En medio de la visita de Christine Lagarde, el líder del gremio de Sanidad rechaza el ajuste y reclama medidas de “contención social”. Si bien no habla de un plan de lucha concreto, asegura que la CGT dará la respuesta adecuada.
A Héctor Daer le preocupa que la administración de Mauricio Macri favorezca al poder económico, aplique el ajuste y no implemente medidas de contención social para los sectores más desprotegidos de la sociedad. Es por ese motivo que sostiene que el problema principal “no es el FMI sino el Gobierno”. En ese contexto prevé mayor conflictividad y dice que la CGT dará la respuesta adecuada para este escenario. En cuanto a lo político afirma que solo el peronismo unido podrá cambiar el rumbo del país.
–Carlos Acuña dijo que no le cree al gobierno, miente. ¿Cómo se debe interpretaR eso cuando lo dice un triunviro de la CGT?
–La traducción de eso tiene que ver más que con todas las premisas y proyecciones, sobre todo en lo económico, que hace e hizo el gobierno, tanto en su propuesta electoral como en el gobierno y que ninguna fueron de cumplimiento acertado. Eso genera un descrédito concreto sobre lo que plantean a futuro que en un par de meses todo se resuelve, que baja la inflación y vamos a tener una economía y sociedad saludable.
–Se puede decir que es la descripción de un gobierno debilitado.
–La debilidad del gobierno la generan sus propios entornos y que ellos lo definen como el mercado que accionan contra el valor de la moneda y la economía intentando, en marcos especulativos, acrecentar sus ganancias. Me parece que esa es la mayor preocupación que ellos deben tener y lo otro tiene que ver con políticas que estén adecuadas a los momentos críticos que estamos viviendo y en eso creo que tienen que escuchar los planteos que les hacemos de manera permanente.
–Usted dijo que es necesaria una mayor contención social. ¿Eso alcanza para evitar el conflicto social?
–Nosotros insistimos en que hay dos pilares que en coyuntura de crisis sostienen a la sociedad y que se trata de la alimentación y la contención sanitaria de los sectores más vulnerables. Y eso es lo que hacen los países con tremendas dificultades y en nuestro caso son las presentes y la de los próximos meses que reconoció el gobierno y que debe atender el Estado desde una forma muy concreta, transparente y urgente. No se puede desatender la alimentación y la salud de los compatriotas que están bajo la línea de la pobreza, de los jubilados que ganan 7 u 8 mil pesos y con ese dinero tienen que atravesar el mes comprando alimentos, remedios y manteniendo sus viviendas. Esto es necesario que comprendan porque si entramos a una recesión va a generar condiciones críticas en términos sociales amen de si buscan profundizar el ajuste en las dimensiones que se plantean a partir del acuerdo con el FMI. Entonces vamos a tener la consecuencia de la inviabilidad social de muchos sectores de la sociedad.
–¿Si el Gobierno no escucha entonces de qué sirve hablar con el FMI a través de una videoconferencia como lo hicieron a fines de junio?
–El FMI le presta plata al país bajo ciertas condiciones pero el problema no es el Fondo sino el Gobierno que fue a buscar al FMI y lo que hay que decirle al Fondo es que no estamos de acuerdo ni vamos a acompañar las políticas de ajuste como hoy claro que si buscan consenso social con la CGT no lo van a encontrar.
–¿Y eso cómo se expresa?
–Buscando alianzas políticas y sociales para lograr que el ajuste no tenga la implicancia para los sectores más vulnerables de la sociedad. Por eso hay que hablar con los movimientos sociales pero también con gobernadores y legisladores para que todo esto no tenga una traducción directa en generar peores condiciones para los trabajadores y los más vulnerables porque si baja la obra pública habrá menos hierro, menos cemento, menos empleo y más pobreza. No hay de donde sacar fondos para hacer un ajuste que no tenga correlato en una crisis social sino se piensa en ir a buscar esos fondos entre los que más ganan y más tienen sobre todo en estos últimos tiempos con las últimas medidas del gobierno actual.
–Hay sectores sindicales que plantearon su desacuerdo con aquella teleconferencia con funcionarios del FMI.
–Pero el Fondo pidió hablar con nosotros y el sindicalismo internacional tiene un funcionario, Peter Bakvis, que está en Washington y que es el representante de la Confederación Sindical Internacional frente a todos los organismos multilaterales y él organizó esa videoconferencia. Quizá hubo compañeros que no entendieron el tenor de la conversación pero no nos dijeron nada así que ahora me entero por usted.
–¿Ante este panorama la CGT se plantea una nueva medida de fuerza?
–La medida de fuerza es un instrumento propio de la CGT y del movimiento obrero, legítimo y un derecho pero no es un fin en sí mismo. Si no es un instrumento para cambiar la realidad no sirve lo que sí es un reclamo en los términos de una expresión para intentar cambiar no la realidad sino la actuación de un gobierno que va en un rumbo diferente del que nosotros planteamos para solucionar los problemas políticos económicos del país.
–El paro del 25J fue contundente pero este miércoles el Presidente ratificó el rumbo de su programa de gobierno. ¿Sirvió el paro?
–El paro sirvió para dejar en claro que la inmensa mayoría de la sociedad dijo que es preciso rectificar el rumbo. La conferencia del Presidente no la puedo tomar como una ratificación sino solo que bajaba las velas para atravesar la tormenta. Habrá que ver después cómo le queda el velero y para qué punto cardinal queda mirando.
–El problema es que en ese barco vamos todos…
–Así es. Ahí estamos todos. Lo que hay ver es si atraviesa la famosa tormenta y cómo llega a la otra orilla.
–Sin embargo, el ajuste ya está. Se expresa por ejemplo en los despidos en Télam. Entonces, ¿hasta dónde aguanta la CGT esta situación?
–Lo que pasa que la CGT no actúa sobre cuestiones puntuales sino colectivas que son las que pedimos que se rectifiquen y cuando le planteamos al Fondo Monetario que rechazamos estas políticas estamos diciendo, precisamente, eso porque si no generamos debate político vamos a hacer un paro todos los días y no tendremos resultado. Lo que necesitamos es mucho debate político en la sociedad que genere sustancia, volumen político y desde ahí intentar cambiar el rumbo. La culpa de todo lo que ocurre es del que gobierna y no del sindicalismo.
–Hay sectores sindicales que siguen promoviendo el cambio y reclaman la implementación de un plan de lucha.
–¿Pero usted cree que en esta entrevista se debe definir el futuro del movimiento obrero?
–Sólo le pregunto…
–(Alza la voz) El futuro y la acción del movimiento obrero la debe debatir el movimiento obrero. Lo que este Consejo Directivo busca, asume y genera es la síntesis de todos esos sectores.
–Pero existe el grupo que integran la UOM, Smata, el MASA, la Corriente Federal y camioneros que hacen este reclamo. ¿Qué les responde?
–Son compañeros, organizaciones sindicales hermanas y con muchos de ellos tenemos contactos permanente y sólo le puedo decir que el Consejo Directivo fue electo para conducir por cuatro años. Todavía faltan dos de mandato.
–¿Con estas políticas cree que el gobierno tiene futuro?
–Hay problemas pero el país siempre tiene futuro y esperamos que se construya una alternativa para ganar las elecciones en 2019 y podamos tener un país más equitativo con desarrollo sustentable. Necesitamos un país con un desarrollo industrial y con todos los argentinos adentro.
–¿Eso quién lo puede hacer?
–No me cabe duda que puede ser el peronismo pero unido.
–¿Esa unidad es posible en lo inmediato o todavía es muy pronto?
–Por supuesto que existen complicaciones. Sobre todo cuando hay compañeros que utilizan palabras desafortunadas al intentar ponerle límites a determinados dirigentes. Me parece que ese es un error porque no hay que poner límites ni reparo a ningún sector. Tenemos que aspirar a generar una síntesis del peronismo capaz de encontrar un camino para ganar las elecciones. Eso se logra con un acuerdo de grandeza y después si es un tema de candidaturas que participen tres o cuatro y los elegimos.
A Héctor Daer le preocupa que la administración de Mauricio Macri favorezca al poder económico, aplique el ajuste y no implemente medidas de contención social para los sectores más desprotegidos de la sociedad. Es por ese motivo que sostiene que el problema principal “no es el FMI sino el Gobierno”. En ese contexto prevé mayor conflictividad y dice que la CGT dará la respuesta adecuada para este escenario. En cuanto a lo político afirma que solo el peronismo unido podrá cambiar el rumbo del país.
–Carlos Acuña dijo que no le cree al gobierno, miente. ¿Cómo se debe interpretaR eso cuando lo dice un triunviro de la CGT?
–La traducción de eso tiene que ver más que con todas las premisas y proyecciones, sobre todo en lo económico, que hace e hizo el gobierno, tanto en su propuesta electoral como en el gobierno y que ninguna fueron de cumplimiento acertado. Eso genera un descrédito concreto sobre lo que plantean a futuro que en un par de meses todo se resuelve, que baja la inflación y vamos a tener una economía y sociedad saludable.
–Se puede decir que es la descripción de un gobierno debilitado.
–La debilidad del gobierno la generan sus propios entornos y que ellos lo definen como el mercado que accionan contra el valor de la moneda y la economía intentando, en marcos especulativos, acrecentar sus ganancias. Me parece que esa es la mayor preocupación que ellos deben tener y lo otro tiene que ver con políticas que estén adecuadas a los momentos críticos que estamos viviendo y en eso creo que tienen que escuchar los planteos que les hacemos de manera permanente.
–Usted dijo que es necesaria una mayor contención social. ¿Eso alcanza para evitar el conflicto social?
–Nosotros insistimos en que hay dos pilares que en coyuntura de crisis sostienen a la sociedad y que se trata de la alimentación y la contención sanitaria de los sectores más vulnerables. Y eso es lo que hacen los países con tremendas dificultades y en nuestro caso son las presentes y la de los próximos meses que reconoció el gobierno y que debe atender el Estado desde una forma muy concreta, transparente y urgente. No se puede desatender la alimentación y la salud de los compatriotas que están bajo la línea de la pobreza, de los jubilados que ganan 7 u 8 mil pesos y con ese dinero tienen que atravesar el mes comprando alimentos, remedios y manteniendo sus viviendas. Esto es necesario que comprendan porque si entramos a una recesión va a generar condiciones críticas en términos sociales amen de si buscan profundizar el ajuste en las dimensiones que se plantean a partir del acuerdo con el FMI. Entonces vamos a tener la consecuencia de la inviabilidad social de muchos sectores de la sociedad.
–¿Si el Gobierno no escucha entonces de qué sirve hablar con el FMI a través de una videoconferencia como lo hicieron a fines de junio?
–El FMI le presta plata al país bajo ciertas condiciones pero el problema no es el Fondo sino el Gobierno que fue a buscar al FMI y lo que hay que decirle al Fondo es que no estamos de acuerdo ni vamos a acompañar las políticas de ajuste como hoy claro que si buscan consenso social con la CGT no lo van a encontrar.
–¿Y eso cómo se expresa?
–Buscando alianzas políticas y sociales para lograr que el ajuste no tenga la implicancia para los sectores más vulnerables de la sociedad. Por eso hay que hablar con los movimientos sociales pero también con gobernadores y legisladores para que todo esto no tenga una traducción directa en generar peores condiciones para los trabajadores y los más vulnerables porque si baja la obra pública habrá menos hierro, menos cemento, menos empleo y más pobreza. No hay de donde sacar fondos para hacer un ajuste que no tenga correlato en una crisis social sino se piensa en ir a buscar esos fondos entre los que más ganan y más tienen sobre todo en estos últimos tiempos con las últimas medidas del gobierno actual.
–Hay sectores sindicales que plantearon su desacuerdo con aquella teleconferencia con funcionarios del FMI.
–Pero el Fondo pidió hablar con nosotros y el sindicalismo internacional tiene un funcionario, Peter Bakvis, que está en Washington y que es el representante de la Confederación Sindical Internacional frente a todos los organismos multilaterales y él organizó esa videoconferencia. Quizá hubo compañeros que no entendieron el tenor de la conversación pero no nos dijeron nada así que ahora me entero por usted.
–¿Ante este panorama la CGT se plantea una nueva medida de fuerza?
–La medida de fuerza es un instrumento propio de la CGT y del movimiento obrero, legítimo y un derecho pero no es un fin en sí mismo. Si no es un instrumento para cambiar la realidad no sirve lo que sí es un reclamo en los términos de una expresión para intentar cambiar no la realidad sino la actuación de un gobierno que va en un rumbo diferente del que nosotros planteamos para solucionar los problemas políticos económicos del país.
–El paro del 25J fue contundente pero este miércoles el Presidente ratificó el rumbo de su programa de gobierno. ¿Sirvió el paro?
–El paro sirvió para dejar en claro que la inmensa mayoría de la sociedad dijo que es preciso rectificar el rumbo. La conferencia del Presidente no la puedo tomar como una ratificación sino solo que bajaba las velas para atravesar la tormenta. Habrá que ver después cómo le queda el velero y para qué punto cardinal queda mirando.
–El problema es que en ese barco vamos todos…
–Así es. Ahí estamos todos. Lo que hay ver es si atraviesa la famosa tormenta y cómo llega a la otra orilla.
–Sin embargo, el ajuste ya está. Se expresa por ejemplo en los despidos en Télam. Entonces, ¿hasta dónde aguanta la CGT esta situación?
–Lo que pasa que la CGT no actúa sobre cuestiones puntuales sino colectivas que son las que pedimos que se rectifiquen y cuando le planteamos al Fondo Monetario que rechazamos estas políticas estamos diciendo, precisamente, eso porque si no generamos debate político vamos a hacer un paro todos los días y no tendremos resultado. Lo que necesitamos es mucho debate político en la sociedad que genere sustancia, volumen político y desde ahí intentar cambiar el rumbo. La culpa de todo lo que ocurre es del que gobierna y no del sindicalismo.
–Hay sectores sindicales que siguen promoviendo el cambio y reclaman la implementación de un plan de lucha.
–¿Pero usted cree que en esta entrevista se debe definir el futuro del movimiento obrero?
–Sólo le pregunto…
–(Alza la voz) El futuro y la acción del movimiento obrero la debe debatir el movimiento obrero. Lo que este Consejo Directivo busca, asume y genera es la síntesis de todos esos sectores.
–Pero existe el grupo que integran la UOM, Smata, el MASA, la Corriente Federal y camioneros que hacen este reclamo. ¿Qué les responde?
–Son compañeros, organizaciones sindicales hermanas y con muchos de ellos tenemos contactos permanente y sólo le puedo decir que el Consejo Directivo fue electo para conducir por cuatro años. Todavía faltan dos de mandato.
–¿Con estas políticas cree que el gobierno tiene futuro?
–Hay problemas pero el país siempre tiene futuro y esperamos que se construya una alternativa para ganar las elecciones en 2019 y podamos tener un país más equitativo con desarrollo sustentable. Necesitamos un país con un desarrollo industrial y con todos los argentinos adentro.
–¿Eso quién lo puede hacer?
–No me cabe duda que puede ser el peronismo pero unido.
–¿Esa unidad es posible en lo inmediato o todavía es muy pronto?
–Por supuesto que existen complicaciones. Sobre todo cuando hay compañeros que utilizan palabras desafortunadas al intentar ponerle límites a determinados dirigentes. Me parece que ese es un error porque no hay que poner límites ni reparo a ningún sector. Tenemos que aspirar a generar una síntesis del peronismo capaz de encontrar un camino para ganar las elecciones. Eso se logra con un acuerdo de grandeza y después si es un tema de candidaturas que participen tres o cuatro y los elegimos.