán y Gioja dijeron estar preocupados –“muy preocupados”, detalló una fuente– por las cuentas provinciales y por el ninguneo de Cristina. “La Presidenta solo escucha a Kicillof. Si esto sigue así estamos fritos”, opinó un asesor de uno de los mandatarios, cuando la reunión ya se había filtrado en La Política On Line.
De la Sota había llegado a la reunión con una carpeta con datos del impacto de la crisis. Ahí, a uno de los gobernadores, se le ocurrió la idea de trabajar en un documento que eventualmente le podrían presentar a Cristina. “Vamos a pedirle una audiencia”, trascendió.
La crisis y la falta de una estrategia electoral clara, observa Scioli en la intimidad, podría allanarle el camino a Macri. Mucho más si el jefe del PRO termina de abrochar alianzas territoriales con la UCR. Scioli sostiene que en 2015 “gana el peronismo o el antiperonismo”. No hay para él, ni para otros gobernadores del PJ, término medio. En esa supuesta “ambigüedad” ubican a Massa. El tigrense venía negociando con De la Sota la posibilidad de armar una interna para las PASO. En las últimas semanas, Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero habían participado de esas negociaciones.
De la Sota llamó a Massa después de la cena.
“Los peronistas, los que se sienten peronistas, tienen que venir todos con nosotros”, había dicho uno de los gobernadores que fue a La Plata. Pero Massa no tendría pensado cambiar de plan. Insistirá, al menos en los próximos tiempos, con su propio proyecto.
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