El intercambio comercial industrial muestra en los últimos años un deterioro relativo en autos terminados, instrumental médico, equipamiento eléctrico, segmentos de la metalmecánica, papel y subproductos, la industria del mueble, productos de caucho y plásticos, y curtido y productos del cuero. Similar al crecimiento promedio que registra el déficit industrial quedaron el sector textil, sustancias y productos químicos y bienes de capital, y hubo mejoras interesantes en edición e impresión y otro tipo de equipos de transporte. Casi en toda la industria el déficit comercial creció, aunque en algunos casos esa evolución fue superior y en otras inferior al promedio. Esta descripción sectorial del déficit industrial es sobre la base de datos calculados por el investigador de Flacso Martín Schorr.
La economía argentina posee una dualidad estructural: muy pocos sectores son superavitarios en términos de divisas y muchos son deficitarios. Entre el primer grupo, el 90 por ciento de las divisas aportadas se explica por alimentos y bebidas. Maquinaria y equipos (por las compras de autopartes, bienes de capital y las electrónicas de Tierra del Fuego), energía, el sector químico y autos terminados lideran a los deficitarios.
Tres sectores industriales fueron en los últimos años especialmente dinámicos en términos de comercio exterior, aunque con trayectorias opuestas. Las exportaciones de alimentos y bebidas (excluyendo a la producción primaria, como porotos de soja, trigo o maíz) subieron de casi 17 mil millones de dólares en 2007 a 25 mil millones en 2012. En el mismo sentido operó el crecimiento de la actividad minera, en parte reflejado en el sector de metales comunes, cuyo superávit comercial subió de 721 a 2170 millones de dólares. En cambio, el saldo comercial del sector de coque de petróleo, naftas y otros combustibles pasó de un superávit de 2349 millones en 2007 a un déficit de 2085 millones en 2012, por la caída de la producción de hidrocarburos.
Si se despeja alimentos y bebidas, minería y energía al resultado comercial manufacturero, se obtiene el sector industrial no vinculado a los recursos naturales de comercio relativamente estable. Ese segmento de la economía argentina mostró un déficit comercial en 2007 de 20,8 mil millones de dólares, que llegó a 28,8 mil millones en 2012. Representa una suba del 38 por ciento. Ese rojo se explica por la fuerte dependencia de insumos, equipos y maquinarias por parte de la propia industria y por la demanda de bienes finales importados potenciada por la mejora del salario en dólares. En el mismo período, el estimador de la actividad industrial del Indec creció un 27,4, y la toda la economía lo hizo, según las estadísticas oficiales, en un 50 por ciento.
El crecimiento del 38 por ciento en el déficit comercial de la industria no directamente vinculado a los recursos naturales no se distribuyó en forma pareja. Entre los sectores que mostraron un mejor desempeño que el promedio está edición e impresión, que redujo su déficit de 125 a 84 millones de dólares entre 2007 y 2012. Otro fue equipos de transporte, como buques, embarcaciones, material ferroviario y motocicletas, cuyo rojo bajó de 941 a 682 millones entre 2007 y 2012. Entre los sectores con más relevancia económica, el déficit de sustancias y productos químicos, que llegó en 2012 a los 5 mil millones de dólares, creció menos que el promedio, un 18 por ciento. El de maquinaria y equipo, que incluye motores (excepto para aeronaves, autos y motocicletas), bombas, compresores, equipos de elevación y partes del sistema de transmisión, avanzó un 20 por ciento. En equipos y aparatos de radio, TV y comunicaciones, el déficit avanzó de 3090 a 4202 millones, un 36 por ciento. En el caso de los textiles, el déficit pasó de 521 a 726 millones de dólares (39 por ciento).
Otro conjunto importante de sectores registró pronunciadas subas en su rojo comercial. El déficit de maquinaria y equipo eléctrico (que incluye motores de autos, generadores y transformadores, equipos de iluminación, baterías y material eléctrico) creció un 56 por ciento (de 1663 a 2597 millones de dólares), mientras que autos, remolques y semirremolques, un 73 por ciento (1725 a 2986 millones).