Los líderes de la CGT, Hugo Moyano, y de la Unión Industrial Argentina, José De Mendiguren, acordaron «no romper el diálogo» entre sus sectores de cara a alcanzar una mejor redistribución de la riqueza sin ahuyentar las inversiones.
Sin mencionar el proyecto de ley de reparto parcial de las ganancias empresarias, el sindicalista y el dirigente industrial aclararon cuáles son los intereses de sus sectores y en qué no claudicará cada uno, al disertar en la 17ª Conferencia anual de la UIA.
De Mendiguren dijo que el «nuevo capital social» de la Argentina se fortalecerá sólo sobre un canal de confianza y consenso de intereses, y Moyano remarcó que la lucha obrera no se acabará en la conquista de la reivindicación salarial.
El industrial dejó en claro que su mayor preocupación es que no se vuelva a la dicotomía de los 90 cuando se idolatraba la inversión mientras no existía un proceso de redistribución, aunque también rechazó que la idea de redistribuir ahuyente inversiones.
«Tenemos que construir la mesa estratégica. Cuidar el día a día, consolidarlo con fuerza. Pero también mirar a largo plazo. Imaginemos juntos esa película. Tenemos que tener en claro cómo se compatibiliza el crecimiento con la redistribución», invitó De Mendiguren al dirigente camionero.
El empresario se mostró optimista en que con la CGT podrá ingresar en una «nueva gimnasia de debate» después de haber pasado juntos crisis económicas profundas como la de 2001, cuando los empresarios y trabajadores «salvaron el capital social», según remarcó.
No obstante, indicó que es difícil encontrar en la biblioteca del pasado las soluciones para lo que se viene, que estará marcado por la crisis internacional, y dijo que ahora la ecuación valedera es consensuar entre los intereses del capital y los del trabajo.
«Si nos concentramos sólo en la redistribución, ahuyentaremos las inversiones. Y si idolatramos las inversiones, alejaremos la redistribución», advirtió De Mendiguren, por lo que insistió en alcanzar una «posición superadora» que impida que el diálogo se rompa.
Moyano escuchó atento, asintió en más de una oportunidad y luego dijo que la sociedad también reclama más diálogo, por lo que se mostró dispuesto a mantener abierta la agenda de temas con «el vasco», con quien reconoció tener una «relación de confianza» de muchos años.
El dirigente camionero resaltó la coherencia ideológica y política del movimiento obrero y dijo que no descansará hasta que la justicia social se instale en el país «como parte de la cultura diaria» de los ciudadanos.
En ese sentido, afirmó que las fórmulas para alcanzar la redistribución de la riqueza y la inclusión social forman parte de un «tipo de discusiones que hay que darlas sin que nadie se sienta ofendido ni mal».
«No vamos a dejar de reclamar lo que le corresponde al trabajador porque esa es la misión nuestra, y nadie puede sentirse ofendido», aclaró Moyano ante un centenar de industriales en el hotel Hilton.
«Y como ´el vasco´ siempre habla de película: la que se está haciendo y la que se va a hacer. Y espero que estemos en el libreto, ¿no?. Los trabajadores quieren ir al paraíso. Los trabajadores queremos que de una vez por toda se instale en el país la justicia social», dijo Moyano.
«Justicia social es lo que reclaman los trabajadores», sostuvo el líder de la CGT y aclaró que eso es muy distinto a la mera redistribución del ingreso, porque no sólo se trata de un salario digno, sino también «de un trabajo digno, de una vivienda digna y de un modo de vida digno».
«La lucha social no se agota en una conquista, es una constante. Hay sectores que tienen salarios importantes pero hay muchos sectores en los que todavía falta mucho por hacer», advirtió Moyano.
Sin mencionar el proyecto de ley de reparto parcial de las ganancias empresarias, el sindicalista y el dirigente industrial aclararon cuáles son los intereses de sus sectores y en qué no claudicará cada uno, al disertar en la 17ª Conferencia anual de la UIA.
De Mendiguren dijo que el «nuevo capital social» de la Argentina se fortalecerá sólo sobre un canal de confianza y consenso de intereses, y Moyano remarcó que la lucha obrera no se acabará en la conquista de la reivindicación salarial.
El industrial dejó en claro que su mayor preocupación es que no se vuelva a la dicotomía de los 90 cuando se idolatraba la inversión mientras no existía un proceso de redistribución, aunque también rechazó que la idea de redistribuir ahuyente inversiones.
«Tenemos que construir la mesa estratégica. Cuidar el día a día, consolidarlo con fuerza. Pero también mirar a largo plazo. Imaginemos juntos esa película. Tenemos que tener en claro cómo se compatibiliza el crecimiento con la redistribución», invitó De Mendiguren al dirigente camionero.
El empresario se mostró optimista en que con la CGT podrá ingresar en una «nueva gimnasia de debate» después de haber pasado juntos crisis económicas profundas como la de 2001, cuando los empresarios y trabajadores «salvaron el capital social», según remarcó.
No obstante, indicó que es difícil encontrar en la biblioteca del pasado las soluciones para lo que se viene, que estará marcado por la crisis internacional, y dijo que ahora la ecuación valedera es consensuar entre los intereses del capital y los del trabajo.
«Si nos concentramos sólo en la redistribución, ahuyentaremos las inversiones. Y si idolatramos las inversiones, alejaremos la redistribución», advirtió De Mendiguren, por lo que insistió en alcanzar una «posición superadora» que impida que el diálogo se rompa.
Moyano escuchó atento, asintió en más de una oportunidad y luego dijo que la sociedad también reclama más diálogo, por lo que se mostró dispuesto a mantener abierta la agenda de temas con «el vasco», con quien reconoció tener una «relación de confianza» de muchos años.
El dirigente camionero resaltó la coherencia ideológica y política del movimiento obrero y dijo que no descansará hasta que la justicia social se instale en el país «como parte de la cultura diaria» de los ciudadanos.
En ese sentido, afirmó que las fórmulas para alcanzar la redistribución de la riqueza y la inclusión social forman parte de un «tipo de discusiones que hay que darlas sin que nadie se sienta ofendido ni mal».
«No vamos a dejar de reclamar lo que le corresponde al trabajador porque esa es la misión nuestra, y nadie puede sentirse ofendido», aclaró Moyano ante un centenar de industriales en el hotel Hilton.
«Y como ´el vasco´ siempre habla de película: la que se está haciendo y la que se va a hacer. Y espero que estemos en el libreto, ¿no?. Los trabajadores quieren ir al paraíso. Los trabajadores queremos que de una vez por toda se instale en el país la justicia social», dijo Moyano.
«Justicia social es lo que reclaman los trabajadores», sostuvo el líder de la CGT y aclaró que eso es muy distinto a la mera redistribución del ingreso, porque no sólo se trata de un salario digno, sino también «de un trabajo digno, de una vivienda digna y de un modo de vida digno».
«La lucha social no se agota en una conquista, es una constante. Hay sectores que tienen salarios importantes pero hay muchos sectores en los que todavía falta mucho por hacer», advirtió Moyano.