21 comentarios en «David Viñas: «Un intelectual no puede ser oficialista»»

  1. para que publica Clarin esta nota con ese titulo tan seleccionado? para su publico?

    para que los Caparros se sientan bien?

    1. Totalmente de acuerdo, que Carta Abierta, por ejemplo, gaste tanta energía en ser oficialista es una pérdida de tiempo. Un intelectual, o un grupo de pensadores para no ser tan amargo con el término, tienen que marcar agenda, y si esa agenda no está del todo acorde con las política del gobierno debe fundamentar esa diferencia.
      En cuanto se arrebañen en torno al poder les crece grasa en las neuronas y se inutilizan como pensadores.
      Bien vale la lectura de las últimas cartas de Walsh planteando sus diferencias con la cúpula montonera, a la que Viñas hace referencia. No se puede ser intelectual y estar constrsñido en los pensamientos por el apoyo a un gobierno.

      1. Cierto lo del intelectual y el poder.
        Lo planteó bien Griselda Gambaro en el discurso inaugural de la Feria del Libro de Frankfurt:
        «Literatura y poder tienen una relación más estrecha de lo que se cree, con vínculos que, aun en democracia, muchas veces han sido conflictivos.Graham Greene decía que “debemos admitir que la verdad (del escritor) y la deslealtad son términos sinónimos”. Y agregaba que “el escritor estará siempre, en un momento o en otro, en conflicto con la autoridad, más o menos como el santo está generalmente en conflicto con la jerarquía de su iglesia”.
        Y así debe ser por razones de sano distanciamiento en la preservación del espíritu crítico, de la disidencia como estado de alerta, si bien es preciso no confundir la disidencia – trabajo de pensamiento – con la estéril rutina del antagonismo sistemático.»
        Discurso que tuvo la inmediata y descolocada réplica de la Presidenta y el ninguneo local.-

      2. Daio, sobre la frase: «debemos admitir que la verdad (del escritor) y la deslealtad son términos sinónimos».
        Por un lado la frase tiene una innegable dosis de verdad, está claro que la lealtad implica un apoyo (bastante) generalizado, que estará en contradicción con (al menos) algunas pequeñas verdades.
        Sin embargo se puede profundizar el concepto de «verdad». Cualquier intelectual participa de la realidad y aunque sea en pequeñas medidas, la modifica. Esta acción hace que sus «verdades», no sean solo enunciados emitidos desde afuera, quién actúa con lealtad respecto de cualquier causa, tiene muy presente esto, quién enuncia verdades sin adherir a ningún proyecto (a propósito, la contradicción entre lealtad y verdad no solo impediría ser oficialista sino, simplemente, ser partidiario de cualquier proyecto), está actuando de un modo más sincero, pero probablemente, menos responsable, en la medida que la consecuencia de sus actos podría llevar a situaciones que él mismo considera negativas.
        El tema no es para nada sencillo, pero creo que una frase que permitiría analizarlo de modo más justo es «el intelectual no puede comprometerse con un proyecto». Yo no comparto el concepto, pero al menos así tiene más sentido.

  2. Sergio:
    El intelectual se puede comprometer muy bien con un proyecto, y no es necesario que esté de acuerdo en un cien por ciento con el mismo, pero lo que no debe hacer es perder el sentido crítico, callarse, justificar lo injustificable con miras al triunfo del proyecto, porque entonces dejaría de ser «un intelectual», por lo menos en el sentido en que históricamente se lo consideró.
    Precisamente el intelectual se degrada cuando por «lealtad» obvia denunciar por ejemplo, como sucede en nuestra sociedad, la corrupción del poder.
    Saludos.-

    1. Ok, Daio, comparto ese concepto, en lo que al terreno abstracto se refiere. En concreto hablando de Argentina y Carta Abierta, creo que ellos sí se comportan con sentido crítico y más de una vez señalaron cosas que consideraban malas del gobierno, pero en esto seguramente no nos pondremos de acuerdo.
      En cuanto a lo conceptual, diríamos que la frase adecuada sería algo así como: «Un intelectual puede ser oficialista, pero no debe perder su sentido crítico». En eso estoy de acuerdo.
      Saludos.

  3. Daiao: lo de Gambaro me parece lamentable.Si tiene críticas al gobierno que las haga aquí.Si son críticas que la separan del oficialismo no hubiera integrado la comitiva de la presidente.Por otra parte, la lealtad o no de los intelectuales es con respecto a su pueblo y no a su individualidad que creen excepcional

    1. Esta es la lista de escritores invitados a Frankfurt, que «al haber integrado la comitiva de la Presidenta» se encuentran acríticamente identificados con su gobierno:
      Accame, Jorge
      Alcoba, Laura
      Andruetto, María Teresa
      Aráoz, Graciela
      Argento, Analía
      Basch, Adela
      Battista, Vicente
      Bayer, Osvaldo
      Bellessi, Diana
      Bordelois, Ivonne
      Brizuela, Leopoldo
      Bruzzone, Félix
      Casas, Fabián
      Cristoff, María Sonia
      De Santis, Pablo
      Drucaroff, Elsa
      Forster, Ricardo
      Gamerro, Carlos
      Gandolfo, Elvio
      Gelman, Juan
      Giardinelli, Mempo
      Goloboff, Mario
      González, Horacio
      Gorini, Ulises
      Jeanmaire, Federico
      Jozami, Eduardo
      Kamenszain, Tamara
      Kociancich, Vlady
      Kohan, Martín
      Lojo, María Rosa
      López, Gustavo
      Magnus, Ariel
      Mairal, Pedro
      Martínez, Guillermo
      Monteleone, Jorge
      Moreno, María
      Negroni, María
      Olguín, Sergio
      Osorio, Elsa
      Pauls, Alan
      Piñeiro, Claudia
      Plager, Silvia
      Prieto, Martín
      Ravera, Rosa María
      Sacheri, Eduardo
      Samoilovich, Daniel
      Sasturain, Juan
      Schweblin, Samanta
      Shua, Ana María
      Spregelburd, Rafael
      Valenzuela, Luisa.-
      Por supuesto, el espacio público está reservado exclusivamente para los oficialistas.

      1. La invitada fue la Argentina, no el gobierno ni el FPV, pero por supuesto nuestro nacionalismo identifica a la Nación con la ideología del partido gobernante, ya lo dijo el General: la doctrina nacionales la doctrina justicialista.-

      1. Aunque a varios no los conozco, me imagino que así debe ser; pero yo me refería a los comentarios sobre el discurso de G.Gambaro, que aparecía como traicionando la invitación al haber sido crítica del papel del escritor en su relación al Estado.-
        Saludos.-

  4. Intelectuales de la talla y conducta de Viñas ponen al descubierto las carencias de quienes eligen apoyar al gobierno con actitud servil y acrìtica segùn se nota en algunas entradas.
    Si Marechal viviera les recomendarìa un descenso por alguno de los infiernos, rehusarìa concurrir a Duro de domar (o de aguantar) y naturalmente serìa expulsado por traidor.

  5. Charlie Boyle:
    Notable ejemplo el que trae a relación. Comparto lo suyo. Walsh no sólo planteó sus diferencias, sino que lo que escribió lo llevó a los hechos: se «abre», recupera su propia identidad, ANCLA y Carta Abierta.
    Saludos

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