Daniel Marx es un experto en tiempos difíciles. Fue negociador de la deuda externa en los gobiernos de Alfonsín, Menem y De la Rúa. Y cuando las cosas lograron estabilizarse, se ocupó de la restructuración financiera de varias de las principales empresas. Con una prudencia, por momentos excesiva, puesto a comparar; Marx diferencia de otras situaciones y dice que hoy no estamos frente a una corrida bancaria. Asegura que los bancos están sólidos y con plata. Y, sin embargo, advierte: “No se trata de un tema monetario. Se ha alcanzado una dimensión institucional y política que cambió las expectativas. Los desequilibrios de la economía se están acumulando peligrosamente”.
-¿Esto estalla?
-No. No estamos frente a un ambiente de una corrida bancaria, no hay razones porque los depósitos son relativamente pequeños en relación al PBI y los bancos están líquidos. Pero hay que preocuparse por la situación de la moneda, para que no se produzca una mayor fuga del peso. Las fugas tienen una lógica propia y en esa lógica, por las razones que las detonan, la gente corre porque los demás corren. Es lo que debería evitarse. Ya hay síntomas tempranos que podría ocurrir.
-¿En qué se basa esa inquietud?
-En la persistencia de la tasa de inflación alta. Este año, además, iba a ser récord en exportaciones y hay caída de reservas. Y está la evolución del precio del tipo de cambio. A esta altura no es un tema monetario. Hubo combustible para desembocar en esta situación. Hoy se alcanzó una dimensión institucional y política que cambió las expectativas.
– El Gobierno relativiza lo que sucede en el mercado cambiario… – El precio del dólar tiene un efecto sobre los precios y la actividad. Hay una combinación de desaceleración de actividad y aceleración de precios.
-¿ Cómo se sale?
-No solo hay que transmitir tranquilidad. Tiene que ver con una discusión sobre el nivel de tipo de cambio y en una disminución de la expectativa de inflación. Y se deben canalizar las fuerzas en términos de tratar de que el peso tenga algún valor superior al de hoy para que los mercados cambiarios se ordenen. Pero hay una creciente complejidad. Por otro lado, cuanto más se restringe el dólar, más se le atribuye valor de escasez y más sube el tipo de cambio.
-¿Cómo impacta el escenario global?
-No es desfavorable. Dentro de lo extremadamente favorable que se preveía a principios de año, es algo menor, no tan auspicioso. Pero comparado con el año pasado y los años previos es un buen escenario.
-¿ Cuál es su pálpito acerca del fallo de la Justicia de EE.UU, por el pago a los fondos buitres?
– Todos tratamos de adivinar, incluyendo los mismos jueces. Pero como es un tema con más repercusiones del que los mismos jueces habían previsto y donde aparecen cada vez más elementos a examinar, lo más probable es que tarde unos meses más para una definición última. Los jueces pueden fallar, en función cuál es la fórmula de pago para Argentina y cuán aplicable es. Y si es una fórmula desfavorable para la Argentina, habrá que ver si el país puede continuar haciendo los pagos o no a través de la ruta conocida, que es el banco de Nueva York. Para los meses venideros, mi pálpito es que Argentina va a seguir pagando por el camino habitual. No veo un escenario de default técnico. Y no descarto que directa o indirectamente los jueces recurran a opiniones adicionales sobre cuáles son las prácticas aplicables.
-¿Crece la economía en 2013?
-El contexto local está tenso, porque hay nuevas inquietudes institucionales y los desequilibrios de la economía se están acumulando y eso repercute en una menor tasa de crecimiento. Proyecto un 2%, es una desaceleración importante y es menor al potencial, teniendo en cuenta el deterioro de la infraestructura que estamos teniendo. Ya se nota la repercusión con una tasa muy baja en la creación de empleo.
-¿Esto estalla?
-No. No estamos frente a un ambiente de una corrida bancaria, no hay razones porque los depósitos son relativamente pequeños en relación al PBI y los bancos están líquidos. Pero hay que preocuparse por la situación de la moneda, para que no se produzca una mayor fuga del peso. Las fugas tienen una lógica propia y en esa lógica, por las razones que las detonan, la gente corre porque los demás corren. Es lo que debería evitarse. Ya hay síntomas tempranos que podría ocurrir.
-¿En qué se basa esa inquietud?
-En la persistencia de la tasa de inflación alta. Este año, además, iba a ser récord en exportaciones y hay caída de reservas. Y está la evolución del precio del tipo de cambio. A esta altura no es un tema monetario. Hubo combustible para desembocar en esta situación. Hoy se alcanzó una dimensión institucional y política que cambió las expectativas.
– El Gobierno relativiza lo que sucede en el mercado cambiario… – El precio del dólar tiene un efecto sobre los precios y la actividad. Hay una combinación de desaceleración de actividad y aceleración de precios.
-¿ Cómo se sale?
-No solo hay que transmitir tranquilidad. Tiene que ver con una discusión sobre el nivel de tipo de cambio y en una disminución de la expectativa de inflación. Y se deben canalizar las fuerzas en términos de tratar de que el peso tenga algún valor superior al de hoy para que los mercados cambiarios se ordenen. Pero hay una creciente complejidad. Por otro lado, cuanto más se restringe el dólar, más se le atribuye valor de escasez y más sube el tipo de cambio.
-¿Cómo impacta el escenario global?
-No es desfavorable. Dentro de lo extremadamente favorable que se preveía a principios de año, es algo menor, no tan auspicioso. Pero comparado con el año pasado y los años previos es un buen escenario.
-¿ Cuál es su pálpito acerca del fallo de la Justicia de EE.UU, por el pago a los fondos buitres?
– Todos tratamos de adivinar, incluyendo los mismos jueces. Pero como es un tema con más repercusiones del que los mismos jueces habían previsto y donde aparecen cada vez más elementos a examinar, lo más probable es que tarde unos meses más para una definición última. Los jueces pueden fallar, en función cuál es la fórmula de pago para Argentina y cuán aplicable es. Y si es una fórmula desfavorable para la Argentina, habrá que ver si el país puede continuar haciendo los pagos o no a través de la ruta conocida, que es el banco de Nueva York. Para los meses venideros, mi pálpito es que Argentina va a seguir pagando por el camino habitual. No veo un escenario de default técnico. Y no descarto que directa o indirectamente los jueces recurran a opiniones adicionales sobre cuáles son las prácticas aplicables.
-¿Crece la economía en 2013?
-El contexto local está tenso, porque hay nuevas inquietudes institucionales y los desequilibrios de la economía se están acumulando y eso repercute en una menor tasa de crecimiento. Proyecto un 2%, es una desaceleración importante y es menor al potencial, teniendo en cuenta el deterioro de la infraestructura que estamos teniendo. Ya se nota la repercusión con una tasa muy baja en la creación de empleo.