Cumbre de la Red Global de Editores: el periodismo tras el escándalo de News of the World

En las calles de Hong Kong el sol pega fuerte a pesar del invierno. Miles cruzan calles, puentes y túneles en esta fantástica ciudad de más de siete millones de habitantes. Puertas adentro del hotel Shangri-la, en Kowloon, la parte continental de Hong Kong, continua la primera cumbre del GEN, la red global de editores nacida este mismo año y que ya aglutina a cinco centenares de directores y editores seniors de medios de todo el planeta.
Las conferencias se suceden entre temáticas tecnológicas, discusiones sobre el futuro del periodismo en tiempos de tabletas y celulares inteligentes, y debates a fondo sobre el impacto de escándalos como el espionaje y las pinchaduras de teléfonos por parte de News of the World, el diario que el magnate Rupert Murdoch se vio obligado a cerrar tras la revelación de espionajes que involucraban a altos editores de ese diario, miembros del gobierno británico y servicios secretos.
En la mañana del martes en Hong Kong, los editores del GEN escucharon una gran conferencia en video web de Paul Steiger, fundador y conductor de ProPublica, una organización periodística financiada por organizaciones independientes que, con base en Washington, está haciendo historia con sus grandes investigaciones. ProPublica ganó el premio Pulitzer en 2010 y es una escuela de periodismo en el uso de nuevas tecnologías, como el llamado “data journalism”, que aprovecha la potencia del software para investigar y editar historias periodísticas de denuncia contra la corrupción y el poder.
Sigue el seminario y es el turno del gran debate de la industria editorial de todo el planeta: cómo hacer para rentabilizar el enorme costo de producir contenidos periodísticos para plataformas como Internet, en donde la genética misma de la red pareciera indicar que todo debería ser por siempre gratis. Hay muchas preguntas y pocas respuestas. Diarios como Clarín y otros grandes periódicos del planeta han comenzado a cobrar sus ediciones para iPads y otras tabletas; otros como The New York Times lanzaron pocos meses atrás sistemas de cobro de los contenidos de sus sites, aunque basados en modelos de métricas en donde pagan los lectores intensivos, no los que pocas veces al mes deciden leer una nota en el site de noticias más prestigioso del mundo.
Jim Chisholm, uno de los consultores de medios más prestigiosos, dedica su charla a buscar atajos para develar el futuro de las noticias. Entre las visiones románticas del periodismo y las perspectivas cerradamente tecnológicas de lo que le espera al periodismo, Chisholm divide las aguas: “No hay evidencias que sea Internet la que provoca la caída de las ventas de los diarios. Antes, hay que pensar nuevamente, a fondo, el modelo de negocios de los diarios y adecuarlo al cambio que la tecnología y las nuevas plataformas han generado en los lectores. Pero tenemos periódicos para años y años”.
Cierra el día un debate que rondó las mesas de discusión durante toda la jornada: “Periodismo y ética después de News of the World”. El consultor Aidan White dice: “Los gobiernos están aprovechando el escándalo de News of the World para intentar regular por ley el funcionamiento de la prensa independiente. Los gobiernos sostienen que la autoregulación de los medios no funciona. Por eso, la pregunta de fondo es cómo hacemos para que la autoregulación de los medios sea más efectiva”.
En la era de millones de productores de contenidos, desde bloguers a periodistas ciudadanos que denuncian problemas de sus barrios, la discusión sobre ética en la práctica periodística trasciende el debate del rol de los reporteros y editores, porque ahora son millones los que producen información, y eso es una gran noticia y también un gran desafío, el de aplicar las viejas y sabias reglas del periodismo para que esas nuevas fuentes de información y generación de contenidos no sean aprovechadas para difundir noticias falsas, atacar desde el anonimato de fuentes desconocidas la privacidad de la gente o generar operaciones que, disfrazadas de periodismo, solo buscan objetivos distintos que el de informar.

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